Teresa del Conde
Toma en el Paseo de la Reforma
La toma del Paseo de la Reforma pudo haberse inscrito en tónica similar a la que años atrás inspiró en Aldo Flores la ''toma del Balmori", sólo que desde mi punto de vista los resultados -que no la moción- dejaron mucho que desear, posiblemente porque a los organizadores se les vino el tiempo encima y debido también a que el tramo que la exhibición ocupa en las aceras se encuentra en etapa de reconstrucción. Eso no impide que los siempre numerosos paseantes de Chapultepec deambulen por ese corredor, que ya antes alojó con magníficos resultados la muestra fotográfica La tierra vista desde el cielo, de Jean Arthus-Bertrand. La infraestructura que la acompañó trajo como consecuencia un espacio limpio, protegido, visible y atendido.
Fueron muchas las personas que se detenían a mirar las fotografías. Aquí no ocurre lo mismo: grupos de adolescentes, familias enteras, paseantes solitarios deambulan por allí y (salvo quienes lo hacemos con propósito específico) la inmensa mayoría ni siquiera echa una mirada de reojo a lo adherido a aquellas mamparas que sirvieron de soporte al trabajo del fotógrafo francés.
Sería mala suerte de mi parte, pero al hacer el recorrido el sábado al mediodía, sólo vi un par de niñitas sonrientes paradas frente a una de las mamparas, haciendo sus comentarios. Los demás pasaban de largo.
ƑA qué se debe eso? Muy bien por parte del Gritón (Antonio Ortiz), Gabriel Macotela y Marcos Vargas, haber ideado esta toma, óptimo que su poder de convocatoria haya atraído a artistas tan relevantes como Helen Escobedo y Naomi Siegmann, recicladoras de la oveja Dolly junto con Louis Somersille. Ambas son participativas, entusiastas en sumarse a este tipo de proyectos. Pero como siempre ocurre, la improvisación pésimamente ideada por parte de un contingente numeroso de quienes respondieron a una convocatoria abierta, redundó en malograr las pocas buenas pintas, pastiches, melanges, dibujos y hasta pinturas que allí hay.
Se supone que el conjunto integra una protesta, como bien lo explicó Merry Mac Masters, en su nota del jueves 16 en esta sección. Muy bueno y muy santo lo de la protesta, pero el posible público al parecer no alcanza a percibirla y ni siquiera se regocija con lo allí expuesto. Ya esto último supondría algún logro.
Eso no quiere decir que todo sea malo. Antes al contrario, hay tanto de malo que para el observador propositivo la congruencia de ciertos trabajos resalta de inmediato.
Muchas de las obras no son identificables, salvo por el número de mampara al que corresponden; otras, lleven o no firma del autor, resultan reconocibles y están entre las mejores. Por eso no es casual que el sintético, muy gráfico entrecruce del Gritón resulte adecuado, lo mismo que el trabajo de Macotela, que puede resultar incluso ''secuestrable". Lo mismo es posible afirmar del pajarraco, de Luis Argudín; de los alacranes negros, con fondo rojo, de Jesús Muñoz; de la acertada intervención de Alejandro Arango, de la briosa pinta de Estrella Carmona, del desnudo esbozado casi en un solo trazo de Luciano Spano, de las 25 impresiones idénticas del fotógrafo Izquierdo, de los corazones estilo Lucio Fontana de T. Abarca; la mujer tras las rejas, de Patricia Hernández, o las tres figuras México-Tenochtitlan, representativas de otras tantas etapas de nuestra historia, de Eloy Tarcisio.
''La cultura es el centro del universo", se atrevió a escribir Martha Chapa en su participación. Sí lo es, pero yo diría que más bien la tan apreciable cultura culinaria, no la pictórica (en su caso).
El dibujante dzmait3@yahoo en una de sus dos participaciones menospreció a las trabajadoras sociales del sexo y eso me pareció muy injusto. En cambio, en la otra muestra, un atiborramiento de figuras que me hizo evocar la película Amores perros, sólo que aquí no se trata de perros, sino de coches. Otro participante de apellido Huerta hizo una pinta aceptable, las mariposas de Eguiza tipo art nouveau son pasables y los pictogramas de Mario Núñez están bien.
Esto es ''La cofradía del chile", que mereció el apoyo del Gobierno del Distrito Federal.
No es posible, salvo éstas y algunas excepciones más, entre las que incluyo el ''mensaje" de Miguel Angel Corona (con el que no estoy de acuerdo debido a que el sexo permisivo llegó a su ocaso con el virus de inmunodeficiencia), hablar aquí de tendencias artísticas. Hay una marabunta oportunista y contaminante de intervenciones. No obstante me permito animar a los lectores a que ''descubran" a ''La Cofradía del chile, pese a que sólo un porcentaje muy reducido de las 150 intervenciones merecen un golpe de ojo.