De los brasileños Alberto Olguín
y Domingos de Oliveira, se presenta en el Jorge Negrete
Todos tenemos problemas... trata el sexo con
humor y sin tapujos
Promover un mejor acercamiento con la pareja y mostrar
que en este mundo existen homosexuales, bisexuales y "perversiones maravillosas",
algunos de los propósitos de la obra
MARIANA NORANDI
Desde hace unos años, el terapeuta Alberto Goldín
tiene una columna en el periódico brasileño O Globo,
a la que los lectores, de diversas clases sociales y edades, le envían
cartas consultándole problemas sexuales de distinta índole.
Con el tiempo, Goldín pensó que el contenido de esas consultas
era lo suficientemente rico para hacer una obra de teatro. Entonces se
puso en contacto con el dramaturgo Domingos de Oliveira y escribieron Todos
tenemos problemas (sexuales), comedia en la que el espectador, por
medio del humor y la caricatura, se ve reflejado en el personaje. Debido
al éxito obtenido en Brasil se hizo una versión para Chile,
otra para Argentina y ahora una para México, a raíz de que
el productor Morris Gilbert la vio en Buenos Aires y decidió contactar
con su directora, Lía Jelín. Desde hace un mes se presenta
todos los fines de semana en el teatro Jorge Negrete.
Interpretada por Ernesto Godoy, Yekaterina Kiev, Rafael
Mercadente, Juan Ríos, Lourdes Reyes, Dalilah Polanco, Bricia Orozco
y Anahí Allué, la obra consta de seis actos y cada uno corresponde
a una carta enviada a la columna del periódico. La primera trata
el dilema que envuelve a la seducción. Las dobles morales, los tabúes,
las inseguridades y los prejuicios que existen a la hora de la conquista.
La segunda aborda el tema de la curiosidad, encarnada en una mujer que,
por haberse casado virgen, tiene la curiosidad de probar otro amante que
no sea su marido. La tercera ahonda en la cuestión de la impotencia
y de los mitos e incomprensión que existen alrededor de ella.
La cuarta carta es la perversión vista como juego
sexual y no como tabú social. La quinta trata el asunto del deseo
y toda la aureola erótica onírica que lo rodea, representado
en la puesta mediante un amor cibernético. La última carta
expone el tema de las preferencias sexuales y está interpretada
por el personaje de un marido bisexual que simboliza la tolerancia.
El montaje es original y busca la reflexión del
espectador por medio de su propia identificación. En una u otra
historia, todos nos vemos reflejados o conocemos a alguien que podría
haber escrito una de esas cartas. Los actores, que se alternan según
el día de la función, realizan un trabajo aceptable aunque,
con el transcurso del tiempo, pueden ir apoderándose más
de sus personajes para transmitir mayor credibilidad al espectador.
Campo abierto a la imaginación
La
obra posee un tono de comedia, enriquecido por un humor inteligente y perspicaz,
que ni en las situaciones más difíciles se tiñe de
dramatismo. El sexo y sus problemas se tratan con humor, ridiculizando
a los intolerantes y dejando el campo abierto a la imaginación.
El lenguaje es vívido y actual, los personajes expresan sin prejuicios
lo que piensan, sienten o desean y en ningún momento los papeles
femeninos se muestran en desigualdad sexual frente a los masculinos. Todos
tenemos problemas (sexuales) no representa una propuesta teatral profunda,
pero sí una comedia divertida de cuidada calidad.
Para lo vacía que está la ciudad, el teatro
donde se expone está bastante lleno. Eso es señal de que
la obra está gustando. Espectadores de todas las edades salen satisfechos,
y algunos comentan las escenas más divertidas alargando la risa
hasta las afueras de las instalaciones del Jorge Negrete. En los camerinos
La Jornada charla con Gerardo González. El y Ana Karina Guevara
son los directores residentes que suplen a Lía Jelín en México.
-¿Cómo ha sido tu labor de director residente?
-Yo ya había trabajado de asistente de dirección
de Lía en otras obras que hizo en México. Ana Karina y yo
estuvimos con ella durante todo el montaje y entonces sabemos perfectamente
qué es lo que quiere y lo que se tiene que cuidar de la obra.
-¿A quién va más dirigido el montaje?
-Va dirigido especialmente a los jóvenes, ya que
lo disfrutan mucho y les caen muchos veinte de comportamientos sexuales.
-Pero a veces las generaciones mayores son las que tienen
más problemas sexuales.
-Tenemos un público de todas las edades, pero siento
que en ocasiones las personas mayores no se identifican mucho con los personajes
y pueden sentirse un poco agredidas con algunos aspectos de la obra.
-¿Te refieres a aspectos lingüísticos?
-No, a la historia en sí. Por ejemplo, es muy difícil
que un hombre te diga "méteme un dedo", como se dice en la obra.
Los hombres no se dejan tocar el culo y eso es una hipocresía, ya
que el punto G de un hombre está en el ano. A la gente grande le
cuesta más trabajo oír esas cosas, pero se ríe mucho.
Aunque el que es inteligente a los siete años lo es a los 90.
-Estas cartas están escritas en una sociedad sexualmente
más abierta, como es la brasileña. ¿Cómo se
adapta a los problemas sexuales de los mexicanos?
-La sociedad brasileña es más abierta, pero
los problemas sexuales son similares a los nuestros, la diferencia es que
en México nos cuesta más trabajo hablar de ellos, por lo
que, en ese sentido, la obra no pierde validez.
Falta compromiso en las relaciones
-¿Cuáles crees que sean los problemas sexuales
más comunes de los mexicanos?
-Como ahora tenemos mucha más información,
estamos aprendiendo a tener una sexualidad que no tuvieron nuestros padres
o abuelos. Lo que pasa es que ahora a los jóvenes les falta el compromiso
en las relaciones. Te casas, te divorcias al año y te vale gorro.
Por otro lado, creo que sexualmente siempre vamos a tener dudas. Hay frases
de la obra que aún me hacen mella, como "el exceso de amor destruye
el acto sexual" o "la fidelidad no es una virtud, es una pésima
costumbre". Creo que los chavos deberían abrirse más a este
tipo de experiencias o, por lo menos, saber que existen.
-¿Cómo ve la obra el papel sexual entre
hombres y mujeres?
-Muy balanceado.
-Pero en la realidad está desequilibrado...
-Como debería ser parejo, la obra muestra una realidad
balanceada. Por ejemplo, en la historia del amor por chat es ella
quien lleva la batuta de la seducción. No es común que las
mujeres tomen la iniciativa, por eso mostramos un ejemplo de cómo
sí se puede cuando se es joven, moderna y económicamente
independiente.
-¿Cómo está reaccionando el público
ante estas propuestas?
-Bien, cada vez viene más gente.
-¿No tendrá un poco que ver el morbo que
despierta el título?
-Tal vez, pero yo ya no sé cómo atraer a
la gente al teatro y, si por el título viene, qué bueno.
Claro, siempre y cuando demos un espectáculo de calidad y no un
morbo que no lleva a nada.
-¿Qué te gustaría transmitir al público
con esta obra?
-Que tengan un mejor sexo y un mejor acercamiento con
su pareja. Que mientras sean adultos y conscientes, que hagan lo que quieran.
Y que sepan que en este mundo existen homosexuales, bisexuales y perversiones
maravillosas.
Todos tenemos problemas (sexuales): teatro Jorge
Negrete, Altamirano 128, col. San Rafael. Jueves, 20:30; viernes, 19:30
y 21:30; sábados 18 y 20, y domingos, 17:30 y 19:30 horas. Entrada:
180 pesos.