José Antonio Rojas Nieto
Presupuesto y mercado petrolero
Desde los primeros días de octubre hasta hace poco más de una semana, los precios del petróleo habían descendido de manera continua, contrariamente al comportamiento ascendente de 10 meses continuos que les había permitido ganar 11 dólares por barril. Por ello, en octubre nuestra mezcla mexicana de exportación perdió dos dólares; y sin embargo, es muy probable que algo se recupere este mes. Como resultado de esos movimientos, una mezcla mexicana que en noviembre de 2001 había registrado un precio de 14.26 dólares por barril, alcanzó 25.13 dólares por barril en septiembre de este año y descendió a 23.12 dólares en octubre. Probablemente, el ascenso de más de 10 días la llevará a cerca de 24 dólares, y, si resultan adecuadas las estimaciones más conservadoras, se prevé que en diciembre conserve ese nivel. Con ello su promedio anual será de 21.80 dólares por barril, más de seis dólares por encima de los 15 dólares por barril presupuestados este año.
Esto, por cierto, no se traduce en un incremento equivalente de ingresos petroleros en virtud de que los volúmenes de exportación (un millón 660 mil barriles al día de crudo hasta octubre) y de consumo interno (un millón 657 mil barriles al día de petrolíferos, también hasta octubre), no sólo no coinciden con los presupuestados, sino resultan inferiores a los registrados en 2001. No obstante, es evidente el fortalecimiento que, al menos por esta vía, han experimentado los ingresos públicos, como efectivamente se reconoce en el Informe sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública al tercer trimestre de 2002, presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público hace unas semanas, cuando se explican las diferencias tanto con lo programado como con la evolución experimentada en 2001. Y, sin embargo, todo hace pensar que, en conjunto, este 2002 se superarán ligeramente los ingreso petroleros del presupuesto, es decir, los derechos, el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) y el impuesto al valor agregado (IVA), muy probablemente próximos a los 36 o 37 mil millones de dólares. šQué fortuna aunque también qué desgracia para México, tener estos veneros explotados para reunir impuestos!
Pero, a pesar de este relativo éxito presupuestal, hay que ser muy rigurosos al analizar la situación para no cometer errores en el presupuesto de 2003. ƑA qué me refiero? No sólo al nivel presupuestal del precio de nuestra mezcla mexicana de exportación que ya se presentó -17 dólares por barril- que me parece un poco bajo, sino al volumen que se formula exportar, un millón 860 mil barriles al día, volumen que representa un incremento superior al 10 por ciento que presumiblemente se exportará este 2002, y que contrasta radicalmente con el crecimiento esperado en 2003 en el consumo mundial de petróleo.
A este respecto es importante notar que la evolución de este consumo mundial ha sido muchísimo más moderada de lo que apenas hace poco menos de un año se pensaba. Se preveía un incremento anual de entre 500 y 700 mil barriles al día durante 2002 y, sin embargo, el incremento real no será mayor a 300 mil barriles, apenas 0.4 por ciento de aumento, que contrasta con incrementos medios anuales superiores a 2 por ciento en los pasados años. Para 2003 se prevé un incremento ligeramente inferior a ese 2 por ciento, lo que significa poco más de un millón de barriles al día, siempre y cuando -como se piensa- la economía estadunidense logre salir de su bache y crezca un poco, entre otras cosas, por cierto, como efecto de una lamentable y absurda guerra que -se estima- puede representar un consumo cercano a 50 millones de barriles de petróleo, cerca de un mes de exportaciones mexicanas.
Todos estos números sobre la lentísima evolución del consumo mundial de petróleo implican que la retracción económica ha sido más extensa y más profunda de lo estimado a mediados de 2000 -justamente cuando se empezaron a registrar indicios de desaceleración-, y que todo hace pensar que la recuperación de 2003 seguirá inmersa en un contexto de dificultades que obliga a ser sumamente prudentes con las previsiones sobre el incremento del consumo de crudo en el mundo y, en consecuencia, con el incremento en el volumen de petróleo que podemos y debemos exportar en 2003. Si, exagerando un poco, se ha sido muy conservador con el precio presupuestado (17 dólares por barril), no se entiende por qué se ha planteado una plataforma de exportación de un millón 860 mil barriles al día (11 por ciento superior a la del cierre de este año), incongruente tanto con la evolución de la demanda como con la adecuada racionalización de la oferta que, por fortuna, México ha cuidado los años recientes. Nada sería más prudente que revisar esto y corregirlo. Todavía es tiempo.
NB. Un abrazo solidario a compañeras y compañeros periodistas de La Jornada amedrentados por la Procuraduría General de la República.
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