Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 31 de diciembre de 2002
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Política

Lo más importante es que ya no se discutirá sobre cuotas de importación, según expertos

Entra 2003, caen aranceles y queda en el aire si México recurrirá a subsidios

El país entra a la nueva etapa del TLCAN con una balanza comercial deficitaria con EU

ROSA ELVIRA VARGAS

El próximo 1Ɔ de enero entrará en vigor el décimo corte de desgravación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para todos los productos agropecuarios -insumos y productos manufacturados- y sólo quedarán protegidos con aranceles y cuotas de importación, hasta 2008, los llamados "casos excepcionales'', que en México incluyen azúcar, leche en polvo, frijol y maíz.

Estados Unidos dejó bajo ese título de excepción dos productos: azúcar y jugo de naranja concentrado.

La negociación sobre el movimiento de mercancías del campo libre de aranceles se impuso con base en los parámetros que marcaba el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), antecedente de la actual Organización Mundial de Comercio (OMC), y plantea un hecho incontrovertible: el arancel será cero y, en condiciones normales, no se podrá aumentar.

De ese modo, las salvaguardas especiales y automáticas que se tenían todavía hasta el último día de 2002 en productos como puerco, manzana, papa y café procesado desaparecen, y lo mismo ocurrirá con los productos de consumo final que por esa vía quedan desgravados.

Especialistas consultados en el contenido y mecanismos del TLC subrayan como el cambio más importante en esta condición -además de la desaparición del arancel- el que ya no se discutirá sobre cuotas de importación, excepto en los cuatro productos que seguirán protegidos hasta 2008.

De acuerdo con fuentes oficiales, los productos que entrarán totalmente libres tenían hasta antes de esa fecha, en casi todos los casos, un arancel máximo de 2 por ciento o de 1.5 por ciento. Esto porque al entrar en vigencia el primer día del primer año el acuerdo comercial -1Ɔ de enero de 1994-, iniciaron con gravámenes de 20 y 15 por ciento y anualmente fueron disminuyendo dos puntos en el arancel.

La balanza comercial agropecuaria entre México y Estados Unidos reportó un déficit para el primero de mil millones de dólares -6 mil 700 millones contra 7 mil 900 millones de dólares, al cierre de 2001. Sin embargo, en esta medición no se incluyen los productos del mar, como algunos expertos consideran que debiera hacerse. México vende 900 millones de dólares anualmente, tan sólo de camarón, al país del norte.

Para tener un parámetro certero de cuánto han crecido las importaciones agropecuarias provenientes de Estados Unidos hay que remitirse a estadísticas del Banco de México. En 1994 México compró a ese país productos del campo por 5 mil 200 millones de dólares. Al año siguiente, con la crisis conocida como el "error de diciembre'', esas adquisiciones bajaron a 3 mil 900 millones, con una recuperación constante a partir de 1996, hasta llegar a 2001, cuando las importaciones ascendieron a 7 mil 900 millones.

Simultáneamente, las exportaciones agropecuarias a Estados Unidos también se han elevado y, de acuerdo con estadísticas oficiales de aquel país, después de Canadá (21 por ciento), México es el segundo proveedor de los estadunidenses (14 por ciento) y el primero en aceite de jojoba, aceituna, alcachofa, apio, berenjena, calabaza, chíchtomate_campoaro, chile, col de Bruselas, espárrago, garbanzo, espinaca, guayaba, jícama, lechuga, limón, mango, melón, nopal, ocra, papaya, pasita, pepino, queso fresco, rábano, sandía, semilla de girasol, tamarindo y jitomate.

México dejó libres de arancel desde antes de la suscripción del TLCAN tanto la carne de res como el sorgo. Actualmente 20 por ciento del bovino que se consume en México proviene de Estados Unidos, no obstante que la producción de esa carne ha crecido de mil 257 toneladas que se producían en 1993 a mil 421 toneladas el año pasado.

Sin embargo, las industrias porcina y avícola han experimentado un incremento muy fuerte en los últimos 10 años. Es lo que algunos expertos consideran la principal razón para el crecimiento de las importaciones de maíz incluso por hasta por el doble de los montos anualmente aprobados.

De hecho, el reporte oficial señala que 98 por ciento del maíz importado es amarillo, porque junto con el sorgo representa el principal alimento para cerdos y pollos, además de que por su alto contenido de azúcar (entre 20 y 25 por ciento superior al maíz blando) tiene alta demanda para la producción de fructosa y almidón.

Así, mientras en 1993 México producía 822 mil toneladas de carne de puerco, el año pasado cerró con una producción de mil 65 toneladas. En el caso de las aves, hace 10 años se producían mil 58 toneladas, y en 2001 llegó a mil 907 toneladas. Con el huevo ocurre algo similar: mil 234 toneladas en 1993 y mil 830 al cierre de 2001. Las mismas estadísticas de la Secretaría de Agricultura reportan que mientras en 1993 se produjeron 7 mil 555 millones de litros de leche, el año pasado se llegó a 9 mil 594 millones de litros.

Con tales niveles de producción, México es hoy el cuarto productor mundial de huevo y el sexto de pollo. La tercera exportación más importante a Japón, después del petróleo y los automóviles, es el cerdo con ventas anuales por alrededor de 300 millones de dólares.

Los subsidios

Mientras México respalda vía subsidios a sus productores, básicamente con el Procampo y los apoyos a la comercialización (y en el caso del primero lo puede hacer en forma ilimitada tanto en tiempos como en montos), todos los cuales sumarán el año entrante alrededor de 10 mil millones de dólares (sin incluir Procampo), Estados Unidos otorga subsidios por alrededor de 93 mil millones de dólares.

Hay otro factor, la OMC prohíbe los subsidios a la exportación, lo cual hasta ahora, en el marco del TLC, no ha sido denunciado por México para el caso de los productos que importa de Estados Unidos ni les ha aplicado el impuesto a que tendría derecho -pues, según expertos, a cambio de aplicar esa medida recurría a los aranceles y a la imposición de cuotas de importación- y ello se ha traducido en afectación para los productores locales.

Sin embargo, Estados Unidos subsidia su agricultura como lo hace la Unión Europea, e incluso compiten por esa subvención en los mercados mundiales, con el consiguiente conflicto que deberá dirimirse en la OMC.

Así, junto con Japón y Suiza, Estados Unidos y la Unión Europea son los grandes subsidiarios de sus respectivas agriculturas.

De forma esquemática puede decirse que en Estados Unidos existen varios tipos de apoyo a la agricultura: el productor puede solicitar dinero al gobierno para sembrar y si cuando cosecha el producto está debajo de cierto precio, no tiene que pagar ese préstamo. Además, la bolsa se secundarios de Chicago opera como otro mecanismo tanto para fijar precios como para solicitar deuda.

Otros mecanismos de subsidios están dados por los pagos directos (una especie de Procampo) y por el financiamiento que da el gobierno a los agricultores cuando se cae el precio y compensa los diferenciales. Serían entonces apoyos que distorsionan la producción y el precio de exportación y para los cuales, previa investigación, México tendría derecho a poner aranceles si comprueba que el producto que está comprando trae un gran subsidio detrás.

La pregunta que ahora se hacen los expertos es si el gobierno recurrirá a ese mecanismo para proteger a los productores nacionales a partir del 1Ɔ de enero.

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