Al año se presentan de 17 a 19 mil; despido
injustificado, entre las principales causas
Desde hace una década no disminuye el número
de demandas ante la JFCA
Según cifras oficiales, en 2002 únicamente
estallaron 43 huelgas del ámbito federal
FABIOLA MARTINEZ
En el año que concluye sólo estallaron en
el país 43 huelgas del ámbito federal. Es la cifra más
baja en décadas respecto al número de emplazamientos.
Sin embargo, la "paz laboral" con que el gobierno foxista
promueve la inversión se contrapone con el número de conflictos
individuales, que desde hace una década permanece casi en el mismo
nivel: de 17 a 19 mil demandas por año.
Es decir, la mayoría de los sindicatos ha negociado
acuerdos para evitar huelgas, pero en las empresas persisten violaciones
a la Ley Federal del Trabajo, situación que genera anualmente miles
de quejas, en particular por despido injustificado y para exigir pagos
por incapacidad permanente, pensión jubilatoria y diferencias en
salario.
En 1999, por ejemplo, los tribunales laborales recibieron
19 mil 407 demandas particulares de trabajadores. Esta cifra bajó
a 17 mil 919 en 2000 y para este año se espera una cifra similar
al periodo anterior, toda vez que hasta septiembre -último dato
disponible- se habían acumulado cerca de 15 mil.
De
esa cantidad 3 mil 841 querellas son por despido injustificado, 4 mil 780
por incapacidad permanente y 2 mil 842 están ubicadas en el rango
de "otras causas". No obstante, a ese panorama se agregarían miles
que no son llevadas a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje
(JFCA), porque los trabajadores temen comenzar una demanda que se prolongue
por tiempo indefinido e implique elevados costos por la contratación
de un abogado y otros derivados del cúmulo de trámites y
audiencias.
Respecto a los conflictos de carácter colectivo,
cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS)
señalan que de diciembre de 2000 a la fecha se recibieron poco más
de 14 mil emplazamientos a huelga, de los que sólo estallaron 82.
La estadística de la dependencia se basa en un
comparativo de sexenios anteriores. En el periodo de los ex presidentes
Miguel de la Madrid hubo 451 paros, con Carlos Salinas 274 y con Ernesto
Zedillo 154, por lo que las 82 huelgas en el gobierno foxista son presentadas
en documentos oficiales como un "logro" de la actual administración.
El titular de la STPS, Carlos Abascal, explica que el
nivel mínimo de conflictos colectivos es consecuencia del "diálogo
y la concertación" en las relaciones obrero-patronales, uno de los
bastiones de la llamada nueva cultura laboral.
En la última conferencia de prensa de este año
aseguró que el bajo nivel de paros se debe a la resolución
de conflictos por la vía del diálogo.
"Me parece que formular juicios así de simples,
como que la paz laboral está prendida con hilos, por el miedo de
los trabajadores a perder su empleo, es injuriar a los trabajadores. Es
decirles que por cobardía no rompen la paz laboral ni ejercen su
derecho de huelga. Ese lenguaje es del siglo antepasado", aseguró.
Para Abascal, según se lee en Los ejes de la
nueva cultura laboral, es necesario evitar los conflictos a través
del diálogo y la concertación, "métodos idóneos
para que las relaciones obrero-patronales se desarrollen en un clima de
armonía. La resolución de controversias ha de sustentarse
en los valores fundamentales de justicia, equidad y diálogo".
Lo cierto es que cada año disminuye el número
de estallamientos de jurisdicción federal. En estados como Nuevo
León (cuna del llamado sindicalismo blanco), desde 1989 sólo
se han registrado ocho huelgas del ámbito federal. Incluso el último
movimiento ocurrió en 1997.
La curva descendente en el indicador en cuestión
se observa también en entidades tradicionalmente portadoras del
mayor número de conflictos -por el número de trabajadores
y empresas instaladas-, tales como estado de México y Distrito Federal.
No obstante, las causales para estallar una huelga persisten.
La mayoría son abanderadas por sindicatos como herramienta de presión
para obligar al patrón a revisar o firmar un contrato de trabajo,
aunque por esta causa también los empleadores son objeto de extorsión
por los "dueños" de sindicatos simulados que lucran con esta posibilidad.
En segundo término está la huelga por violación
a contratos colectivos. En la mayoría de estos casos los emplazamientos
son presentados por líderes sindicales para alegar desequilibrio
económico entre los factores de la producción.
Sin embargo, el recuento estadístico es contundente:
cada año disminuye el número de huelgas y, en consecuencia,
poco a poco queda a raya el ejercicio de este derecho, bastión de
la lucha obrera impulsada desde el siglo pasado para exigir mejores condiciones
de trabajo, incluidos beneficios básicos como descanso dominical,
salario mínimo, jornada de ocho horas y la posibilidad de que los
trabajadores se asocien en sindicatos.