Persisten el reconocimiento internacional y
su gran promoción en los medios, indica
Aun después del boom, sigue en auge la
narrativa de AL: Menton
El miércoles se presenta el reciente estudio
del crítico neoyorquino sobre la literatura de la región
El éxito de Vivir para contarla, muestra
del buen estado de salud de los escritores latinoamericanos
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
La narrativa latinoamericana sigue en auge y tiene un
éxito similar al de los sesenta, cuando se dio el reconocimiento
internacional por encima de la estadunidense y la europea, proclama el
crítico Seymour Menton.
En este auge, explica, destacan como las tendencias más
importantes la novela histórica y la de la violencia, "que refleja
la gran crisis socioeconómica de hoy, debida en parte, pero no exclusivamente,
a la política de la globalización".
Menton
(Nueva York, 1927) es reconocido como una de las máximas autoridades
en el estudio de la de la literatura latinoamericana. Sus libros han sido
obligatorios en la educación media y superior del país, y
es autor de El cuento hispanoamericano e Historia verdadera del
realismo mágico. Este miércoles presenta su nuevo libro
Caminata por la narrativa latinoamericana (Universidad Veracruzana-FCE)
En entrevista para La Jornada el estudioso discrepa
de aquellos críticos que afirman que el boom de la narrativa
latinoamericana murió en 1970.
''Si se define el boom como el reconocimiento internacional
de la narrativa latinoamericana y su gran promoción por los medios
de comunicación, continúa hoy día. Las superestrellas
del boom -Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Gabriel García
Márquez- no han dejado de publicar novelas, cuentos y hasta memorias,
en el caso del último. A propósito de los millones de ejemplares
de Vivir para contarla que se están vendiendo, acabo de enterarme
de que saldrá este mes la traducción al inglés de
ese título con un tiraje de 50 mil ejemplares, fenómeno insólito
si no imposible para cualquier novelista estadunidense''.
Ese boom, agrega, ''tampoco se limita a mis contemporáneos.
Hay que ver el gran éxito internacional de Hija de la fortuna
(1999), de Isabel Allende (1942); de Tuyo es el reino (1997), de
Abilio Estévez (1954), y de En busca de Klingsor, de Jorge
Volpi (1968). En vez de los términos boom y posboom,
creo que son más acertados modernismo y el posmodernismo, aunque
también son discutibles en cuanto a sus límites cronológicos".
Ante este éxito de los escritores latinoamericanos,
''con gran satisfacción proclamo que la narrativa latinoamericana
sigue en auge. En la última década sigue en auge la novela
histórica, pero ya no es la nueva novela histórica, porque
muchos autores y tal vez las casas editoriales buscan un mayor número
de lectores y por lo tanto han abandonado la experimentación extrema.
Otra tendencia que se está perfilando en estos años es la
novela de la violencia", y ejemplos de ella son Los trabajadores de
la muerte (1998), de la chilena Diamela Eltit; La virgen de los
sicarios (1994), del colombiano Fernando Vallejo; Cruz de olvido
(1998), del costarricense Carlos Cortés; El asco (1997),
del salvadoreño Horacio Castellanos Moya, y El rey de La Habana
(1999), del cubano Pedro Juan Gutiérrez.
En medio del balance sobre la narrativa latinoamericana,
Menton subraya que no se puede hablar de una sola personalidad latinoamericana
en la novela: ''La única diferencia que me atrevería a postular
entre la novela universal y la latinoamericana es que en ésta predominan
los problemas sociopolíticos por encima de los personales, pero...
con muchas excepciones''.
Admite que la novela se ha convertido en un producto de
consumo comercial, con aspectos también positivos. ''Las grandes
editoriales internacionales facilitan la divulgación de las obras;
igual los medios de comunicación, en especial el e-mail.
Todos los días leo con gran interés los boletines de Librusa
que me mantienen informado sobre las últimas novedades. En el siglo
pasado, en todos los congresos de literatura se oían quejas de los
autores por la falta de contacto con sus colegas de los países vecinos.
Ya no''.
Asimismo,
los novelistas latinoamericanos ''ya han superado el riesgo de imitar a
los grandes, sean García Márquez o Rómulo Gallegos,
pero no creo que ese riesgo se limite a América Latina. Recomiendo
que cada novelista en ciernes se concentre en novelar el mundo que mejor
conozca''.
Menton comenzó a interesarse en la narrativa latinoamericana
desde su niñez, en Nueva York, "donde por una parte me encontraba
rodeado de distintos grupos étnicos y por otra soñaba con
escaparme de las barrancas de bloques de cinco pisos, barrancas escasas
de luz y de aire fresco".
Ante el escepticismo del lector frente a la crítica
literaria, Menton señala que los lectores en general pueden confiar
en los críticos por la experiencia que tienen en leer y estudiar
novelas, aunque a veces ''hay discrepancias entre ellos. Un lector no debe
amedrentarse ante los críticos, pero si discrepa de la mayoría
de ellos debería preparar su defensa con gran cuidado''.
Actualmente Menton prepara una nueva edición de
El cuento hispanoamericano; en marzo participará en un congreso
de literatura centroamericana en Costa Rica, y no descarta ''en un futuro
lejano'' publicar los relatos autobiográficos que escribe desde
hace diez años en un volumen que ya tiene título: Confesiones
de un profesor aparentemente feliz.
Caminata por la narrativa latinoamericana se presenta
este miércoles 27 a las 19 horas en la Librería Octavio Paz
del FCE (Miguel Angel de Quevedo 115, Chimalistac). Comentan Alvaro Mutis,
Federico Patán, Adolfo Castañón y el autor.