Guillermo Almeyra
El deber, el silencio y la alternativa
Desgraciadamente, los amigos de los zapatistas subordinan sus opiniones a lo que creen desean aquéllos y no opinan sobre nada de lo que los zapatistas dicen, hacen o dejan de decir y hacer. En realidad colaboran así, sin quererlo, para que la iniciativa política y la hegemonía cultural permanezcan en manos de los enemigos del zapatismo, de los indígenas y de los oprimidos de nuestro país. Porque ningún movimiento social puede avanzar sin tener interlocutores, y dialogar no es asentir sino también poner en claro los peros que plantea la política de quien uno apoya. La crítica no debilita sino que fortalece: lo que debilita es la falta de crítica y el silencio. Digo esto ante los problemas políticos que surgen de la presentación de la revista Rebeldía y de la carta del subcomandante Marcos a Fernando Yáñez, el "hermano grande". Hay que saludar con entusiasmo, por supuesto, que salga una revista zapatista porque, si la misma no se convierte en un mero panfleto agitativo podría servir muchísimo, no sólo para desnudar los mitos que tejen la dominación cultural de la derecha sino también, y esencialmente, para discutir con pluralidad y sin tapujos los actuales problemas políticos, culturales, sociales, económicos para, desde el punto de vista de los oprimidos, encontrar las bases para la unidad de la izquierda social en México y construir un gran frente, más amplio que el Frente Zapatista pero en el cual éste tenga peso, que pueda ser un referente organizativo y un centro de elaboración de una alternativa a la política del capital. Pero hay que decir también, al mismo tiempo, que la presentación de la nueva revista fue desafortunada, tanto por lo que dice la carta del subcomandante como por su destinatario y por las declaraciones erróneas del director de la publicación.
Comencemos por éstas: "Rebeldía es la herramienta de una izquierda que no está dispuesta a seguir perdiendo el tiempo en la disputa por el poder nacional, que no existe más". Si entiendo bien, en español eso significa que no vale la pena hacer política porque no habría ningún cerco a las zonas zapatistas, ni guardias blancas, ni quien impone leyes antindígenas, ni políticas de destrucción del campo y promotoras de la extrema pobreza creciente, ni hay tampoco nadie que lleve a México por el camino argentino de privatizaciones, subordinación al capital financiero internacional, prioridad absoluta para los banqueros y la deuda externa y, por último, derrumbe. O se podría creer que ha cesado lo que nunca hubo, la lucha por el poder, entre los partidos que siempre sólo disputaron la alternancia en el gobierno, lo cual es otra cosa, y que, por consiguiente, todos los gatos son pardos, lo cual es obviamente falso. Esa frase es, pues, un mal comienzo para una izquierda que debe movilizar y encontrar aliados...
La carta de Marcos plantea también graves problemas. No me refiero tanto a la forma (está dirigida a Yáñez, no al Frente Zapatista ni a los promotores de la revista zapatista; sostiene que Yáñez "representa nuestra voz", cosa que evidentemente no hacen los "profesores" que, según Marcos, no se sabe si sacarán la revista, que incluso temerán que el EZLN hable de la publicación y a los que Marcos supone bostezando y espera tengan pesadillas al escuchar al "hermano grande"). La forma, sin embargo, es parte del contenido y no expresa, por decir lo menos, una gran apertura democrática ni capacidad de unir esfuerzos. Me refiero en cambio al contenido de la misiva. En ella no hay ninguna idea nueva o profunda. No se opina sobre el papel de la revista ni sobre su posible contenido, ni sobre su función en la búsqueda de alianzas nacionales e internacionales que ayuden al zapatismo a trascender. Superficialmente se califica al PAN como una simple fábrica de gerentes, cuando es el partido pluridecenal de la derecha mexicana, el nexo entre las viejas clases dominantes y el capital financiero nacional e internacional y el aliado estrecho de una jerarquía eclesiástica ultramontana. Se pinta también al PRI como banda de 40 ladrones sin intentar analizar el porqué de los votos que sigue obteniendo en muchos sectores pobres y trabajadores, y se dice del PRD que no es la alternativa de nada, pero olvidando su electorado que trata de utilizar al menos esa sigla para organizarse.
Si no hay un análisis real de los actores políticos institucionales, ni de lo que pasa en la inmensa mayoría de la población mexicana, Ƒcómo construir una izquierda con otra política? Y si se abandona la rebeldía (la capacidad crítica, de decir no) y se exalta el deber, o sea, la disciplina, la conservación, criticando a los zapatistas que "hacen lo que quieren" o a las frentistas "que practican la autonomía y la resistencia... frente a nosotros" y a las "rebeldías desorganizadas que padecemos en el EZLN", Ƒcómo construir la alternativa, que se basa en el no? ƑValía la pena romper el silencio para no decir nada de lo que habría que discutir? Quienes apoyan al zapatismo y valoran su aporte merecen más, esperan más.
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