No se trata de dinero sino de cambio social, de escuchar, afirma
No habrá paz sin acuerdos para combatir la pobreza e incluir a marginados, alerta el BM
AFP
Cusco, Peru, 24 de noviembre. El presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, advirtió que no habrá paz en el mundo en los próximos 25 años si no hay cambios sociales y si los países no se ponen de acuerdo en el combate a la pobreza, incluyendo la incorporación de poblaciones marginales como los pueblos indígenas de América Latina.
''Soy realista y pienso que no habrá paz en el mundo en los próximos 25 años a menos que nos unamos para trabajar. No se trata de dinero o de cuánto pueda dar el Banco Mundial, sino de cambio social, de escuchar, de aprender y ser abiertos'', declaró Wolfensohn a la prensa.
El presidente del Banco Mundial inició una visita de tres días a Perú, donde dijo que es imposible tratar el problema de la pobreza en el mundo sin escuchar las voces de los pobres, entre ellos de las comunidades indígenas.
En un receso dentro de una jornada de trabajo con indígenas latinoamericanos, el funcionario dijo que en muchos países ''existe gran discriminación contra los pueblos indígenas'', los cuales están al margen de la sociedad. Pero, agregó, ''acá hemos visto y aprendido sobre el papel de estos pueblos. Sería imposible, por ejemplo, pensar en el futuro del Perú sin tenerlos en cuenta''.
James Wolfensohn precisó que el debate actual se centra en cómo hacer para que todos los sectores de la sociedad abran sus espíritus para trabajar junto con esas comunidades.
El funcionario concluyó la madrugada del domingo una prolongada reunión con líderes indígenas de Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala y Perú, en la localidad cusqueña de Urubamba, en el Valle Sagrado de los Incas.
El lunes Wolfensohn sostendrá reuniones con autoridades del gobierno peruano en Lima. En su diálogo con los líderes indígenas, Wolfensohn se comprometió a respaldar los esfuerzos para el desarrollo en América Latina, en especial de sus comunidades autóctonas, pero advirtió que esa tarea debe ser determinada por sus propios habitantes y no por las instituciones internacionales.