Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 6 de febrero de 2003
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Política

Adolfo Sánchez Rebolledo

En el país del nunca jamás

Mientras colin Powell golpea los tambores de guerra en el Consejo de Seguridad de la ONU y el mundo entero se cimbra, aquí seguimos en el país de las maravillas: el presidente Fox, luego de una gira gris y desmañanada, proclama la no existencia de la crisis en el campo, olvidando que no todos los agricultores son cultivadores de ajo y brócoli de exportación, sino paupérrimos minifundistas sin viabilidad en los mercados. La declaratoria presidencial, vísperas del gran coloquio rural, presagia un diálogo de sordos.

Un día antes, para responder a las voces que se inquietan por los desaires al Presidente de la República y a los representantes de México en el extranjero, insistió en mantener una visión autista de su gobierno y prometió que seguirá arriesgando tiempo y prestigio en opciones de política exterior grandilocuentes, pero inútiles. En fin, alguien tendrá que decirle que gobernar es mucho más que una campaña para mejorar la imagen.

Pero en campaña estamos y de eso se trata. Todos los problemas deben esperar. La única y real preocupación del gobierno es ganar las próximas elecciones legislativas, conseguir la mayoría en el Congreso y llevar adelante las reformas estructurales que nunca aparecieron en la propaganda electoral de 2000.

Descartado el expediente de trabajar por un acuerdo parlamentario con las oposiciones, el primer camino para lograr ese objetivo pasa por la victoria del PAN, que formalmente es el partido del Presidente. Pero el segundo, mucho más tortuoso, consiste en anticipar una alianza básica sustancial con los cuadros que serán electos por otros partidos, principalmente el PRI. Fox no tendrá empacho en coincidir con muchos de ellos, viejos compañeros de andanzas parlamentarias o invitados frecuentes a las deliberaciones de la llamada sociedad civil, cuya labor preparó el terreno para la victoria del 2 de julio.

Por supuesto que Vicente Fox primero intentará inclinar la balanza hacia el PAN, aunque en el fondo siga teniendo dudas, resabios del apartidismo que vistió a las buenas conciencias de una parte de la derecha nacional. Fox siempre estará más cerca de Lino Korrodi que de Bravo Mena, aunque ambos provengan del empresariado católico y coincidan en un mismo proyecto. A pesar de su militancia, el Presidente es todavía hoy un hombre del mundo privado. Su formación, su estilo, se compaginan mejor con los círculos civiles que con los dictados partidistas de un Fernández de Cevallos, aunque también sea ranchero como él.

Que el PAN obtenga una mayoría holgada en el Congreso no será sencillo, pues sus candidatos tendrán que remontar el desgaste de los tres años del cambio y las malas obras de sus propios gobernantes. Pero aun en la hipótesis de que gane por una pequeña diferencia, el resultado no le serviría al Ejecutivo para pasar las iniciativas pendientes. Falta una mayoría calificada que hoy no tiene.

En ese contexto es que aparece y se acrecienta la figura de la profesora Elba Esther Gordillo de quien se ha dicho que podría ser la próxima jefa de la fracción priísta en la Cámara de Diputados.

Con la maestra, el Presidente tiene una antigua relación y notables coincidencias que ella misma se ha encargado de divulgar. En la hipótesis de que el intento panista fracasara, allí estaría su vieja amiga tendiendo puentes. Lo interesante es, además de todos esos adornos, que se trata de la secretaria general del PRI, nada menos. Y la dirigente ex oficio del magisterio con mucho poder. Gracias a sus gestiones los maestros están penosamente involucrados en la divulgación de un material preparado por la fundación Vamos México para educar en "los valores" a los jóvenes escolapios.

Fuera de todo cauce oficial (pero oficialmente) mantiene una curiosa cercanía con la esposa del mandatario que le permite, por ejemplo, hacer que un libro de texto, el cual alude al papel del ejército en el 68, sea retirado por la Secretaría de Educación Pública sin mayores explicaciones, según han reportado distintos periódicos de la capital. En cambio, que se sepa, nadie se ha atrevido a cuestionar en las esferas oficiales las aportaciones de la señora Sahagún a la salud mental de nuestros jóvenes.

No es extraño, pues, que un gobierno quiera asegurarse la mayoría en el Congreso, aun si para ello debe convencer y atraer a sus contendientes, pues de eso se trata la democracia parlamentaria. Lo que resulta preocupante y hasta ridículo es el silencio de los partidos que deberían estar involucrados en este juego. ƑO es que acaso el PAN, siempre tan receloso de la moralidad priísta, ahora acepta sin chistar que doña Marta y doña Elba se encarguen de mostrar el recto camino a la juventud? O, más prosaicamente, Ƒdesde cuándo el panismo requiere de vejigas para nadar en la construcción de sus alianzas políticas? ƑY el PRI? No dicen nada. Tal vez no aprueben el protagonismo de la maestra, pero nadie se atreve a ponerle el cascabel al gato. Ideológicamente hace un rato que está muerto.

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