Óscar Sosa-Nishizaki
CICESE
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Esta pregunta suena como una encrucijada amorosa de alguna chica de pueblo. Pero es la que muchas autoridades pesqueras se tienen que hacer cuando manejan un recurso como los tiburones y rayas. Y si uno quisiera ayudar, debe comenzar por describir a cada uno de los "susodichos".
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Tiburcio es un permisionario sinaloense de pesca de tiburón que habita en la costa oeste de la península de Baja California. Con su permiso respalda la captura que hacen sus pescadores en cinco pangas. Pero cuando puede, obtiene la captura de otras pangas que no tienen permiso. Tiburcio proviene de una familia de pescadores. Su abuelo fue de los primeros tiburoneros de la región de Teacapán, Sinaloa, quienes pescaban para el aprovechamiento del hígado de donde se obtenía vitamina A y que tuvieron su auge por los años cuarenta del siglo pasado. Su padre se vio beneficiado por la "marcha hacia el mar" a principios de los años cincuenta del siglo pasado, cuando el gobierno federal impulsó el Programa del Progreso Marítimo y desarrolló la infraestructura portuaria mejorando las condiciones sanitarias y la red de comunicación y transporte para los productos pesqueros.
Tiburcio obtuvo su primera embarcación en 1973 cuando el presidente Echeverría dotó de 6 mil pangas a los pescadores ribereños del país. En esa época, el desarrollo social llegó nuevamente al sector pesquero. Pero eso de lo social se le olvidó a Tiburcio. Después de pelearse con sus hermanos, salió de Sinaloa y se estableció en Baja California. Aquí es un permisionario astuto, que "renta" sus pangas a los pescadores y les fía la gasolina y la carnada para el palangre que usan como arte de pesca. Después de cada viaje de pesca, los pescadores sólo obtienen ganancias si consiguen superar los gastos que hacen de gasolina y carnada. Aparentan ser empleados de Tiburcio, algo que no estaría mal, pero no existe ningún contrato que respalde su trabajo. Así, cuando la captura va mal, los pescadores se quedan endeudados con Tiburcio, de una manera semejante a las tiendas de raya de las haciendas de hace un siglo.
¿Y quién es Tiburón? No es uno sino varias especies. Actualmente, conocemos alrededor de 500 y durante los últimos 20 años hemos ido descubriendo nuevas, con una tasa de 10 especies descritas por año. Éstas han evolucionado desde hace 400 millones de años, pero las especies actuales aparecieron hace unos 100 millones. Los tiburones recientes habitan en todos los océanos y mares del mundo; varias especies habitan en agua dulce. La gran mayoría de las especies (55 por ciento) habitan en aguas costeras, lo que las hace muy vulnerables a ser capturadas por la pesca ribereña. El resto habita en aguas del talud continental (35 por ciento), en aguas oceánicas (2 por ciento) o no tienen un hábitat definido (8 por ciento).
Los tiburones se caracterizan por contar con órganos reproductores especializados, con complejos comportamientos precopulatorios y copulatorios, así como con historias de vida reproductiva complejas. Se reproducen de modos diferentes: por medio de producción de huevos (ovíparos) o por progenie viva desde el interior del cuerpo de la madre (vivíparos). De estos últimos los hay que son placentarios. Incluso la progenie de algunas especies tiene un comportamiento caníbal: mientras están en el útero de sus madres se comen a sus hermanos.
A diferencia de los peces óseos, quienes producen cientos o miles de huevecillos, los tiburones sólo producen un promedio de 10 crías por camada. Pero hay especies que apenas producen dos crías, como algunos galludos (o spiny dogfish) o hasta 135 por camada, como el tiburón azul, pero siempre su fecundidad es mucho menor si se compara con otros peces. Por otro lado, los tiburones se caracterizan por madurar muy lentamente, por lo que algunos galludos la alcanzan y comienzan a reproducirse hasta los 24 años de edad. Asimismo, los tiburones se caracterizan por no reproducirse todos los años, varias especies lo hacen cada dos. Estas características, junto con la alta longevidad de la mayoría de las especies, hacen que los tiburones tengan un bajo potencial reproductivo, por lo que pueden sufrir fácilmente una sobreexplotación.
A pesar de la fiera imagen que tienen los tiburones, no todos son carnívoros. Los grandes tiburones, como el ballena, se alimentan de fitoplancton. Pero los que son carnívoros son eficientes depredadores. Su comida principal son peces, aunque algunos se alimentan de mamíferos marinos, tortugas e inclusive de aves. Ellos ocupan un nivel alto dentro de la cadena trófica, alcanzando una categoría de depredadores tope. Muchos estudios se concentran hoy en analizar su papel de reguladores de los ecosistemas.
Regresando a la pregunta original, y sabiendo que en otras localidades pesqueras a lo largo del Pacífico mexicano existen muchos permisionarios como Tiburcio, ¿no será preferible cuidar a los verdaderos pescadores contra todos esos Tiburcios para que la pesca realmente cumpla su papel social? Si esto no es posible, nada justifica acabar en poco tiempo con lo que a la naturaleza le ha llevado formar durante millones de años. Algo que es fruto de un sinnúmero de complejas estrategias de vida y que juegan un papel primario dentro de los ecosistemas.
Seguramente, la mejor respuesta será la que alcance un sistema pesquero sustentable, dentro del cual los componentes social, económico y ecológico deberán estar bien balanceados. Tiburcio es fruto de un añejo sistema de manejo pesquero, cuya falta de compromiso social ya no lo justifica por anacrónico y poco sustentable. Se necesita un cambio de paradigma socio-económico del manejo pesquero mexicano. Nuestro reto es conservar a los tiburones a toda costa y cumplir así con nuestra responsabilidad en la Tierra.