MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
Falla nuevamente la bola de cristal de Los Pinos
Desempleo y alzas de precios trascienden el optimista y voluntarioso discurso oficial
UNA VEZ MAS, la bola de cristal de Los Pinos falló y urge que su propietario la lleve a servicio: las mágicas cifras que durante 2002 y en materia de empleo emanaron de ese artefacto no coincidieron con la realidad.
LOS MILES DE empleos generados en el discurso presidencial en el periodo citado fueron cancelados por una realidad poco grata, resumida en el informe que oficialmente presentó ayer el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en materia de desempleo.
EN DICIEMBRE DE 2002 la tasa de desempleo abierto fue de 2.13 por ciento de la población económicamente activa (PEA) y el promedio anual llegó a 2.71 por ciento, de tal suerte que alrededor de un millón de mexicanos en edad y condiciones para laborar, no encontraron un empleo remunerado en la economía formal.
SI A LO ANTERIOR se suma que en 2001 la situación no fue muy distinta, se podrá conocer que la suficiente generación de fuentes de trabajo sigue siendo una delicadísima asignatura pendiente en los dos años de gobierno de Vicente Fox, quien en este renglón no ha podido evadir la responsabilidad de compartir resultados con los sexenios tricolores.
LAS CIUDADES EN las que el INEGI levanta su encuesta mensual, que permite establecer la tasa de desempleo abierto, reportaron los siguientes indicadores: León, 0.6 por ciento; Oaxaca, 0.7; Tijuana, uno; Acapulco, La Paz, Mérida y Orizaba, 1.1, en cada caso; Mexicali y San Luis Potosí, 1.2; Ciudad Juárez, Morelia y Reynosa, 1.4; Ciudad del Carmen y Nuevo Laredo, 1.5; Cancún y Cuernavaca, 1.6; Campeche, Colima, Pachuca, Querétaro y Tepic, 1.7; Guadalajara, 1.8; Culiacán, Durango y Puebla, 1.9; Celaya y Saltillo, 2; Tuxpan, 2.1; Salamanca, 2.2; ciudad de México y Veracruz, 2.3; Aguascalientes, 2.4; Villahermosa, 2.5; Tampico, 2.6; Matamoros y Monterrey, 2.8; Hermosillo y Zacatecas, 2.9; Tlaxcala, 3.1; Torreón, 3.3; Chihuahua y Toluca, 3.4; Tuxtla Gutiérrez, 3.5; Ciudad Victoria, 3.6; Coatzacoalcos, 4 y Monclova, 5.1 por ciento.
EN MATERIA DE empleo, pues, las promesas electorales encabezan los pendientes del ahora inquilino de Los Pinos, y dado el panorama que se observa para 2003 poca es la esperanza de que los éxitos, en este como en otros muchos renglones, trasciendan el optimista y voluntarioso discurso oficial.
MIENTRAS LA TASA de desempleo abierto avanza, otros indicadores reportan un sensible descenso, como en el caso del otrora orgulloso superpeso del cambio, que en las últimas semanas han mostrado cierta debilidad. Ayer, de hecho, el tipo de cambio de la moneda nacional cerró, respecto al dólar estadunidense, en 10.73 unidades.
PARA EL PESO mexicano, la de ayer fue la cuarta sesión consecutiva con pérdida y cerró con el indicador más alto desde el 14 de enero de 1999, cuando finalizó en 10.65 pesos por dólar. El Banco de México fijó en 10.6222 pesos el tipo de cambio para solventar obligaciones denominadas en moneda extranjera pagaderas en el país.
LA DIVISA NACIONAL no podía mostrar signos de bonanza, cuando ayer desde Nueva York se difundió que el dólar estadunidense cayó a un mínimo de tres años frente al euro, en una sesión de escaso volumen que resultó afectada por las reiteraciones de Estados Unidos de que actuará contra Irak si ese país no entrega las armas de exterminio que Washington asegura que tiene, de acuerdo con un despacho de la agencia Reuters. Para nadie es secreto que el peso mexicano está perfectamente abrazado al billete verde.
LA MONEDA COMUNITARIA superó su máximo del pasado viernes (1.0679 dólares-euro), para alcanzar un valor de 1.0690 dólares; un avance de 0.17 por ciento frente al cierre previo en Nueva York. Nada distinto sucedió con el tipo de cambio del dólar frente al franco suizo, toda vez que la moneda estadunidense cayó a mínimos de cuatro años, de 1.3662 francos suizos por dólar.
EN EL JUEGO del sube y baja, y en sentido contrario de lo que sucede con el superpeso, de la Secretaría de Hacienda surgió una buena noticia para esta enorme cuesta de enero: los precios de los bienes y servicios del sector público "sólo" se incrementarán en promedio 2.7 por ciento este año, "lo cual resulta inferior a la inflación esperada de 3 por ciento para el cierre del ejercicio anual, de acuerdo con el criterio de la propia dependencia.
EN 2003, LA política que aplicará el gobierno federal en lo que toca a precios y tarifas de los bienes y servicios del sector público "coadyuvará", dijo Hacienda, a la reducción de las expectativas inflacionarias "al enviar una adecuada señal al mercado".
SIN EMBARGO, EL consumidor seguirá siendo el que pague por los platos rotos. Durante este año, según el compromiso de la dependencia a cargo de Francisco Gil Díaz, se aplicará un incremento de 3 por ciento a los precios de gasolina y diesel, mientras que las tarifas eléctricas reportarán un aumento de 4 por ciento, con lo que el impacto para todos los sectores económicos del país será más que obvio. Además, y para beneplácito de los camioneros y demás usuarios de las autopistas y puentes federales, ya fue aplicado un incremento de 2.8 por ciento en las tarifas correspondientes. Eso sí, Hacienda pronostica que se logrará la inflación proyectada para el Banco de México (3 por ciento) en el presente año.
LO ANTERIOR ES para 2003, porque, como lo señala una nota de CNI, ya nadie se quita de encima los garrotazos de 2002, año en el que las tarifas de los bienes y servicios del sector público tuvieron un alza promedio de 16.53 por ciento, lo cual contribuyó a que por primera vez en tres años no se alcanzara la meta de inflación anual. Sin embargo, en casos concretos, las tarifas eléctricas mostraron un modesto aumento (decremento en términos de subsidio) que rozó 170 por ciento en el mismo periodo.
No hay de qué preocuparse, porque todavía falta observar la generosa política de aumento indiscriminado en el precio del gas doméstico, mediante la cual los distribuidores privados de este energético tradicionalmente se dan vuelo, reforzando así su enorme aceptación y carisma entre los consumidores.
Así, creen que encontraron la fórmula mágica: con las puertas cerradas, desempleo y aumento de precios, en aras de mantener la paz social.
Las rebanadas del pastel:
COMO DICE DON Enriquione, no es concesión divina, sino derecho ganado y obligación gubernamental respetarlo y defenderlo. Aun así, el presidente Fox aseguró que el IMSS no se concesiona ni se privatiza
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