Con El Tiradito Antonio Zúñiga
obtuvo el Premio Nacional Nuevo León de Dramaturgia 2002
Una obra recoge la leyenda del "santo de los indocumentados"
La pieza, odisea homérica que transcurre en el
desierto de Sonora y Arizona, en la que el moderno Ulises es un inmigrante,
explica el autor Hay planes para representarla a principios de 2004
CARLOS PAUL
A partir de la leyenda del "santo de los indocumentados",
El
Tiradito, el dramaturgo Antonio Zúñiga escribió
una obra en la que reflexiona sobre los problemas y peligros que deben
enfrentar los inmigrantes que cruzan por el desierto de Estados Unidos.
Con El Tiradito. Crónica de un santo pecador, Zúñiga
obtuvo el primer lugar del Premio Nacional Nuevo León de Dramaturgia
2002.
En
el corazón del barrio histórico de la ciudad de Tucson (Arizona,
EU) se halla una capilla en la que se venera a ese santo. De las
varias leyendas sobre su origen la más reconocida es la que narra
la historia de un indocumentado mexicano que cruzó la frontera a
principios de 1870 y entró a trabajar en una hacienda de aquella
región.
Este indocumentado conocido como Juan Olivares se enamoró
y tuvo un romance con la esposa del hacendado, quien al conocer esa relación,
en venganza lo asesino a hachazos, para luego arrastrarlo por la calle
y tirarlo en una zanja.
Ahí, donde fue tirado, fue sepultado por los lugareños.
Tiempo después -se cuenta- empezaron a suceder milagros, por lo
que la gente comenzó a venerar el lugar. Incluso se cree que si
la veladora que ofrenda una persona permanece encendida toda la noche,
el milagro que pidió se le concederá.
Como cada vez llegaban más personas a venerar a
ese santo, se improvisó una capilla a la que le dieron el
nombre de El Tiradito. Ese lugar se ha convertido ahora en el símbolo
del dolor y el sufrimiento de lo que se vive diariamente en la frontera,
y ahí se reúnen un jueves al mes los activistas solidarios
(mexicanos y estadunidenses) para rezar por los indocumentados que han
muerto en el desierto en busca de una vida mejor, así como para
denunciar distintas violaciones a los derechos humanos.
Hasta ahí también llegan "sobre todo inmigrantes
para reverenciar a este 'santo pecador', para pedirle arregle su situación
de indocumentados, su residencia, su ciudadanía; por sus hijos,
hermanos o amigos que cruzan la frontera, o por los que ya cruzaron y no
se encontraron con los cazadores de inmigrantes. Es el santo de los indocumentados",
expresa Zúñiga.
La idea vino de Tucson
La idea de escribir un texto acerca de esa leyenda, explica
el también autor de Estrellas enterradas, obra en la que
reflexiona sobre las más de 300 mujeres asesinadas en Ciudad Juárez,
Chihuahua, fue propuesta por Martín Zatarain, director del grupo
La Capilla Teatro, de Tucson, Arizona, quien le hizo llegar a Zúñiga
diversos documentos sobre la veneración a El Tiradito.
Así, con el apoyo del Programa de Residencias Artísticas
México-Canadá, nació la obra El Tiradito. Crónica
de un santo pecador.
La obra, explica el autor, "es una odisea que transcurre
en el desierto de Sonora y Arizona, que intenta reflexionar más
en el concepto que en la leyenda en sí, es decir, concebí
a un moderno Ulises que viaja de una extraña Itaca mexicana o latinoamericana
hacía el norte, en busca de la Capilla de los Deseos, donde vive
El
Tiradito, para pedirle trabajo en Estados Unidos y luego regresar de
nuevo a esa Itaca, el pueblo más pobre de México.
''Lo que intentó exponer es, por un lado, los problemas
y peligros a los que se tienen que enfrentar los hombres y mujeres que
emigran, pero sobre todo que de alguna manera estos seres son tirados,
expulsados de su lugar de origen por la incapacidad de un gobierno por
resolver sus necesidades de trabajo.
"Al protagonista lo enfrento a los peligros que corrió
Ulises. En este caso los cíclopes son unos polleros, las
sirenas unas cholas traficantes de mariguana, Circe es una mujer
que le revela su pasado mediante los sueños, y los cazadores de
inmigrantes representan la muerte. Estos últimos se encarnan en
el bandolero Billy The Kid, de quien se dice que también
le gustaba asesinar a mexicanos.
''Están representados también los agentes
de la Border Patrol, así como los grupos de solidaridad estadunidense
con los indocumentados, que en la realidad son aquellos que ponen depósitos
de agua en distintos puntos del desierto".
Zúñiga
-cuya dramaturgia aborda principalmente los problemas fronterizos México-Estados
Unidos- destaca que hoy más que nunca la cuestión de los
indocumentados cobra una vigencia extraordinaria, pues con la apertura,
desde primero de enero, de productos agropecuarios estadunidenses y el
rezago del campo mexicano "es muy probable que crezca la migración.
Los campesinos mexicanos se convertirán en los tiraditos de
nuestra época".
El Tiradito. Crónica de un santo pecador "está
comprometida" para ser puesta en escena a principios del 2004 por el grupo
La Capilla Teatro, de Tucson, en la que participará también
el grupo Alborde Teatro, de Ciudad Juárez, adelanta Zúñiga.
Sin embargo -añade-, ''en abril de este año
estrenaré en el Distrito Federal Una luna de pinole, obra
infantil con títeres y actores que retoma una leyenda tarahumara
en la que se narra la historia de que las niñas no deben verse reflejadas
en un lago por la noche, porque la Luna las absorbe. La obra trata de una
niña que desobedece esa leyenda. Después su estreno la obra
se presentará en diversas comunidades rarámuris''.