Parece que el periodista regresa a etapas peligrosas
que parecían superadas
Alerta Payán sobre acechanzas del poder
Defiende el trabajo de investigación de los reporteros
ante la falta de información
DE LA REDACCION
El director fundador del periódico La Jornada,
Carlos Payán Velver, dijo que los periodistas deben estar atentos
a la persecución por parte del poder, debido a que con la transición
no se aprecia cambio alguno en la materia y parece que se regresa a etapas
perniciosas que nadie desea.
El
periodista reflexionó en torno a la queja interpuesta ante la Comisión
Nacional de Derechos Humanos y a la denuncia pública presentada
por este diario, a partir de que la Procuraduría General de la República
girara citatorios a reporteros que han informado sobre las investigaciones
relacionadas con el Pemexgate.
"Es indudable que frente a la falta de información
se produzcan investigaciones precisas que el reportero hace para tener
claridad respecto a hechos determinados.
"Los periodistas deben estar atentos a las persecuciones
y acechanzas del poder. Hubiéramos pensado que con la transición
habría un cambio en estos menesteres. No lo hay. Al contrario, vamos
hacia atrás, parece que regresamos a momentos muy peligrosos, perniciosos;
parece que retornamos a periodos que no queremos.
"Además, se presentan también presiones
del poder a los empresarios de los medios. En este contexto debemos entender
la salida de Carmen Aristegui y Javier Solórzano.
"Un importante columnista, quien era el candidato natural
a la dirección de uno de los medios más influyentes de Francia,
vivió este tipo de presiones. En algún momento las autoridades
le preguntaron sobre un asunto que el diario trataba y el origen de la
información. El reveló la fuente y eso le costó la
dirección. Y es que hay una ética que es denominador común
entre quienes ejercen la libertad de expresión en el mundo: la fuente
no se da a conocer cuando ese es el acuerdo con los personajes que dan
la información.
"No hay que olvidar que siempre hay una tendencia de los
gobiernos a homogeneizar la información: esto se cuenta, esto no
se cuenta. En México, repito, parecía que estábamos
alejados de estas presiones pero ahora se empiezan a agudizar.
"Por eso -concluyó- hay que poner un alto y quejarse
ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos. El público
lector debe también protestar, porque cuando la información
se acalle vamos a extrañar estos pequeños espacios de libertad
que ya disfrutábamos."