Garantizado el suministro de gasolina durante
enero, asegura el titular de PDVSA
Llama la oposición venezolana a la "desobediencia
tributaria"
Cuatro heridos en enfrentamientos entre antichavistas
y simpatizantes del gobierno
DPA, AFP Y REUTERS
Caracas, 30 de diciembre. La oposición venezolana,
que no ha podido sacar del gobierno al presidente Hugo Chávez, a
casi un mes de haber iniciado un paro nacional, llamó ahora a la
"desobediencia tributaria", amenazó con convocar a una Asamblea
Nacional Constituyente y advirtió que "radicalizará" sus
protestas.
Al mismo tiempo, violentos enfrentamientos que dejaron
cuatro heridos entre opositores y seguidores de Chávez marcaron
este lunes la aguda tensión social que atraviesa este país,
en medio de una fuerte escasez de combustible.
El presidente de la opositora Confederación de
Trabajadores de Venezuela (CTV), Carlos Ortega, dijo en rueda de prensa
que los venezolanos "estamos negados a pagar impuestos a un régimen
que no presenta cuentas", y aseguró que el llamado a la "desobediencia
civil es constitucional y la activaremos en todas las áreas que
nos permitan seguir presionando".
El viernes Ortega invocó contra Chávez "la
desobediencia civil", un recurso considerado en el artículo 350
de la Constitución -reformada por el propio mandatario- que admite
el desconocer de forma generalizada las acciones de un gobierno que viole
los principios democráticos.
Por su lado, Carlos Fernández, presidente de la
mayor central patronal del país, Fedecámaras, afirmó
que ante la negativa del gobierno a sus exigencias (la renuncia de Chávez
o el adelanto de elecciones) no queda más remedio que "radicalizar"
el conflicto.
Apego a la Constitución
El
empresario agregó que se analiza recurrir al artículo 350
de la Constitución con "la desobediencia civil y tributaria", en
medio del paro que fue convocado por empresarios, sindicalistas, políticos
y grupos civiles. Fernández no precisó cómo se llevaría
a cabo la "desobediencia", que incluiría la negativa a pagar impuestos
y que, de acuerdo con algunos observadores, podría desatar una anarquía
en esta nación de 23 millones de habitantes.
Agregó que también se estudia la posibilidad
de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), "que es la máxima
expresión del pueblo y por lo cual tiene poderes públicos
constituidos. La ANC puede destituir al presidente, cambiar la Asamblea
Nacional (Parlamento) y a los otros poderes públicos", señaló
el empresario.
La Constitución establece que el pueblo es el depositario
del "poder constituyente" y puede convocar a una ANC con la "finalidad
de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y
redactar una nueva Constitución".
Fernández, quien forma parte de la coalición
opositora llamada Coordinadora Democrática, consideró, por
otro lado, que la protesta contra Chávez no está perdiendo
fuerza, a pesar de que no ha podido cumplir con su objetivo de sacar del
poder al mandatario, a quien acusó de tratar de obstaculizar cualquier
salida electoral.
Al presidente "no le importa si la industria petrolera
se deteriora, si la gente pasa hambre o si acaba con la economía
con tal de quedarse en el poder", afirmó.
Por su parte, el vocero de la Coordinadora Democrática,
Jesús Torrealba, declaró que pese a los festejos de Año
Nuevo, la oposición mantendrá el paro con marchas y plantones.
"La lucha continúa. Nuestras herramientas son la Constitución
y las leyes, no usamos ni usaremos la violencia", aseguró.
La jornada de este día en Venezuela estuvo marcada
por la violencia, cuando con balas de goma y gas lacrimógeno la
policía intentó sin éxito dispersar una manifestación
de adversarios al gobierno frente a la sede de la policía política
(Disip), al suroeste de Caracas.
Los opositores exigían la liberación del
general de división opositor y ex inspector de la militarizada Guardia
Nacional, Carlos Alfonzo Martínez, detenido horas antes, cuando
participaba en actos opositores.
Mientras la policía dispersaba a los manifestantes,
los vecinos opositores del sector protestaban sonando sus cacerolas y gritaban
consignas contra el gobierno. Los manifestantes continuaban en las cercanías
de la Disip a pesar de las bombas lacrimógenas, cuando decenas de
habitantes de barrios muy humildes, partidarios de Chávez, empezaron
a bajar el cerro y a lanzarles pedradas.
Ante este panorama, el general de división Enrique
Medina Gómez, ex agregado militar venezolano en Washington e involucrado
en el frustrado golpe de estado de abril, advirtió desde Miami que
en su país existen las variables para un "estallido de violencia
tipo guerra civil. Hace tres meses no tenía sentido dibujar en nuestro
escenario la guerra civil, pero en este momento sí hay que considerarlo",
afirmó.
Pero al conflicto político se sumaba hoy la crisis
por desabastecimiento, que se traduce en largas filas de vehículos
frente a las estaciones de servicio para obtener gasolina, mientras el
gobierno insiste que está controlando la actividad de la gigante
estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y que "hay reservas suficientes
de combustible".
El presidente de PDVSA, Alí Rodríguez, garantizó
el abasto de gasolina importada y local durante enero, aunque declinó
dar fecha para la normalización del suministro, al reconocer que
la producción de crudo "está todavía por debajo del
nivel que permite cumplir las obligaciones con nuestros clientes".
Empero, el ministro de Energía, Rafael Ramírez,
aseguró que Venezuela aspira a producir un millón 200 mil
barriles diarios de petróleo la próxima semana. Actualmente
se producen entre 600 mil y 700 mil barriles diarios de sus 2.8 millones
de barriles habituales, según Ramírez, mientras la oposición
sostiene que la producción es de apenas entre 150 mil y 200 mil.
Por otra parte, Ramírez explicó que el complejo
refinero de Paraguaná, el más grande del mundo, afectado
por el paro opositor, iniciará operaciones en tres semanas, por
lo que la industria petrolera venezolana necesitará por lo menos
un mes para comenzar su verdadera reactivación.
Afirmó que Venezuela ve la paralización
de PDVSA "como un atentado al suministro seguro de petróleo al Occidente"
y que el apoyo de la OPEP "se está materializando en colocar por
nosotros volúmenes de crudo que no habíamos podido colocar
por esta crisis", sin precisar cifras ni destinos.
Asimismo, señaló que el gobierno se plantea
en el futuro restructurar PDVSA, reduciendo la burocracia y volcando a
"la industria hacia adentro", a fin de asegurar que la mayoría de
sus compras se efectúen en el país para desarrollar el capital
nacional.
Poda burocrática
"Tenemos una abundante burocracia que vamos a podar sin
ningún tipo de vacilación", dijo, y especificó que
sólo en Caracas la nómina ejecutiva de PDVSA tiene 6 mil
empleados y cuesta mil millones de dólares; ellos "son los que se
vuelcan a las calles" en las manifestaciones opositoras.
A su vez, Carmen Hernández, dirigente del gremio
opositor de PDVSA, denunció que Chávez habría entregado
la venta de crudo a Argelia y estaría contratando personal de ese
país para operar la industria petrolera nacional, toda vez que no
ha podido conseguir personal venezolano capacitado para que lo apoye en
la venta del crudo.