Responden manifestantes a Patricio Martínez: "los homicidios siguen en Chihuahua"
Demandan a Fox cumplir su promesa de poner fin a crímenes de mujeres
Denuncian trato inequitativo en la impartición de justicia; "sólo es para ricos", dicen
MARIA RIVERA
Con el redoble de un tambor como fondo y un ángel como guía, miles de personas, en su mayoría mujeres, marcharon el atardecer de ayer del monumento a la Revolución y el Hemiciclo a Juárez hasta el Zócalo capitalino para exigir el esclarecimiento de los 280 homicidios de mujeres en Ciudad Juárez de 1993 a la fecha. El caso no está cerrado, afirmaron Norma Andrade y Norma Ledesma, cuyas hijas fueron asesinadas, refiriéndose a las declaraciones del gobernador chihuahuense Patricio Martínez de que los crímenes eran un asunto del pasado: "las muertes continúan en su administración y los homicidas permanecen sueltos".
Con voces entrecortadas por el llanto, las madres exigieron al presidente Vicente Fox que cumpla con su promesa de campaña de que se investigarían a fondo los crímenes. También solicitaron una audiencia para exponerle las amenazas, intimidaciones y ofrecimientos económicos que reciben por parte de funcionarios que pretenden conseguir de esta manera la resignación y el olvido. "šNo están solas, no están solas!" y "šFin a la impunidad!" fue la respuesta de la multitud, que prácticamente llenó la mitad de la plaza.
En la memoria de las mujeres habían calado las declaraciones que el día anterior había realizado el mandatario de su estado durante la toma de protesta del candidato a la gubernatura de Nuevo León, donde señalaba que ya no han vuelto a presentarse asesinatos en su administración. "Aquí estamos nosotras para desmentirlo -indicó Andrade-. Son mentiras, los asesinatos continúan. Siguen matando a las mujeres y los asesinos continúan libres. Gracias a la impunidad los homicidios se extendieron a partir de 1999 a la ciudad de Chihuahua.
"Le hemos pedido infinidad de veces al gobernador que haga justicia y no lo ha hecho. Ahora se lo venimos a pedir a Fox. Sabemos que tiene su agenda llena y que para un grupo de mujeres humildes, sin estudio, nunca van a tener tiempo. Es por eso que acudimos a la ciudadanía, a las madres que saben lo que es tener un hijo en su vientre, escuchar su latido durante nueve meses y no tener el privilegio de cerrarle los ojos el día de su muerte. Es tremendo lo que estamos viviendo. Somos víctimas de la autoridad, nos persiguen, nos acosan. A las personas que nos ayudan las amenazan, a algunas los quieren comprar con despensas, con dinero. A mí me han ofrecido dinero para que me calle.
"Pueblo de México, en Chihuahua no tenemos ley. Patricio Martínez no sirve como gobernador. No tenemos miedo de decirlo, porque ya perdimos lo que más queríamos. šQué más podemos perder!"
Por su parte, Norma Ledesma recordó el trato inequitativo en cuanto a la impartición de justicia. "En julio del año pasado desapareció una jovencita, hija del presidente de la Canacintra. No hacía dos horas que habían reportado su desaparición, cuando ya estaba el Ejército buscándola. Ella sí tuvo la fortuna que la encontraran viva. ƑPor qué? ƑPor ser hijas de un hombre rico?ƑPor tener miles de pesos más que nosotras?ƑPor qué tuvo el privilegio de que el Ejército investigara su paradero y el de nuestras hijas no? šA ellas nos las aventaron muertas, como si fueran un bulto de basura!"
En su memoria estaba el recuerdo de su hija, Paloma Angélica Escobar Ledesma, de 16 años, quien desapareció el 2 de marzo de este año mientras se dirigía a la escuela de computación donde estudiaba. 27 días después fue encontrada en avanzado estado de descomposición cerca de la academia de policía.
Señoras de Chihuahua, con carteles que tenían las fotografías de sus hijas, eran el desmentido viviente de que el problema no sólo subsiste, sino que tiende a extenderse. Doña Guadalupe Enríquez explica que su hija Noemí Carrillo, estudiante de sistemas en el tecnológico de Chihuahua, desapareció en la colonia Campesina el 11 de diciembre de 2000. La menor de cuatro hijos era delgada y muy alta, como muchas de las mujeres norteñas. El rostro del retrato que porta la madre habla de una joven que confía en el prójimo y tiene toda una vida por delante. Pero también habla de obstinación por lograr sus objetivos. Se pagaba sus estudios haciendo tortillas de harina o vendiendo boletos.
Una tarde, recuerda su madre, salió a cortarse el cabello y no regresó. Desde entonces no saben nada de ella. Las autoridades le dicen que se fue con el novio, que los dejó por influencia de sus amistades. "Era incapaz de algo así. Por el contrario, era muy unida a su familia. Yo conozco a mi hija. Ella siempre me decía qué voy a hacer el día que me faltes. šElla no se fue, se la llevaron!"
Ante el recuerdo de que el pasado 11 de noviembre la muchacha hubiera cumplido 21 años, la mujer se deshace en llanto.
Con el atardecer había comenzado la marcha en recuerdo de las muertas de Juárez. "šTodas son nuestras hijas, todas son nuestras muertas! šCuerpo de mujer, peligro de muerte!", fueron las consignas repetidas decenas de veces por las participantes en la marcha, que indican que ahora doblan las campanas por estas jóvenes, pero que una mujer sabe que en cualquier momento también pueden doblar por ella.
Leopoldo Ayala, del comité Dos de Octubre, en nombre de sus compañeros subrayó que estas madres y todos los memoriosos de este país están hermanados por una palabra que se ha vuelto cultura en México: impunidad. "La misma que nos obligó a nosotros no sólo a no olvidar nuestros muertos, sino las causas por las que habían luchado. Ellas no están solas, estamos aquí los del 68, del 71 y los desaparecidos de la guerra sucia. Yo pregunto a Vicente Fox qué va a hacer para que estos crímenes se detengan, y a Marta Sahagún: Ƒéstas no son mujeres igual que usted? ƑPor qué se permite este genocidio? Concluyó citando todas aquellas fechas en las que la impunidad ha dejado su rastro: "šDos de octubre! šDiez de junio! šGuerra sucia! šActeal! šAguas Blancas! šEl Charco! šCiudad Juárez! šNo se olvidan!", repitieron sus compañeros.
Laura Bonaparte, en representación de las Madres de Plaza de Mayo de Argentina, también estuvo presente. Con su pañuelo blanco anudado en el pelo, símbolo de la dignidad y la memoria, la mujer explicó: "Estuve en Ciudad Juárez y es horripilante el silencio de las autoridades. Esta lucha, igual que todas las que tienen que ver con los derechos humanos, es política. Es terrible que volvamos a ver desaparecidos en nuestros países, que no podamos avanzar. Damos un paso y pretenden que retrocedamos dos. Pero nuestros hijos no desaparecieron en vano, gracias a ellos la sociedad latinoamericana se ha dado cuenta que si no salimos a la calle, sobre todo las mujeres, a defender a nuestras familias, nuestros ideales, no hay esperanza posible".