Dejaron 52 heridos las protestas de ayer contra
el presidente de Haití
Aristide denuncia intento de golpe de Estado y advierte
que no renunciará
Representante de la OEA condena la violencia; EU dice
estar "profundamente inquieto"
AFP Y PL
Puerto Principe, 5 de diciembre. El presidente
haitiano, Jean-Bertrand Aristide, rechazó hoy los reclamos de la
oposición política y empresarial de que renuncie, y aseveró
que las medidas de fuerza de esos sectores en contra de su gobierno constituyen
un intento de "golpe de Estado", en momentos en que las protestas contra
su gobierno dejaron este jueves 52 heridos.
Carline
Simon, vocera de los convocantes de la protesta, denunció "la pasividad"
de las fuerzas de seguridad ante los ataques a los opositores prepretados
por simpatizantes de Aristide en el contexto de la segunda jornada de una
huelga general. Precisó que entre los heridos figuran dos de bala.
La manifestación fue convocada para pedir la renuncia
del mandatario, y la oposición anunció que seguirá
con las movilizaciones para forzar a Aristide a dimitir.
Ante miles de sus partidarios en la ciudad de Los Cayos,
el mandatario recordó que el periodo presidencial es de cinco años,
ya que fue electo el 7 de febrero de 2001, en comicios que la oposición
insiste en descalificar por supuestos incidentes fraudulentos.
"Cinco años, todo el mundo debe respetar eso...
El mal de los golpes de Estado debe ser extirpado de las costumbres de
Haití", agregó el mandatario, quien en 1991 fue derrocado
por los militares en su primer mandato y entonces sólo pudo gobernar
siete meses.
Para la oposición, la disminución de las
actividades y el cierre de gran parte del comercio indican "la movilización
de la población para que salga Aristide". No obstante, el gobierno
afirmó que el país está dividido entre los sectores
pobres, que ignoraron la huelga, y los privilegiados, que acataron la medida.
Por lo pronto, Estados Unidos se declaró "profundamente
inquieto" por la violencia en Haití, e instó a las partes
a llegar a una "solución pacífica" del conflicto en la nación,
a la que ya fueron cancelados 500 millones de dólares de ayuda por
parte de los organismos financieros internacionales, ante presiones estadunidenses.
De su lado, el representante de la Organización
de Estados Americanos (OEA), David Lee, condenó la violencia y reiteró
que la comunidad internacional favorece la aplicación de la resolución
822 del organismo regional para nuevos comicios en 2003.