El guatemalteco lanza hoy en México su
nueva producción titulada Santo pecado
Las mujeres, más fuertes, sagaces y crueles
que los hombres: Arjona
Asegura que éste es el disco más completo
que ha hecho, en el que incluso se contradice
Para el cantautor, Bitácora de un secuestro
es una canción cruda, ''pero es la número uno''
ARTURO CRUZ BARCENAS
Hoy es el lanzamiento en México del séptimo
disco del guatemalteco Ricardo Arjona, titulado Santo pecado, con
el cual llega a diez años de trayectoria. En entrevista, el ex seleccionado
nacional de basquetbol de su país ("hoy sólo juego futbol",
dijo) advierte que se trata de un cd diferente, en el que incluso llega
a contradecirse respecto de lo planteado en producciones anteriores. Pero
es consecuente con sus ideas, precisó.
De entrada se observa que algunas canciones tienen letras
en las que la rima se escucha forzada; que la melodía sigue un camino
y la letra otro, como si entraran a chaleco, con fórceps.
Se
defendió: "El principio del concepto creativo, a mi juicio, no es
otro más que el proceso de crear emociones sin importar disciplinas.
No soy un tipo disciplinado del lenguaje. Creo que soy autor por una deficiencia
mía, ortográfica. Tal vez es el mayor ejercicio que tuve.
Fui maestro de escuela cinco años y entonces me enfrentaba a una
pizarra donde tenía que escribir cosas, y cuando me topaba con una
palabra que no sabía cómo se escribía tenía
que buscar cómo decir lo mismo de otra manera.
"Siendo un tipo con una irresponsabilidad en el lenguaje
continué así. Y en lo musical también. Les tengo mucho
más respeto a las emociones que a las disciplinas. Creo en las frases
que golpean, primero, a quien las escribe. No escribo canciones para quedar
bien con nadie.
"En el caso del primer sencillo, no lo hubiera hecho sin
frases como 'el problema no es que mientas, el problema es que te creo'.
A mí me golpea esa frase y continúo."
''Ya no tengo miedo a contradecirme''
-¿Qué nos presentas en tu nuevo disco?
-Creo que es el disco más completo de todos los
que he hecho, en todos los sentidos. Es un disco que se hace en una etapa
completamente independiente de la compañía de discos; según
yo iba a ser independiente; a la larga no lo fue, pero el proceso creativo
se desarrolló cuando yo pensaba que iba a ser independiente.
"Viaja desde una declaración existencial muy personal,
como en la canción Quesos, cosas, casas, hasta la anécdota
de un muchacho en Guatemala que le lanza una piedra al carro blindado del
presidente, cuando pasa y es juzgado, hasta la historia más oscura
y terrible que haya escrito en mi vida, que es La nena, bitácora
de un secuestro, que no es más que la historia de una niña
de nueve años que secuestraron.
"Es una canción que dura ocho minutos; es una historia
tremendamente oscura, ¡cruel!, pero muy allegada a un bombardeo de
noticias en el que estuve metido durante mucho tiempo. El disco va a eso,
hasta El problema, que no es más que una codependencia sentimental,
de la que padecemos muchos; enfermamos al sentimiento cuando tratamos de
adueñarnos de la segunda persona. Viaja mucho por muchos lados.
Se contradice algunas veces; me contradigo con respecto a lo que escribí
hace tiempo. La contradicción, como un síntoma inequívoco
de evolución. A mí me gusta la contradicción. Ya no
le tengo miedo a contradecirme."
-¿Cuántas canciones de las que hiciste para
este disco quedaron fuera?
-Es la tarea más difícil. Fueron como diez.
La canción del secuestro mucha gente me pidió que no la pusiera;
les provocaba mal sueño. Es demasiado cruda, pero la puse porque
para mí es la número uno.
-Hay gente que se quedó con el Arjona de canciones
pasadas.
-Sí, hay gente que se va quedando y uno tiene que
acompañarla, aunque ya no sea congruente con lo que se está
pensando en este momento.
-Te nutrías, al principio, de la calle. ¿Y
ahora?
-Sigo saliendo a la calle, cuando puedo. En Nueva York
me mantengo en la calle siempre; me nutre muchísimo.
-Marshal Berman habla de la importancia de las ciudades
abiertas, inclusivas, como Nueva York.
-A mí pocas ciudades me afectan tanto para escribir
como México y Nueva York; ésta ahora más, porque llevo
mucho tiempo en México. Nueva York es un golpe. Ahí hay personas
que funcionan de manera distinta respecto del resto; hay quien no tiene
patria; es como estar en un pedacito de mundo. El Metro de Nueva York es
montarse en una película de Woody Allen. Está atestado de
imágenes, de colores, olores, de gente extraña, con lenguajes,
con rostros... que son una maravilla. Te encienden luces que tenías
apagadas.
-Pero ya no te salen cosas como Dime que no.
-Para muchas personas esa canción es una simple
invitación a que ella dijera que no, pero para mí es un juego
erótico. En Santo pecado van a hallar cosas superiores, o
por lo menos distintas.
-Estás en medio de la farándula, de las
luces...
-Esta carrera se convierte en el peor enemigo de uno mismo;
te abandona de muchas cosas; te da otras, por eso no hay que creérsela.
''Todos somos producto de
un pecado, ¡hazme favor!''
-En El evangelio según Jesucristo, José
Saramago muestra a éste con pocos momentos felices.
-Es un concepto atrevido, por eso es interesante. A mí
me encantó el libro desde que el tipo empieza diciendo que a la
Virgen María lo que realmente le pasó es que se la volteó
el Angel Gabriel.
"En ese asunto de El crimen del padre Amaro defendieron
muy bien la película, pero no tanto como yo hubiera esperado. Realmente
de esta cinta había que decir que ésta es la única
religión que sigue con el concepto estúpido de que los padres
deben estar en el celibato."
-El tema se sobredimensiona con el caso de los curas pederastas
en Estados Unidos.
-Ese no es más que un eslabón de una cadena
que ellos mismos armaron. Un tipo que tiene una sexualidad latente, aunque
sea cura... es novio de Dios, ¿qué carajo es eso? Es la cultura
estúpida del pecado en el sexo. Todos somos producto de un pecado,
¡hazme favor! Si no estamos cagados de culpa. Saramago lo que hace
con su talento como escritor es burlarse de sí mismo, se corrige;
me parece encantador. Su lectura es un poco cuesta arriba, como la de Mario
Vargas Llosa.
-En una canción puede hallarse un momento de felicidad.
-Las canciones son huérfanas y se defienden solitas.
Uno queda fuera de eso. Ya no hay tiempo, además, para andar defendiéndolas.
En mi caso, pienso que uno no puede ser feliz siempre. Se alcanza por ratos
y hay que arañarla, y guardar un poco para los momentos de veda.
Ahora soy un tipo más relajado, pero no por conformismo.
-Es agradable ver, oír, aprender de las mujeres.
-Uno aprende de una contraparte que supuestamente es parecida,
pero es tan distinta. Aprendo más de ellas que de los hombres, que
estamos predispuestos a mantener intacto al macho y eso nos hace poco interesantes.
Siempre estamos como presumiendo cosas. Las mujeres son muchísimo
más fuertes, sagaces, e incluso más crueles.
-En una entrevista, hace seis años, las definiste
como más fuertes en el ámbito del amor.
-Hoy digo que son más crueles. En los momentos
difíciles son más determinantes. Supuestamente son débiles.
Su fortaleza crece interiormente; la de los hombres es exterior. Son arrasadoras.
Arjona viajará a Barcelona a filmar un video y
luego a Nueva York a seguir con la promoción del disco Santo
pecado.