La noche del lunes se le confirió en
Bellas Artes la Medalla del INBA
Olga Harmony, dramaturga, docente y memoria del teatro
mexicano
Reconocen su incisiva, rigurosa, honesta y generosa
labor en la crítica teatral
CARLOS PAUL
Incisivo
y generoso, reflexivo y claro, riguroso y honesto, así fue descrito
el quehacer de la crítica de teatro Olga Harmony, colaboradora de
La Jornada, a quien el pasado lunes se rindió homenaje en
la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Al final de la ceremonia, Sari Bermúdez, titular
del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, entregó a Olga
Harmony la Medalla del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), por su
trayectoria de dramaturga, docente y memoria del teatro mexicano.
Luego de la proyección de un video en el que diversos
creadores escénicos hablan sobre la labor filosa, amorosa y entrañable
que ejerce Harmony, y en el que la especialista comenta que ''con la madurez
no se reblandecen las exigencias del crítico, sino que se fortalece
el respeto hacia el acto creativo", los participantes en el homenaje a
la crítica coincidieron en lo importante que es reconocer esa labor,
como parte del hecho y de la comunidad teatral.
Destacaron, entre otras cosas, el compromiso y las luchas
de Harmony por tener un mejor teatro en nuestro país, así
como su participación ''fundamental" en la institución de
la Academia Mexicana de Arte Teatral.
Recordaron su generosidad, no sólo como crítica,
sino también como persona, ''aun cuando surgen diferencias de opiniones".
Su apoyo a las nuevas generaciones, ''a las que impulsa y jala las orejas"
y, sobre todo, su honestidad.
''Olga es dura y fría cuando hay razón,
o generosa y cálida cuando lo amerita el caso. Maneja la prosa como
gran escritora, la síntesis como gran dramaturga, el juicio severo
como gran maestra", apuntó Víctor Hugo Rascón Banda,
quien señaló la tremenda ausencia de crítica teatral
en los diarios de mayor circulación. ''Es por eso que Olga es un
caso especial. Es por eso que la necesitamos".
¡Cuidado, ahí está la maestra Harmony!
Este homenaje, expresó Luz Emilia Aguilar Zinser,
''tiene un doble significado, pues constituye la celebración de
la obra de una mujer que mucho ha dado al teatro e implica la reivindicación
de la crítica teatral, la cual no ha sido justipreciada".
Es tanta la influencia de Olga -comentaría Martín
Acosta, en el video-, ''que a veces en los ensayos, cuando un actor se
sale de su marcaje, bromeamos: '¡Cuidado! ahí esta la maestra
Harmony, puede parecer un chiste, pero ella está ahí, con
nosotros, desde los ensayos".
Sari Bermúdez, luego de comprometerse a reditar
la novela de Olga Harmony, Los limones, y ''a estudiar toda su obra
escrita para publicar un compendio de lo más importante", por la
''emoción" -según sus palabras-, anunció como un regalo
para la crítica, que el próximo año se presentará
un ''gran proyecto de largo plazo" para las artes escénicas que
involucra ''muchísimos millones de recursos".
Olga Harmony siempre es esperada, comentaría Carlos
Corona. Siempre se dirá atrás del telón: Hoy, vino
Olga.