Un padecimiento del sistema inmunológico
cortó su vida; hoy es sepultada en Tabasco
Fallece a los 46 años Rocío Beltrán
Medina, esposa de López Obrador
El jefe de Gobierno del Distrito Federal recibe amplias
muestras de solidaridad popular
RAUL LLANOS SAMANIEGO
Ayer en punto de las cuatro de la tarde, el jefe de Gobierno
del Distrito Federal (GDF), Andrés Manuel López Obrador,
y sus hijos -José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo-
salieron de la capilla B de la agencia funeraria de Gayosso para hacer
juntos el último viaje a su natal Tabasco con Rocío Beltrán
Medina, esposa del mandatario, a quien un padecimiento crónico cortó
la vida a los 46 años.
Apenas abordaron la camioneta negra que los trasladaría
al aeropuerto fueron rodeados por un tumulto de personas que en un grito
resumían su sentir: "¡Andrés, amigo, el pueblo está
contigo!", y conforme avanzaba el vehículo colocaban ramos de flores
sobre el toldo.
Amas
de casa, ancianas apoyadas en su bastón, taxistas, empleados de
tiendas, gente del pueblo acudieron a dar el pésame al mandatario
capitalino, quien perdió a su compañera de siempre, con la
que cumpliría 24 años de casado el próximo 8 de abril.
El deceso de Beltrán Medina ocurrió ayer
aproximadamente a las 9 horas en su domicilio de la colonia Copilco Universidad,
luego de que se complicara la enfermedad del sistema inmunológico
que la aquejaba desde hace varios años.
Personas cercanas a la familia comentaron que fueron los
hijos del matrimonio López Beltrán quienes avisaron al jefe
de Gobierno que la salud de su madre se había agravado y solicitaron
apoyo médico de urgencia.
López Obrador suspendió su camino rumbo
al aeropuerto -para viajar a Campeche- y retornó a su domicilio,
en la calle de Odontología.
Todavía encontró con vida a Rocío
Beltrán, pero sólo por unos segundos. Los integrantes de
la ambulancia 520 del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas
(ERUM) confirmarían más tarde la muerte. Ya nada se pudo
hacer.
Minutos después del fallecimiento, el sacerdote
Miguel Concha acudió a la casa de la familia López Beltrán
para oficiar una misa en memoria de la esposa del Ejecutivo local, y al
mediodía el cuerpo fue trasladado a la agencia de Gayosso, en la
calle de Félix Cuevas, donde fue velado por unas dos horas, tras
lo cual fue trasladado en un vuelo comercial a la ciudad de Villahermosa.
Señales de afecto
Desde el primer momento en que estuvo el cuerpo de Rocío
Beltrán en la capilla B de la agencia funeraria se hicieron patentes
las muestras de cariño y solidaridad hacia la familia López
Beltrán.
Los primeros en llegar fueron los comunicadores Jacobo
Zabludovsky y Joaquín López Dóriga. También
estuvieron otros periodistas como Julio Scherer García, Roberto
Rock, Verónica Ortiz, Carlos Loret de Mola, así como muchos
colegas de otros medios y compañeros de este diario, encabezados
por su directora general, Carmen Lira Saade.
Acudieron asimismo integrantes del gabinete de López
Obrador, entre ellos Carlos Urzúa, secretario de Finanzas; Francisco
Garduño, titular de Transporte, y el procurador de Justicia, Bernardo
Bátiz. Ahí también se observó al obispo de
Ecatepec, Onésimo Cepeda.
También acudieron a dar el pésame desde
temprano los jefes delegacionales de Iztapalapa, René Arce; Joel
Ortega, de Gustavo A. Madero, y Guadalupe Chavira, de Milpa Alta, así
como el líder de la fracción del PRD en la Cámara
de Diputados, Martí Batres.
Asimismo, el dirigente del PRD capitalino, Víctor
Hugo Círigo, y diputados locales como Armando Quintero y Carmen
Pacheco. De las administraciones panistas sólo se observó
al delegado en Benito Juárez, José Espino von Roerich, y
el de Cuajimalpa, Francisco de Souza.
Pero también hicieron su arribo espontáneo
cientos de personas ajenas a la clase política: ancianos, taxistas,
trabajadores, familias que se habían enterado de la noticia por
televisión y decidieron manifestar su solidaridad al mandatario
local, y quienes también dieron el último adiós a
Beltrán.
Alrededor de las 14 horas se presentó la dirigente
nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD),
Rosario Robles, quien calificó de pérdida lamentable la muerte
de Rocío Beltrán, y recordó de ella "a la mujer comprometida,
valiente, siempre al lado de Andrés Manuel López Obrador
en sus momentos más difíciles, como fue su lucha en Tabasco".
Le seguiría Cuauhtémoc Cárdenas,
ex candidato presidencial del mismo partido, quien acudió con su
hijo Cuauhtémoc Cárdenas Batel. Más tarde arribaría
Lázaro Cárdenas Batel.
Las coronas y los arreglos florales también llegaron
por decenas, entre ellas una enviada por el titular de la Defensa Nacional,
Ricardo Clemente Vega, y una más de la Secretaría de Marina.
Así, paulatinamente fueron llenando los reducidos
espacios que quedaban en la capilla B de Gayosso, donde se colocó
el cuerpo de Beltrán Medina, del cual nunca se despegaron el mandatario
capitalino y sus tres hijos, José Ramón, de 22 años;
Andrés Manuel, de 18, y Gonzalo, de 12.
Después, en una interminable fila de condolencias
se observó al secretario local de Seguridad Pública, Marcelo
Ebrard; al priísta Gustavo Carvajal Moreno, quien afirmó
que tuvo una amistad muy cercana con la familia de López Obrador
desde que era funcionario público en Tabasco, así como a
René Bejarano y su esposa, la delegada en Cuauhtémoc, Dolores
Padierna.
Al conocer la noticia también se presentaron el
historiador Lorenzo Meyer; la actriz Carmen Salinas; el director de cine
Gabriel Retes; el dirigente del STUNAM, Agustín Rodríguez;
el líder izquierdista Arnoldo Martínez Verdugo; el diputado
petista José Narro, así como Joel Ayala, secretario general
de la FSTSE, quien externó la solidaridad de la burocracia federal
con el Ejecutivo local.
Media hora antes de que se trasladara el féretro
al aeropuerto capitalino se presentó el secretario federal de Seguridad
Pública, Alejandro Gertz Manero, a quien se preguntó si llevaba
la representación presidencial. Se limitó a contestar: "vengo
a rendir respeto a la familia de un amigo".
Casi a las 15:30 horas fue difundido un comunicado de
la Presidencia de la República en el que Vicente Fox y su esposa,
Marta Sahagún, expresaban su pésame. Con todo, personal de
Comunicación Social del GDF precisó que desde temprano hubo
comunicación entre ambos mandatarios.
Traslado a Tabasco
A
las cuatro de la tarde fue cerrada la capilla B para llevar el cuerpo a
Tabasco. A esa hora cientos de personas se habían congregado frente
a la funeraria, y cuando López Obrador descendió junto con
sus hijos fueron sonoros los gritos de apoyo: "¡Andrés, amigo,
el pueblo está contigo!"
Una multitud los siguió por los 100 metros que
separaban la puerta principal de la funeraria de la camioneta negra en
que partieron rumbo al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Atrás iba la carroza fúnebre. Luego un vuelo comercial llevó
el féretro a Villahermosa, donde Rocío Beltrán fue
velada anoche. La inhumación se realiza hoy por la mañana.
A pesar de que los servicios funerarios en esta capital
terminaron a las 16 horas, siguieron llegando a la agencia decenas de personas
de todas las clases sociales, que iban con la intención de manifestarle
su pésame al jefe de Gobierno.
El mandatario capitalino, de acuerdo con información
del área de Comunicación Social, estará un par de
días en Tabasco, tras los cuales regresará a la ciudad de
México para proseguir con sus actividades normales.
De hecho, la mañana de ayer ofreció su tradicional
conferencia matutina y sostuvo una reunión con su gabinete, la cual
terminó a las 8:30 horas. Luego se dirigió al aeropuerto
para viajar a Campeche con el propósito de apoyar la campaña
de Alvaro Arceo Corcuera, quien busca la gubernatura del estado.
El 7 de diciembre de 2000, el entonces precandidato a
jefe de Gobierno perdió a su padre, Andrés López Ramón,
de 87 años, quien después de estar internado varios días
en el Instituto Nacional de Nutrición falleció a causa de
una complicación renal. Siete meses antes había perdido a
su madre, Manuela Obrador, de 77 años, debido a un paro cardiaco.
Ambos fueron inhumados en Tabasco, de donde eran originarios.