Podrían usarse cámaras de tv o radios, señala Bátiz
El careo entre Orlando Magaña y Juan Pablo Quintana sería indirecto
SUSANA GONZALEZ G.
El careo solicitado por la defensa de Orlando Magaña Dorantes con el único sobreviviente del séptuple homicidio de Tlalpan, Juan Pablo Quintana Calles, podría llevarse a cabo de manera indirecta a través de cámaras o equipo de radio, consideró el procurador capitalino Bernardo Bátiz.
Si bien dijo que el principal testigo del crimen, perpetrado el mes pasado contra la familia Narezo Loyola y dos empleadas domésticas, ha mostrado "mucho valor personal" para señalar a Magaña Dorantes como uno de los dos responsables de la masacre, dijo que el careo podría evitarse por tratarse de un caso grave.
"Hay sistemas, (como) la cámara de Gesell, o algún otro que se pueda hacer por comunicación de radio o telefónica", precisó al ser entrevistado ayer por la mañana cuando concluyó la reunión del gabinete de seguridad.
-ƑPor qué se evitaría el careo?
-Pues porque algunas veces la víctima, en casos tan graves como este, prefiere que haya alguna determinación de no tener que volver a enfrentar a quien le causó un daño grave. Aquí Juan Pablo ha manifestado mucho valor personal.
Aun así, Bátiz consideró que el testigo no solicitará ningún privilegio, pero en todo caso dijo que la decisión le corresponde tomarla a él junto con su familia. "(El) está cierto en lo que ha declarado. Lo ha dicho con mucha precisión, lo ha escrito y ya en cuanto pueda hablar con más soltura, estoy seguro que lo confirmará", pues cabe recordar que quedó lesionado de las cuerdas vocales por el disparo de arma de fuego con el que pretendieron ejecutarlo.
En torno al vencimiento de presentación de pruebas ante el juzgado 61 del Reclusorio Oriente, responsable del proceso penal contra Magaña Dorantes, el procurador informó que la defensa del inculpado solicitó la ampliación de declaraciones de casi todos los testigos.
Lo anterior implicará que la sentencia que dicte el juez Rogelio Magos Antolín Morales contra el presunto multihomicida, demore hasta un año, en lugar de los tres o cuatro meses que la PGJDF calculaba, dijo Bátiz.