Los 450 módulos con artículos
musicales, los más visitados durante el fin de semana
Salva Genitálica la tercera jornada del Festival
Evolución
Niños chiapanecos reciben sustanciosos donativos
de los jóvenes asistentes al encuentro
La reducida concurrencia mostró en varias ocasiones
su inconformidad con el programa
GABRIEL LEON ZARAGOZA
Con un notorio descenso del público, la tercera
jornada del F-Evolución presentó un cartel nacional e internacional
hip hopero y funky que, salvo la presencia de Genitálica, no prendió
a la reducida concurrencia juvenil.
Por otra parte, los pabellones de información y
servicios públicos y privados registraron mayor asistencia. Fue
fin de semana y cientos de chicos y algunas familias se volcaron a los
450 módulos en busca de artículos musicales y de vestir.
La
baja asistencia -en relación con los primeros días- a consecuencia
del intenso frío y el malestar de los jóvenes por el programa
de conciertos del viernes fue evidente. En las seis horas de las dos presentaciones
vespertinas de las bandas de rock los adolescentes reunidos en el lugar
(un promedio constante de mil 500 jóvenes) mantuvieron un ritmo
de intensa confrontación verbal y gestual con seis de los siete
grupos que tocaron.
La tanda de la tarde abrió con los mexicanos de
Cártel de Santa y Sociedad Café y los iberodominicanos de
ARI, tres combos de hip hop que padecieron las procacidades y desánimo
de la concurrencia. Ni las raperas improvisaciones, el canto a capella,
los bailes de break dance o los tallones a los discos con que se hacían
acompañar en el tornamesa lograron cambiar la actitud de los jóvenes.
Los combos funky de Matanga Chilanga y Pulpo empezaron
la segunda sesión nocturna. Los jóvenes mantuvieron su rechazo.
La pasividad de los adolescentes, ahora sí bien abrigados, se rompió
con las rechiflas y recordatorios a sus mamás que intercambiaron
con los integrantes de Pulpo, que, desesperado por no prender al público,
respondió a las agresiones.
Están cansados, justifica Camilo Thétime
Dispuestos a cambiar el sabor del concierto, los sudamericanos
de Los Tetas también probaron la tocata y fuga. Tres o cuatro piezas
de rock latino y el público los bajó. Bueno, los ovacionó
al anunciar que sería su última pieza. Una vez abajo del
escenario, visiblemente consternado y con sonrisa nerviosa, el vocalista
chileno Camilo Thétime justificó la recepción: "Se
debió al clima y a que la gente está cansada después
de tres días de concierto. La historia de Los Tetas no se va a enfriar
con un poco de frío".
Prometió venganza en su corta gira de dos semanas
por México, que incluirá el festival de Huatulco, Oaxaca,
y algunos centros y bares nocturnos del Distrito Federal.
Al filo de las 22 horas, sólo unos centenares de
adolescentes esperaban el cierre fuerte de Genitálica. Media hora
de presentación y un breve encore de la banda dieron la cara
por la frustrada jornada de rock. Los púberes también lo
percibieron así y hubo quien satirizó la noche a ritmo de
rap: "El hip hop ya no está tan vigente, ya no está tan vigente
entre los gustos de la gente, entre los gustos de la gente ya no está
tan vigente. Up, haa".
Casi no conocían a las bandas
Lo cierto es que, salvo a Genitálica, los jóvenes
no conocían a las bandas que integraron el cartel.
Por la tarde, un módulo que tuvo poca pero sustanciosa
asistencia fue el del Hogar Infantil para Huérfanos y Abandonados
de Chiapas, que alberga a 75 niños de 6 a 10 años y que se
ha mantenido gracias al apoyo de altruistas estadunidenses y mexicanos.
Los pequeños mostraban en sus caritas el agradecimiento por los
donativos de los jóvenes, como ropa, calzado y juguetes.
Frustrados grafiteros
Al volcar la luna sus primer manto grisáceo sobre
la tarde fría en la zona oriente de la ciudad, los inmaculados muros
azules y metálicos de los pabellones no cedieron a la tentación
de los grafiteros. Elementos de seguridad descubrieron a un par de artistas
en el momento en que realizaban sus obras en las paredes de un pabellón
y como estímulo a sus dotes pictóricas se les proporcionó
estopa y solvente para que corrigieran sus obras y las de otros maestros
anónimos del espray. Ello a cambio de no ser entregados a las autoridades.
Indudablemente fue un buen trueque para los adolescentes.