Olga Harmony
Teatro en papel /II y último
Empieza el año con un luto en el medio teatral por la muerte de Carlos Roces, el espléndido diseñador de vestuario, el culto académico, el hombre de corta estatura y alto encanto bienquerido por quienes lo conocimos. Aunque hay un número importante de buenos vestuaristas, su ausencia deja un hueco muy grande. Ojalá alguna entidad cultural pudiera reunir sus diseños en un volumen que serviría de inigualable lección para todos los que se dedican a esta rama escénica tan importante en todo montaje y que no siempre es apreciada a cabalidad.
Poco a poco se va apreciando en nuestros medios el trabajo de los diseñadores -a los que no me gusta llamar creativos, porque en la escena todos lo son- como verdaderos artistas, y aquí regreso a esta última parte de las ediciones teatrales del año pasado. La Unión de Teatros de Europa dedica por primera vez un volumen a un teatrista mexicano. Junto al Festival Cervantino editó un formidable libro acerca de Alejandro Luna, el segundo que se hace de la obra de este escenógrafo. Además de bocetos y fotografías, se cuenta con un retrato escrito por Fernando de Ita, una entrevista que le hace Giorgio Ursini Ursic, en la que el creador habla de su concepto escenográfico; una breve semblanza por Giovanna Recchira, quien ordenó una cronología de sus diseños acompañada de pequeñas fotografías de cada obra mencionada, y una muy completa hemerobibliografía compilada por Angeles Moreno y Josefina Brun. Complementa el que le hicieran El Milagro y Conaculta, y con ello tenemos una visión muy amplia del maestro de la luz y el espacio.
Más volúmenes con obras dramáticas nos ofrece el Centro de Artes Escénicas del Noroeste (CAEN) con sede en Tijuana, que desde su fundación ha tenido una gran presencia editorial que debería llegar más a nuestras librerías para borrar la idea de que Tijuana es sólo narcotráfico y maquila. Además, CAEN ha formado a muchos teatristas de la región que siguen tomando talleres como el de dramaturgia que coordina cada año Vicente Leñero y que ha producido dos de los tomos antologados por su editorial. Uno de ellos, Once en la cancha, reúne once pequeños textos acerca del Mundial futbolístico escritos, como dice Leñero, al bote pronto en un lapso de cuatro semanas, pero con reglas bastante estrictas. El resultado es un pequeño volumen con textos de autores bajacalifornianos al que se añade el coordinador con un pequeño guión cinematográfico.
Abarcan todos los tonos, desde la delirante farsita Duodécimo, de Virginia Hernández, con que se abre el libro, hasta el agridulce Hoy juegan, de Vicente Leñero, con que se cierra. Los otros textos recogidos son La ley de la ventaja, de Daniel Serrano; Inconciente conciencia mía, de Juan José Luna; Entrada al paraíso, de Elba Cortez; Centrodelantero, de Angel Norzagaray; Medio tiempo, de Ricardo Gómez; Los últimos 15 minutos, de Rafael Rodríguez; Pan y circo, de Bárbara Colio; El otro pase, de Marco A. Rivera, y ƑDónde quedó la bolita?, de Librado Reyes. El espacio no me permite hablar en extenso de cada obrita, pero sí puedo decir que el libro, más que una muestra de un ejercicio dado en un club taller, es testimonio de una dramaturgia muy recomendable.
También del taller de Vicente Leñero es el volumen doble de la colección Los Inéditos que contiene Sanborns light, otra divertida farsa de Virginia Hernández, y La conquista del gordo, pieza cargada de intención de Daniel Serrano. También de la colección Los inéditos de CAEN es Al límite. Antología de la dramaturgia bajacaliforniana -que con su nombre recuerda la frontera física con Estados Unidos, pero también las situaciones de los personajes-, con prólogo de Fernando López Mateos, que abarca textos de diferentes tonos y estilos, pero todos de muy buena factura y muy interesantes: la sorprendente, por su estructura, es La tarde en que los amantes se encontraron por primera vez, de Bárbara Colio; Angeles últimos, texto acerca de los niños de la calle, de Elba Cortez; Guía nocturna, de Edward Coward, ya representada en la capital; Expresso norte, en que Virginia Hernández olvida la farsa y escribe un texto acerca de la frontera; Calle 7, de Rafael Pérez Barrón; la antibélica El olor de la guerra, de Hugo Salcedo, y La ruta de las abejas, acerca de los indocumentados, de Daniel Serrano.
