Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 31 de diciembre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas 
  >

Espectáculos
De los brasileños Alberto Olguín y Domingos de Oliveira, se presenta en el Jorge Negrete

Todos tenemos problemas... trata el sexo con humor y sin tapujos

Promover un mejor acercamiento con la pareja y mostrar que en este mundo existen homosexuales, bisexuales y "perversiones maravillosas", algunos de los propósitos de la obra

MARIANA NORANDI

Desde hace unos años, el terapeuta Alberto Goldín tiene una columna en el periódico brasileño O Globo, a la que los lectores, de diversas clases sociales y edades, le envían cartas consultándole problemas sexuales de distinta índole. Con el tiempo, Goldín pensó que el contenido de esas consultas era lo suficientemente rico para hacer una obra de teatro. Entonces se puso en contacto con el dramaturgo Domingos de Oliveira y escribieron Todos tenemos problemas (sexuales), comedia en la que el espectador, por medio del humor y la caricatura, se ve reflejado en el personaje. Debido al éxito obtenido en Brasil se hizo una versión para Chile, otra para Argentina y ahora una para México, a raíz de que el productor Morris Gilbert la vio en Buenos Aires y decidió contactar con su directora, Lía Jelín. Desde hace un mes se presenta todos los fines de semana en el teatro Jorge Negrete.

Interpretada por Ernesto Godoy, Yekaterina Kiev, Rafael Mercadente, Juan Ríos, Lourdes Reyes, Dalilah Polanco, Bricia Orozco y Anahí Allué, la obra consta de seis actos y cada uno corresponde a una carta enviada a la columna del periódico. La primera trata el dilema que envuelve a la seducción. Las dobles morales, los tabúes, las inseguridades y los prejuicios que existen a la hora de la conquista. La segunda aborda el tema de la curiosidad, encarnada en una mujer que, por haberse casado virgen, tiene la curiosidad de probar otro amante que no sea su marido. La tercera ahonda en la cuestión de la impotencia y de los mitos e incomprensión que existen alrededor de ella.

La cuarta carta es la perversión vista como juego sexual y no como tabú social. La quinta trata el asunto del deseo y toda la aureola erótica onírica que lo rodea, representado en la puesta mediante un amor cibernético. La última carta expone el tema de las preferencias sexuales y está interpretada por el personaje de un marido bisexual que simboliza la tolerancia.

El montaje es original y busca la reflexión del espectador por medio de su propia identificación. En una u otra historia, todos nos vemos reflejados o conocemos a alguien que podría haber escrito una de esas cartas. Los actores, que se alternan según el día de la función, realizan un trabajo aceptable aunque, con el transcurso del tiempo, pueden ir apoderándose más de sus personajes para transmitir mayor credibilidad al espectador.

Campo abierto a la imaginación

La obra posee un tono de comedia, enriquecido por un humor inteligente y perspicaz, que ni en las situaciones más difíciles se tiñe de dramatismo. El sexo y sus problemas se tratan con humor, ridiculizando a los intolerantes y dejando el campo abierto a la imaginación. El lenguaje es vívido y actual, los personajes expresan sin prejuicios lo que piensan, sienten o desean y en ningún momento los papeles femeninos se muestran en desigualdad sexual frente a los masculinos. Todos tenemos problemas (sexuales) no representa una propuesta teatral profunda, pero sí una comedia divertida de cuidada calidad.

Para lo vacía que está la ciudad, el teatro donde se expone está bastante lleno. Eso es señal de que la obra está gustando. Espectadores de todas las edades salen satisfechos, y algunos comentan las escenas más divertidas alargando la risa hasta las afueras de las instalaciones del Jorge Negrete. En los camerinos La Jornada charla con Gerardo González. El y Ana Karina Guevara son los directores residentes que suplen a Lía Jelín en México.

-¿Cómo ha sido tu labor de director residente?

-Yo ya había trabajado de asistente de dirección de Lía en otras obras que hizo en México. Ana Karina y yo estuvimos con ella durante todo el montaje y entonces sabemos perfectamente qué es lo que quiere y lo que se tiene que cuidar de la obra.

-¿A quién va más dirigido el montaje?

-Va dirigido especialmente a los jóvenes, ya que lo disfrutan mucho y les caen muchos veinte de comportamientos sexuales.

-Pero a veces las generaciones mayores son las que tienen más problemas sexuales.

-Tenemos un público de todas las edades, pero siento que en ocasiones las personas mayores no se identifican mucho con los personajes y pueden sentirse un poco agredidas con algunos aspectos de la obra.

-¿Te refieres a aspectos lingüísticos?

-No, a la historia en sí. Por ejemplo, es muy difícil que un hombre te diga "méteme un dedo", como se dice en la obra. Los hombres no se dejan tocar el culo y eso es una hipocresía, ya que el punto G de un hombre está en el ano. A la gente grande le cuesta más trabajo oír esas cosas, pero se ríe mucho. Aunque el que es inteligente a los siete años lo es a los 90.

-Estas cartas están escritas en una sociedad sexualmente más abierta, como es la brasileña. ¿Cómo se adapta a los problemas sexuales de los mexicanos?

-La sociedad brasileña es más abierta, pero los problemas sexuales son similares a los nuestros, la diferencia es que en México nos cuesta más trabajo hablar de ellos, por lo que, en ese sentido, la obra no pierde validez.

Falta compromiso en las relaciones

-¿Cuáles crees que sean los problemas sexuales más comunes de los mexicanos?

-Como ahora tenemos mucha más información, estamos aprendiendo a tener una sexualidad que no tuvieron nuestros padres o abuelos. Lo que pasa es que ahora a los jóvenes les falta el compromiso en las relaciones. Te casas, te divorcias al año y te vale gorro. Por otro lado, creo que sexualmente siempre vamos a tener dudas. Hay frases de la obra que aún me hacen mella, como "el exceso de amor destruye el acto sexual" o "la fidelidad no es una virtud, es una pésima costumbre". Creo que los chavos deberían abrirse más a este tipo de experiencias o, por lo menos, saber que existen.

-¿Cómo ve la obra el papel sexual entre hombres y mujeres?

-Muy balanceado.

-Pero en la realidad está desequilibrado...

-Como debería ser parejo, la obra muestra una realidad balanceada. Por ejemplo, en la historia del amor por chat es ella quien lleva la batuta de la seducción. No es común que las mujeres tomen la iniciativa, por eso mostramos un ejemplo de cómo sí se puede cuando se es joven, moderna y económicamente independiente.

-¿Cómo está reaccionando el público ante estas propuestas?

-Bien, cada vez viene más gente.

-¿No tendrá un poco que ver el morbo que despierta el título?

-Tal vez, pero yo ya no sé cómo atraer a la gente al teatro y, si por el título viene, qué bueno. Claro, siempre y cuando demos un espectáculo de calidad y no un morbo que no lleva a nada.

-¿Qué te gustaría transmitir al público con esta obra?

-Que tengan un mejor sexo y un mejor acercamiento con su pareja. Que mientras sean adultos y conscientes, que hagan lo que quieran. Y que sepan que en este mundo existen homosexuales, bisexuales y perversiones maravillosas.

Todos tenemos problemas (sexuales): teatro Jorge Negrete, Altamirano 128, col. San Rafael. Jueves, 20:30; viernes, 19:30 y 21:30; sábados 18 y 20, y domingos, 17:30 y 19:30 horas. Entrada: 180 pesos.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año