Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 22 de noviembre de 2002
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Capital

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Una forma de gobernar

EL ACCIONAR DE la Procuraduría General de la República en contra del derecho de los informadores a mantener la reserva de sus fuentes de información -que, como decíamos ayer, sólo pretende intimidar- no puede, no debe verse o analizarse como un hecho aislado, desvinculado de las líneas generales de gobierno que se trazan desde Los Pinos y la Secretaría de Gobernación.

TAMPOCO PODEMOS EXPLICARNOS el hecho como la simple incapacidad de la burocracia para mantener ocultos muchos de los datos que dan certeza a los ilícitos cometidos en contra de la sociedad.

EN ESTA HISTORIA hay mucho más que eso. Se trata de una forma de gobernar, de una manera de ejercer el poder. Se trata, a fin de cuentas, de aislar a la población en general de la información que le es vital para saber hacia dónde va el gobierno y evitar con ello el descontento generalizado.

ARREPENTIDO EL VOTO útil, desesperanzado el sufragio convencido, hecha trizas la divisa mentirosa del cambio, queda nada más el control de los medios para crear escenarios falaces de bonanza o componendas vergonzosas inconfesables.

EN UNA PALABRA, se trata de impedir los perjuicios provocados por las críticas contrarias al avance del neoliberalismo foxista y de pavimentar con silencios la posibilidad de que este país repita su error en las urnas.

HASTA LOS IDEOLOGOS consentidos de los mecanismos de control neoliberal, como Robert Dahl, condenan los actos represivos contrarios a la libertad de expresión. Dahl advierte en La democracia que "sin la libertad de expresión los ciudadanos enseguida acabarían perdiendo su capacidad de influir en la agenda de las decisiones políticas.

"LOS CIUDADANOS SILENCIOSOS -dice el autor- pueden ser súbditos perfectos de un gobernante autoritario." Y sentencia: "serían un desastre para la democracia". Después, el mismo escritor se pregunta: "ƑCómo podrían los ciudadanos participar efectivamente en la vida política si toda la información que pueden obtener proviene de una única fuente, el gobierno por ejemplo?"

POR ESO NO es posible explicarnos está acción sin tener en cuenta al gobierno en su conjunto y, desde luego, al partido político que apoya y consiente este tipo de actos contrarios a esa democracia de la que tanto alardean y de la cual se alejan cada día más.

Y NO ES un acto, hay que decirlo, solamente en contra de La Jornada: los hechos en contra de la prensa, principalmente la escrita -que van de la descalificación hasta la intimidación-, se empiezan a sentir en todos los medios que pretenden dar a conocer algo de lo que el gobierno oculta, seguramente para usarlo en su beneficio.

NO HAY DUDA: el panismo y su gobierno demuestran día con día la decadencia de un sistema que durante dos décadas se ha apropiado del poder y hoy para defenderlo tienen que llegar al autoritarismo. Ya tendremos más información que comentarles al respecto el lunes próximo.

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