Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 16 de enero de 2003
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Mundo

Al asumir la presidencia de Ecuador promete combatir la creciente pobreza

Crear frente internacional contra la corrupción, pide Lucio Gutiérrez

Anuncia la implantación de una "economía de guerra" y elimina el subsidio al gas doméstico

Duras críticas contra los poderosos "y sus partidos"; populista, su discurso: prensa extranjera

AFP, DPA Y REUTERS

Quito, 15 de enero. El nuevo presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, llamó hoy a crear un frente internacional contra la corrupción, prometió a los ecuatorianos im-pulsar un país en constante renovación, combatir la creciente po-breza -tras advertir que no gobernará "ni para las izquierdas ni para las derechas"- y pidió a los países ricos facilidades para el pago de la deuda externa.

Tras prestar juramento ante el Parlamento unicameral, en medio de vítores de sus seguidores, afirmó que "no vengo con poses me-siánicas, sólo prometo con total dedicación y paciencia entregar mi capacidad, mi alma, mi vida, al servicio de los pobres de la patria".

Horas después, Gutiérrez anunció la adopción de una "economía de guerra" y dispuso una serie de medidas para enfrentar el "desastre fiscal" que, dijo, recibió del gobierno de Gustavo Noboa.

Como primera medida, decidió la eliminación del subsidio al consumo doméstico de gas, que le cuesta al Estado alrededor de 560 millones de dólares al año. A cambio, aumentó de 12 a 20 dólares por mes el "bono solidario" que reciben algo más de un millón de ecuatorianos pobres.

En su discurso de asunción, calificado de populista por la prensa internacional, el ex militar dijo que asumía sobre sus hombros "una abrumadora deuda social", y lanzó duras críticas contra "los poderosos y sus partidos", a quienes advirtió que luchará por "cambiar este sistema injusto".

"Gobernaré para los pobres, no para ustedes, señores que han mandado siempre en este país", y aseveró el ex militar que "haré el cambio aunque ustedes intenten obstaculizarme".

Sin ataduras ideológicas

El nuevo mandatario, quien du-rante la campaña presidencial se definió como de centroizquierda, hizo una alusión generalizada a su postura ideológica en el discurso inaugural, al aclarar que se mantendrá equidistante del partidismo tradicional. qui15-132834-pih

"Si compartir y ser solidario (con los pobres), si combatir la corrupción, la injusticia social y la impunidad, es ser de izquierda, pues soy de izquierda", afirmó.

"Si generar riquezas e impulsar la producción es ser de derecha, pues también soy de derecha", agregó el nuevo mandatario.

"Lucio Gutiérrez no gobernará ni para las izquierdas ni para las derechas. Gobernará para todos los ecuatorianos, sin las ataduras ideológicas del pasado", afirmó en medio de aplausos.

Señaló que sus adversarios políticos "han comentado en distintos tonos que Lucio Gutiérrez no está preparado para gobernar porque no tiene experiencia y porque carece de ideología".

Agregó que no quería saber na-da de la política tradicional, "y confío en terminar mi mandato totalmente inexperto en estos quehaceres de corrupción, injusticia social e impunidad", enfatizó.

"Como política de Estado, de-claro la lucha contra la corrupción, causa radical del subdesarrollo y la miseria", afirmó.

Añadió que "las fuerzas armadas sólo se justifican si están al servicio de los intereses nacionales y no de la oligarquía corrupta que se ha robado nuestro dinero, nuestra vida, nuestras ilusiones, y el derecho de los ecuatorianos a tener una vida digna".

De acuerdo con sus planes de un ajuste de la economía para equilibrar las cuentas fiscales y una propuesta de reforma política que piensa someter a plebiscito, insistió en que "cambiaré Ecuador o moriré en el intento".

Hizo énfasis en que la palabra clave es el "cambio", al señalar que se tiene que dar en la dirección de la convivencia social, que significa cambiar el modelo, el paradigma, la cultura, así como los presupuestos mentales sobre los que se puede construir.

Explicó que su plan de gobierno estará basado en la creación de riqueza y su redistribución, la eliminación de la pobreza, la recuperación de la gobernabilidad y la mejora de la seguridad pública, pero en un esfuerzo por contener las expectativas que generó su gobierno que hoy comienza pidió paciencia y apoyo para refundar al país, cuyos resultados, dijo, se ve-rán en el mediano plazo.

"Ecuador ha votado por un cambio radical, de 180 grados, porque sin cambio no hay esperanza", dijo el flamante presidente, elegido con 2.7 millones de votos.

En cuanto a su llamado a combatir la corrupción para que "los ladrones no encuentren refugio", propuso un frente internacional en esa materia semejante al de la lucha contra el narcotráfico, para que no escapen los corruptos.

"Tenemos que combatir la co-rrupción, igual que lo hacemos con el narcotráfico", afirmó dirigiéndose a los presidentes invitados de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada; Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva; Colombia, Alvaro Uribe; Cuba, Fidel Castro; Chile, Ricardo Lagos; Perú, Alejandro Toledo, y Venezuela, Hugo Chávez. Entre los asistentes a la ceremonia figuró por Estados Unidos su enviado especial para Latinoamérica, Otto Reich.

Los peligros de la globalización

De 45 años, el gobernante para los próximos cuatro años, planteó el reforzamiento de los procesos de integración y la rápida ampliación de la cooperación regional, e instó a los países de América Latina a prepararse para afrontar "los peligros de la globalización", de modo que "en vez de ser un riesgo se convierta en una oportunidad".

Gutiérrez, quien no ha ocultado que afronta presiones dentro su alianza gobernante por los alcances de su programa económico, pidió a los acreedores de la deuda externa un alivio en su servicio a fin de reflotar socialmente a Ecuador, cuya deuda bordea los 11 mil 320 millones de dólares, 45 por ciento del producto interno bruto.

Dijo que lanzaba "un grito desesperado al mundo desarrollado" para que ayude a los menos desarrollados con la carga de la deuda externa: "No podemos de-sarrollar a nuestros países pagando por la deuda externa porcentajes de alrededor de 40 por ciento del presupuesto nacional".

A la par de la lucha económica, el nuevo gobernante aspira a im-pulsar una reforma política para reducir el poder del Parlamento de cien miembros y reorganizar las cortes locales, acciones que son rechazadas por los partidos tradicionales, que dominan el Congreso unicamaral y fueron derrotados por la alianza electoral.

Lucio Gutiérrez, quien irrumpió abruptamente en la política del país al protagonizar con grupos indígenas y mandos medios militares una insurrección que puso fin el 21 de enero de 2000 al en-tonces gobierno de Jamil Mahuad, encabeza un gobierno de perfil ideológico diverso con militares retirados, indígenas, mujeres y economistas ortodoxos.

Tras juramentar a sus ministros, Gutiérrez designó una nueva cú-pula militar con el general Osvaldo Jarrín como jefe del comando conjunto de las fuerzas armadas ecuatorianas, entre sus primeros actos de gobierno.

Al término del acto, Hugo Chávez calificó de "revolucionario" el discurso de Gutiérrez, en tanto que Ricardo Lagos ofreció su apoyo a Ecuador en el combate a la pobreza, mientras que Alvaro Uribe abogó por un trabajo bilateral con fronteras abiertas pero listos para combatir a la delincuencia y el narcotráfico.

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