Con un grupo de "enseñantes solidarios" no se alcanzarán las metas, dice la especialista
Hacen falta profesionales para alfabetizar a los adultos: Kalman
Se requiere de "presupuesto y voluntad política" para abatir el rezago educativo en ese sector
La utilización de tecnología de punta en la enseñanza no solucionará el problema, asegura
CAROLINA GOMEZ MENA
Aunque en los años recientes se han hecho esfuerzos para acabar con el rezago educativo que experimentan 32.5 millones de jóvenes y adultos en el país, no habrá avances significativos en ello si no se profesionaliza a los instructores, planteó la doctora Judith Kalman Landman, galardonada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) con el premio Internacional de Investigación en Alfabetización 2002.
Para la experta, quien es licenciada por la UNAM en lengua y literatura hispanas y cuenta con un doctorado en educación con especialidad en lenguaje y alfabetización por la Universidad de California, contar con un grupo de "enseñantes solidarios", como ocurre en la actualidad, no ayudará a lograr las metas en la materia, porque "la educación de adultos no significa replicar la enseñanza de niños; jugar a la escuela no resulta con la educación de jóvenes y adultos".
Asimismo, Kalman consideró que poner a disposición de este sector material de cómputo, estrategia que se promueve mediante las denominadas plazas comunitarias, no hace mal al proceso, sólo que debe ser considerada como una parte de la solución del problema.
A su parecer, "poner los materiales en pantalla no es suficiente, lo que hace falta es enseñar y aprender acerca de cómo y con qué propósitos se lee y escribe un texto.
"En este sexenio -añadió- se impulsa la introducción y colocación de materiales en línea, pero el punto débil sigue siendo que no se ha enfrentado con la misma decisión la profesionalización de los enseñantes. Se depende de instructores solidarios, por lo que en la mayor parte de los casos estamos en situación de improvisación."
Proceso complejo
En entrevista con este diario, la especialista abundó que "tener nuevos materiales y equipos está bien, pero no resuelve el problema", pues "lo que tendríamos que tener son personas formadas que entiendan la complejidad del proceso de apropiación de la cultura escrita y de los procesos educativos".
En opinión de Kalman, si el instructor no tiene una formación, "lo único que puede hacer es seguir al pie de la letra lo que indican los materiales (educativos), de acuerdo con lo que sabe de la escuela; entonces son éstos los que dictan lo que se va a hacer, de una manera muy limitada. En cambio si la persona comprende en qué consiste volverse lector y escritor y tiene la formación para propiciarlo en otros, tiene la posibilidad de enriquecerlos, así como de responder a imprevistos".
Para la autora de la investigación galardonada Saber lo que es la letra, vías de acceso a la cultura escrita para un grupo de mujeres de Mixquic, "si realmente se quiere atender a los 32.5 millones de jóvenes y adultos en rezago educativo se debe entender que alfabetizarse no sólo se refiere a enseñar letras y sonidos, sino que es un proceso largo, de complejidad conceptual, práctica y social".
La importancia -puntualiza- de reducir la cantidad de personas que están en rezago educativo va en varios sentidos, porque además de ser un "reclamo y un derecho y de ser una obligación del Estado crear las oportunidades para que ese secgor que no fue a la escuela tenga la oportunidad de ejercer este derecho, integrar a los procesos educativos a esas personas da la posibilidad de abrir espacios de convivencia social, de construir nuevos conocimientos, desarrollar la tolerancia y comprender de mejor manera los fenómenos de su alrededor".
Kalman Landman, actualmente jefa del Departamento de Investigaciones Educativas del Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, advierte que aunque es "urgente" dar mayor atención a la calidad de la educación para ese sector, profesionalizar a los instructores "requiere de presupuesto y de investigación, pero también de voluntad política".
En este sentido sostuvo que apoyarse en la tecnología (el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos prevé contar en 2003 con 2 mil 450 plazas comunitarias, que son espacios con material de cómputo) es positivo, pero que no lo puede ser todo, porque como en cualquier proceso pedagógico "la educación de adultos no es la excepción, por lo que la interacción humana es fundamental".
A través de este proceso "se despliegan conocimientos y saberes, se contrastan puntos de vista y se construyen también las prácticas culturales, como la lectura y la escritura. Por eso, en la medida que se pone más atención al factor humano, la educación se puede mejorar".
Para Kalman, renovar materiales, valerse de la tecnología "no hace daño" a la educación de adultos, pero ello no evita que "la tecnología sea eso nada más, una forma diferente de hacer llegar los materiales educativos, pero ello no excluye la urgencia de poner atención sobre la calidad de la interacción".
La UNESCO reconoce anualmente las investigaciones en el rubro, pues una de sus prioridades es abatir el analfabetismo. De ahí que consideró que el trabajo realizado en Mixquic por Kalman es una importante aportación educativa a la discusión actual sobre cultura escrita como una práctica social en la que se vincula la cultura con la alfabetización.
Sobre la investigación, Judith Kalman detalló que ésta se realizó durante tres años, y en ella participaron alrededor de 15 mujeres de Mixquic.
La UNESCO seleccionó el trabajo de Kalman de un total de 60 investigaciones. En él plantea la distinción conceptual entre la disponibilidad de la cultura escrita (la presencia física de los materiales impresos y electrónicos) y el acceso a ella (los procesos sociales que contextualizan su uso).
En el trabajo educativo con el grupo, las participantes no sólo aprendieron a leer y escribir, sino también a desarrollar nuevas relaciones sociales; confrontaron visiones diferentes y conocieron nuevos aspectos del mundo.
Todo esto se logró construyendo situaciones de aprendizaje en las que lo primordial fue convertir el proceso en una experiencia "colectiva", en la que la lectura y escritura de diferentes textos les ayudó a descubrir otras realidades y a desarrollar prácticas de la cultura escrita.
En las conclusiones señala que no hay soluciones rápidas para la educación de las personas jóvenes y adultas, ya que define ser alfabetizado como la posibilidad de utilizar la lengua escrita para participar en el mundo social.