Fernando Márquez-Farías
Instituto Nacional de la Pesca
Subdirector de Modelación de Pesquerías, Guaymas, Sonora
Correo electrónico: [email protected]
Los tiburones son un grupo de peces que aparecieron hace alrededor de 400 millones de años. Están acomodados en ocho órdenes taxonómicos, 30 familias y 100 géneros pudiendo rebasar actualmente las 400 especies. Tanto los tiburones como las rayas, sus parientes cercanos, son un grupo de peces muy especializados que cuentan con características biológicas y poblacionales muy interesantes que son fruto del proceso evolutivo en donde la adaptación a diferentes hábitats es de particular relevancia.
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Los tiburones, por lo general, son organismos muy móviles con una compleja y amplia distribución, particularmente las especies de gran tamaño. La diversidad de las especies es esencialmente restringida por la latitud y la profundidad. Se les puede encontrar en toda la columna de agua y lecho marino de aguas oceánicas y costeras. De acuerdo a Compagno (1990) el 55 por ciento de las especies de tiburón se pueden encontrar hasta profundidades de 200 metros; el 35 por ciento, en la plataforma continental; el 2 por ciento, en zona oceánica, y el resto, en ambiente variado. Dada la diversidad de las especies y su distribución, las poblaciones de tiburón alrededor del mundo son explotadas por pesquerías industriales, artesanales, tradicionales, recreativas y deportivas.
Las características biológicas inherentes de los tiburones (lento desarrollo) son frecuentemente utilizadas para ilustrar por qué sus poblaciones deben ser explotadas cautelosamente a diferencia de otros peces de gran fecundidad y rápido desarrollo. A pesar de las desventajas biológicas mencionadas, apenas recientemente se ha reconocido la posibilidad de que las poblaciones de tiburones puedan soportar capturas sostenibles. Sin embargo, dicho argumento debe entenderse más bien a favor de que algunas especies de tiburones pueden tener mayor resistencia que otras a pesar de ser sometidos a patrones de explotación similares.
El modelo de desarrollo de los tiburones
Los patrones de reproducción y desarrollo de los tiburones y rayas es diverso. La fertilización es interna y a través de la copula entre el macho y la hembra, análoga a la de los mamíferos. De acuerdo a Wourms (1977) se pueden identificar tres tipos básicos de ciclo reproductivo: los que se reproducen durante el año, los que cuentan con un ciclo anual parcialmente definido con uno o dos temporadas marcadas, y los que tienen un ciclo anual o bianual bien definido.
Una vez que tiene lugar el apareamiento, la secuencia de eventos del desarrollo dependerá del tipo de reproducción de las especies. Así, las ovíparas depositan huevo en el medio marino, las ovovivíparas incuban a los embriones y no existe conexión con la placenta, y en las vivíparas los embriones son nutridos por medio de un cordón umbilical adherido a la placenta. Los eventos básicos dentro de la madre son: ovulación, fertilización, incubación y parto. Esta secuencia es propia de los tiburones carcharhínidos, grupo de especies que sostienen la pesquería de tiburón en México. El orden de la secuencia puede variar notablemente en otras especies de tiburón y rayas, particularmente aquellas que ponen huevos. Es decir, ovulación, fertilización, parto e incubación, ya que el huevo es depositado en el medio marino.
Nacimiento en áreas de crianza
La especialización de los tiburones se aprecia también en el nacimiento. De acuerdo con Castro (1993), las hembras de muchas especies de tiburón viajan a lugares específicos, geográficamente discretos, para depositar sus huevos o dar a luz a sus crías. Las áreas de crianza pueden ser abiertas o cerradas. Los criaderos o áreas de crianza son usualmente zonas costeras poco profundas de alta productividad, en donde los recién nacidos encuentran alimento y protección de los depredadores, incluyendo tiburones grandes.
El tiempo de residencia de los neonatos en el área de crianza puede variar de meses a años dependiendo de las latitudes y las especies. Contrariamente a los mamíferos marinos, los cuales cuidan de sus crías al nacer, alimentándolos y protegiéndolos de la depredación, la estrategia de los tiburones al seleccionar lugares con características muy bien definidas para el nacimiento de sus crías es para garantizar la supervivencia.
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En aguas tropicales de México se han localizado criaderos en el Océano Pacifico, Golfo de México y Mar Caribe. Como ejemplo está la Laguna de Yalahau, Quintana Roo, importante área de crianza del tiburón puntas negras Carcharhinus limbatus. Allí, desde 1994, el Instituto Nacional de la Pesca y el Mote Marine Laboratory han conducido experimentos de marcado y recaptura de tiburones recién nacidos.
Los resultados preliminares de este estudio han revelado el patrón de distribución de los neonatos en la laguna, las condiciones oceanográficas preferentes y, en menor medida, una idea de su tiempo de residencia. Sin embargo, el principal hallazgo del mencionado estudio ha sido el nivel de mortalidad por pesca a los que los recién nacidos de esta población han sido sometidos durante décadas. La captura de recién nacidos en esta laguna es tradicional. Sin embargo, por la información generada del impacto sobre la estructura de la población, es oportuno plantear la protección de los neonatos que nacen anualmente en dicha laguna.
Las áreas de crianza pueden ser detectadas mediante la observación sistemática y periódica de las hembras grávidas. Por lo general, las hembras exhiben movimientos estacionales durante el año. Estas migraciones pueden ser asociadas a la búsqueda de áreas de crianza. La presencia de hembras con embriones bien desarrollados puede servir de indicador para inferir sobre la cercanía de un área de crianza. Sin embargo, esto no podrá ser verificado sino hasta observar la presencia de neonatos en determinada zona.
Amenazas
Las poblaciones de tiburones son afectadas de manera importante por la actividad humana. La sobrepesca es su principal amenaza. Los sistemas de captura son cada vez más sofisticados tecnológicamente, por lo que la conjugación de la pesca histórica y la captura de organismos en estadios de madurez como juveniles o hembras grávidas han provocado un daño serio en la capacidad de crecimiento de las poblaciones. Adicionalmente, es muy común la captura de tiburones neonatos en países con pesquerías costeras.
El crecimiento urbano y rural es también una frecuente amenaza para las áreas de crianza. Su alteración y deterioro orilla a las hembras a buscar zonas de alumbramiento que cuenten con la características necesarias que garanticen la supervivencia de los reclutas. Lo anterior es particularmente relevante pues resultados preliminares recientes de estudios sobre marcado y recaptura de tiburones neonatos y juveniles demuestran la tendencia de ciertas especies a regresar a su lugar de nacimiento (Hueter 1998). Este fenómeno es conocido como filopatria. Por lo tanto, la alteración, modificación, invasión o degradación de las áreas de crianza impacta y amenaza negativamente a las nuevas camadas de tiburones que pueden ser liberadas en ambientes con presencia de depredadores.
Conclusión
En México, la pesquería de tiburón es principalmente artesanal con una alta dependencia de la disponibilidad estacional. Debido a que se desarrolla con embarcaciones pequeñas y reducido radio de operación, es frecuente la captura de organismos recién nacidos o juveniles. Adicionalmente, la captura de hembras grávidas es muy elevada en algunas temporadas y zonas.
La estrategia evolutiva de los tiburones ha permitido cambiar la gran cantidad de huevecillos depositados en el medio marino en espera de ser fertilizados por los gametos masculinos (como es el caso de los peces), por unos cuantos embriones que nacerán de gran tamaño y serán autosuficientes para valerse por sí mismos en su primer periodo de vida.
La pesca tiene un variado efecto negativo sobre las poblaciones de tiburón. El efecto de la captura indiscriminada de tiburones neonatos no se verá reflejado en la abundancia de las poblaciones sino hasta el paso de varias generaciones, pero llevará a la disminución gradual debido a la fractura del balance entre nacimientos y muertes. Las hembras no son capaces de producir suficiente cantidad de crías para compensar las pérdidas por pesca o muerte debido a la degradación de las áreas de crianza. El desarrollo económico y demográfico en las costas de México es una amenaza potencial ya que zonas de alta productividad (manglares, esteros, bocas de ríos, etc.) están siendo invadidos o alterados.
Probablemente, para las poblaciones de algunas especies de tiburón el daño que se les ha causado es irreversible. Por eso, la protección de las áreas de crianza es fundamental en la conservación de los tiburones y deberá figurar en todo plan de administración del recurso.
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Referencias
Castro, J. I., 1993, "The shark nursery of bull bay, South Carolina, with a review of the shark nurseries of southern coast of United States", Environmental Biology of Fishes, 38:37-48.
Compagno, L. J. V., 1990, "Alternative life-history styles of cartilaginous fishes in time and space", Environmental Biology of Fishes, 28:33-75.
Hueter, R. E., 1998, "Philopatry, natal homing and localized stock depletion in sharks", SharkNews, 12, 1-2.
Walker, T. I., 1998, "Can shark resources be harvested sustainably? A question revisited with a review of shark fisheries", Marine and Freshwater Research, 49,(7)553-572.
Wourms, J. P., 1977, "Reproduction and Development in Chondrichthyan fishes". Amer. Zool., 17:379-410.
Wourms, J. P., 1981, "Viviparity: The maternal-fetal relationship in fishes", Amer. Zool., 21:473-515.