El tribunal debe decidir sobre redolarización de depósitos

Ahorristas argentinos protestan por nombramiento en la Corte Suprema

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 30 de diciembre. Enfurecidos ahorristas defraudados se hicieron oír este día, apedreando, arrojando petardos y huevos, y luego rodeando el Palacio de Tribunales, en protesta por la asunción del ex titular del Senado Juan Carlos Maqueda como nuevo juez de la polémica Corte Suprema de Justicia, en sustitución de Gustavo Bossert, quien renunció recientemente alegando "fatiga moral".

Decenas de ahorristas encabezados por el actor cómico Nito Artaza, devenido en dirigente de cacerolazos de ahorristas, rompieron los vidrios de la puerta principal del edificio y obligaron al nuevo juez de la Corte a entrar por una puerta lateral. También fueron rotos los vidrios de algunos automóviles. En Mar del Plata se realizó una nueva marcha de ahorristas disfrazados que escracharon (acusar públicamente) varias sedes bancarias en esa ciudad balnearia y arrojaron huevos a las ventanas de los bancos. Muchos se habían cubierto el rostro con máscaras que representaban a los políticos de antes del estallido de la crisis hace un año, ahora en el poder.

Después de que el 2 de diciembre el gobierno levantó el corralito, impuesto el 3 de diciembre de 2001, se había registrado cierta tranquilidad, pero no para los miles que aún están atrapados en el corralón, que encierra los depósitos a plazo fijo. Varios jueces han fallado que el dinero debe ser devuelto en la moneda original en que estaba depositado: el dólar.

Pero si la Corte Suprema redolariza la economía, los trastornos económicos y políticos amenazarían con otra crisis terminal, a pesar de que el reclamo es justo. Los atrapados en el corralito levantado han perdido la mayor parte de sus ahorros, ya que el dinero fue recalculado a un dólar por uno 40 y, aunque luego hubo una nueva cotización, la devolución fue hecha cuando el dólar había llegado casi a los cuatro pesos.

Los ahorristas denuncian que Maqueda fue llevado a la Corte por el gobierno de Eduardo Duhalde para tratar de impedir que sus depósitos les sean devueltos en la moneda original. En realidad la amenaza de redolarizar de los impopulares jueces de la Corte Suprema, rechazados por más de 85 por ciento de los argentinos, es parte del juego permanente de chantaje político sobre el Ejecutivo. Ni durante el gobierno de Fernando de la Rúa, obligado a renunciar por la rebelión popular del 19 y 20 de diciembre de 2001, ni en el gobierno de Duhalde se tomaron las medidas para asegurar el juicio político a una Corte que convalidó todas las acciones inconstitucionales, privatizaciones corruptas y otras durante las dos presidencias de Carlos Menem (1989-1999).

También la Corte favoreció a Menem en la causa de la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador (1991-1995) que, de acuerdo con las investigaciones actuales, fue un negocio ilegal realizado en complicidad con Estados Unidos. Una de las demandas populares más fuertes en la rebelión de diciembre de hace un año fue el alejamiento de la Corte Suprema, y ahora existe una intensa frustración ante la imposibilidad de remover a los jueces, quienes suscitan un repudio masivo, incluso superior al que se siente por la clase política del sistema.

Durante el menemismo la Corte avaló todas las irregularidades que se cometieron para garantizar las imposiciones externas en el país y destruir al Estado: impidió comicios en los sindicatos donde podían triunfar listas que rechazaban la política oficial neoliberal, interfirió en las líneas editoriales de las empresas periodísticas, y se apoderó del expediente que trababa la privatización de Aerolíneas Argentinas. También convalidó el decreto de Menem para indultar a los jefes militares de la dictadura.

Legitimó, asimismo, el uso de los decretos presidenciales en asuntos que la Constitución reserva al Congreso, dejó sin efecto la medida cautelar que impedía la reducción salarial de los empleados públicos y mostró nulo interés por los cruentos atentados contra la embajada de Israel en 1992 y la mutual judía AMIA en 1994. Pero en este año, cuando se multiplicaron los fallos contradictorios en el tema del corralito, los "supremos" utilizaron esto para presionar al gobierno votando cuando convenía a su política chantajista por sí o por no.

En tanto, al realizar el balance del año, la Asociación de Defensa de los Consumidores y Usuarios de Argentina (ADECUA), advirtió que "el incremento de precios fue una constante durante todo el 2002, de manera que ahora es preciso señalar al presidente que así como apeló a la vía de decretos ilegales para habilitar aumentos a tarifas de servicios públicos, en esta oportunidad sabe que puede apelar a la Ley de Emergencia Económica (25.561) para equilibrar la balanza e inclinarla, esta vez, hacia el lado del consumidor.

"Esta la gran oportunidad del presidente de pensar en los consumidores, porque durante 2002 sólo se preocupó por contentar a las empresas privatizadas y en adecuarse a las exigencias del Fondo Monetario Internacional", añadió, en momentos en que subieron los precios de los combustibles.

Respecto de las cifras que indicaban que la desocupación había disminuido 3.7 por ciento, se concluyó que el índice de desempleo no bajó por la incipiente reactivación, sino porque creció la ayuda social, y porque los nuevos puestos que se generan son informales, sin cobertura social y de corta duración. Esto es, sólo tres de cada diez nuevos puestos de trabajo son genuinos.

Así cierra el año y pese al hecho de que el gobierno de Duhalde, el senador elegido por la Asamblea al finalizar 2001 en el contexto de una crisis caótica, se haya mantenido, y de que este año haya concluido en forma pacífica, la tragedia del hambre sigue rondando, cuando los países más ricos demandan al Fondo Monetario Internacional cerrar acuerdos que permitan a Argentina pagar sus deudas, más que nada.