Por verse, si Fox interviene en el proceso o
las autoridades hacen valer la autonomía
Año político en la UNAM: se elige rector
y se define si hay congreso
Es previsible que Juan Ramón de la Fuente buscará
la relección, afirma el investigador Roberto Rodríguez
La actividad comenzará en el segundo semestre del año
KARINA AVILES
El 2003 será un año fundamentalmente político
en la UNAM, porque corresponderá el relevo o la posibilidad de relección
del rector Juan Ramón de la Fuente, situación con la que
se verán "movimientos inéditos en la historia de la institución",
pues se pondrá a prueba si el Ejecutivo federal intervendrá
-como sus antecesores- en el cambio y si el gobierno universitario hace
uso de su autonomía, expresó Roberto Rodríguez, investigador
del Centro de Estudios sobre la Universidad.
También especialista en educación superior
y gobierno universitario, Rodríguez señaló que otro
elemento que imprime sello político a la UNAM este año es
la organización del congreso por etapas. Si se decide que la ruta
es el congreso, esto implicará una gran capacidad de despliegue
para la realización de foros, talleres y procedimientos, con el
propósito de recoger opiniones.
Es hora de redefinir posiciones
La
definición de un nuevo rector o la relección del actual conllevará
una intensa actividad política con movimientos internos en las distintas
dependencias y facultades, y una toma de posición de los sectores
que integran la comunidad. La actividad política podría comenzar
en el segundo semestre del año, pues ya sea que el rector se relija
o no las posiciones de la UNAM se redefinen, explicó.
Roberto Rodríguez destacó que, a diferencia
de otros rectorados en los que la sucesión o relección contaba
"con claros amarres" desde la Presidencia de la República, ahora
por primera vez se desconocen las reglas del juego.
Sin embargo, "no es descartable e incluso es previsible
que el Ejecutivo quiera intervenir en este proceso", con el propósito
de tener "un rector más afín a los intereses del gobierno".
No hay que olvidar que 2003 también es un año político
y electoral en el país.
De tal manera que se pondrán a prueba dos cuestiones:
por un lado, si el Presidente toma una posición de intervención
o no en la UNAM y, por otro, si la Junta de Gobierno de la institución
es sensible a posibles posiciones del gobierno federal o defiende la autonomía.
Los gobiernos priístas consideraron que la UNAM
tenía una posición clave, sobre todo por ser el lugar de
formación de la elite gobernante; su desempeño en las tareas
de difusión y preservación de la cultura; su sitio primordial
en el desarrollo de la investigación científica y humanística
del país; por ser el espacio que ha dado cabida a la crítica
y a las posiciones de izquierda, de tal manera que se tenía cuidado
con lo que pasaba en la institución, porque eso repercutía
en el ámbito nacional y por la cantidad de recursos destinados a
la universidad, lo cual obliga a tener vigilancia.
En el escenario actual, dijo, lo más lógico
sería pensar que De la Fuente jugará por la relección.
En ese sentido, consideró que la organización del congreso
universitario es una plataforma de reforma para un segundo periodo.
En cuanto a la manera en que la comunidad observa el rectorado
de De la Fuente, el especialista señaló que podría
hablarse de tres sectores: "Para el grueso de la comunidad este periodo
ha representado una etapa de estabilidad, sin cambios, con un rector que
ha garantizado la marcha cotidiana de la institución. La calma y
la tranquilidad tienen un valor en sí mismos, y ese hecho le da
buenas cartas".
También hay un sector "que tiene una opinión
muy favorable (del rector) por el papel político que ha desempeñado
en sus gestiones para obtener mayores recursos para la universidad y por
fijar posiciones críticas, razonables y bien presentadas al gobierno
de Vicente Fox". Esta rectoría, añadió, ha representado
"un contrapeso a las políticas gubernamentales".
Pero por otro lado existe un tercer sector "que podría
dividirse entre los críticos que desde una posición conservadora
opinan que De la Fuente se ha excedido en algunas propuestas, como la de
modificar la Ley Orgánica, y piensan que no hay que arriesgar nada;
y los críticos que están en el extremo opuesto de los primeros
y consideran que los cambios se han dado más en las palabras que
en los hechos y están decepcionados porque las transformaciones
no se han llevado a cabo".
Por último destacó que este año será
muy importante para la máxima casa de estudios, porque tanto la
sucesión o relección del rector como la organización
del congreso universitario "marcarán un perfil del rumbo de la universidad
en los próximos años". Por ello es fundamental que la comunidad
se involucre en los dos procesos, expresó.