CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Intolerancia del poder
MAS ALLA DEL acoso de la Procuraduría General
de la República a los reporteros de esta casa editorial, su accionar
devela la faz oculta de los discursos sobre democracia de un gobierno de
derecha e intolerante, como presagian las siglas de Acción Nacional.
NO DEBE LLAMARNOS a sorpresa sobre esta forma de
ejercicio del poder que pretende el control absoluto del pensamiento y,
por ende, de los medios de comunicación críticos o simplemente
fuera de la esfera del dominio de un gobierno que reza, junto con el vecino
fuerte, una sola oración: conmigo o contra mí.
A LA PRENSA, entonces, el gobierno deja sólo
dos opciones cómodas: el silencio o la adulación. Y por esos
caminos pretende que los medios en general ejerzan su función, de
otra manera seguramente pasarán a formar parte del "eje del mal",
de los enemigos a los que hay que combatir.
LA REFLEXION Y el uso crítico de la razón
son cuestionados por ese poder sin respuestas políticas que escoge
el camino de la intimidación y las amenazas para alcanzar la meta
deseada: el silencio.
UN SILENCIO AD hoc
porque no vale la pena cuestionar la realidad. Al contrario, es mejor adecuarse
a ella y dejar que el poder indique cuál es el mejor camino para
disfrutar una vida cómoda y placentera, como diría Marcos
Roitman en Las razones de la democracia.
EN LA JORNADA el camino
está bien trazado: debatir las ideas, ejercer la crítica,
investigar, asumir siempre la responsabilidad que se deriva de la esencia
misma del ejercicio de este oficio que trata de entender y explicar la
diversidad humana. Esa es la tarea de todos quienes trabajamos en este
medio, pero principalmente de sus reporteros, invencibles en sus convicciones.
NO ES FACIL que este tipo de gobiernos entiendan
que las órdenes no se cuestionan, se cumplen, y quien mejor que
Rafael Macedo de la Concha, creado en esa lógica, para convertirse
en el instrumento idóneo para la intimidación.
NINGUNA LIBERTAD MAS preciada por la democracia
que ahora se nos vende, cuando menos en teoría, que la libertad
de expresión, ganada a pulso en la investigación de la verdad,
real o ficticia, que pregona el poder sin que signifique la realidad del
país.
EL INTENTO INFRUCTUOSO de la PGR de hacer de periodistas
delatores atenta contra la realidad que todo el país debe saber;
atenta contra el conocimiento fundamental de su entorno político
y social y pretende ocultar verdades sospechosas que cuestionan al poder.
MAL HARA ESTE gobierno al insistir en la lógica
de acotar o censurar el ejercicio periodístico de La Jornada
o de cualquier otro medio de comunicación sin entender que los periodistas
no somos los enemigos del régimen y que es la realidad la que lo
agrede, porque a final de cuentas no somos más que el reflejo de
sus propias atrocidades.