El roquero argentino pagó una multa de
5 dólares por "alteración del orden público"
Charly García salió de la cárcel
de Quito; no hubo cargos en su contra
DPA
Quito,
29 de diciembre. Después de haber pasado la noche en una cárcel
de Quito como autor de un escándalo público, el famoso roquero
argentino Charly García quedó hoy en libertad, cuando el
intendente de policía no pudo entregarlo a un juez por falta de
una acusación particular en su contra.
García, uno de los iconos del rock latino, pagó
una multa de cinco dólares por "alteración del orden público",
después de lo cual salió de la cárcel sin hacer declaraciones.
La víspera, durante un concierto en el coliseo
Rumiñahui, ante unas 14 mil personas, García pateó
los parlantes, destrozó los equipos de amplificación, rompió
su guitarra, arengó a sus fanáticos y se retiró del
escenario, después de haber interpretado solamente dos canciones,
en una reacción violenta de descontento por la calidad presuntamente
mala del sonido.
Fito Páez y Gustavo Cerati, que se presentaron
antes de García, no hicieron ninguna objeción a los equipos
de amplificación.
El estallido de ira de García exacerbó al
público, que se dividió en dos bandos: uno que se sumó
al músico en su queja por el sonido, y otro que protestó
contra García por el desaire.
En un ambiente de tumulto y caos, con peleas entre el
público y correteos de la policía, García fue detenido
y llevado a un centro de detención, donde pasó la noche.
Hoy, ante el intendente, García recibió
la buena noticia de que los organizadores del espectáculo habían
decidido no presentar cargos contra él, por lo que el roquero solamente
fue condenado a una multa de cinco dólares, que es la máxima
que establece un reglamento que no fue actualizado cuando la economía
ecuatoriana fue dolarizada.