Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 18 de noviembre de 2002
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Sociedad y Justicia

Aunque incluye una larga lista de metas se desconoce el monto de recursos para operarlo

Presentarán en breve programa para la juventud 2002-2003

CLAUDIA HERRERA BELTRAN CORRESPONSAL

El gobierno dará a conocer en los próximos días el Programa Nacional de Juventud 2002-2006, dirigido a 33 millones de jóvenes, que apuesta a resolver los problemas de desempleo, falta de vivienda e incremento de adicciones mediante la creación de empresas juveniles, autoconstrucción de vivienda y promoción del autocuidado de la salud.

Aunque incluye una larga lista de propuestas, el gobierno desconoce la cantidad de recursos necesarios para ponerlo en marcha. A decir de Cristian Castaño, director del Instituto Mexicano de la Juventud, que elaboró el documento, es difícil definir un monto, porque las dependencias no desagregan sus presupuestos de acuerdo con lo que destinan a los jóvenes.

Con el lema "Jóvenes actores estratégicos del desarrollo nacional", casi todas sus propuestas se basan en la realización de campañas informativas y de acciones educativas.

A pesar de que el aborto es un problema de salud pública, sobre todo en la población juvenil, no se menciona por su nombre y sólo hace referencia a la promoción de campañas y de programas de sexualidad, salud reproductiva, anticoncepción y planificación familiar, para evitar embarazos no deseados.

El programa toma como base los resultados de la Encuesta Nacional de Juventud 2000, y la experiencia de países como España, que llevan más de cuatro décadas elaborando estudios y programas especiales para jóvenes.

Consta de 140 páginas sin incluir las metas numéricas -que se afinan- y tiene como propósito central coordinar el trabajo de las instituciones gubernamentales, organizaciones civiles y privadas y de las asociaciones juveniles para "integrar al desarrollo nacional" a los jóvenes.

Parte de un diagnóstico nada promisorio sobre la situación de miles de mexicanos entre 12 y 29 años: la mitad han abandonado la escuela, medio millón están desempleados a pesar de que son la población más y mejor educada y son quienes emigran más de sus lugares de origen en busca de mejorar sus niveles de vida.

Con este panorama, el programa afirma que los jóvenes tienen escasas oportunidades de "emanciparse" de su familia.

Esta es la realidad para 33 de cada cien mexicanos. De acuerdo con el INEGI hay 97.4 millones de habitantes, de ellos 33.6 millones pertenecen a la población juvenil (48.5 por ciento son hombres y 51.5 por ciento, mujeres). Se trata de una población numerosa que se mantendrá así hasta 2030 cuando sea más evidente el impacto de la baja en las tasas de natalidad.

El primer capítulo plantea mejorar la calidad de vida y bienestar de los jóvenes impulsando programas educativos, de empleo y de vivienda, así como el autocuidado de la salud, la mejora del entorno social de los jóvenes y la puesta en marcha de estrategias para promover el deporte, la recreación, el turismo y el consumo.

En el campo educativo propone bajar los índices de deserción escolar mediante el otorgamiento de becas, además plantea una reforma de la secundaria y del bachillerato con el propósito de que oriente su perfil a la atención a jóvenes y que haya un sistema de educación continua para la vida y el trabajo dirigido a los jóvenes que han egresado de las escuelas.

Para dar empleo a 1.3 millones de jóvenes que cada año se suman a la población económicamente activa y que generalmente se encuentran con "situaciones severas de subempleo y desempleo", propone tres proyectos.

Ante las dificultades que las nuevas generaciones enfrentan para tener una vivienda propia, propone impulsar la autoconstrucción de vivienda, los créditos preferenciales y los estímulos fiscales para empresas que construyan casas para jóvenes, y por otro lado, la recuperación de espacios habitacionales, que "por su antigüedad o ausencia de funcionalidad han dejado de ser usados".

Como seis de cada 10 jóvenes no disponen de servicio de salud alguno, plantea que los jóvenes se incorporen al seguro popular y otro tipo de modalidades que propone el gobierno, y que se les asegure el acceso a información para que hagan un autocuidado de su salud.

En el ejercicio de la sexualidad "la intención es fomentar entre los jóvenes el conocimiento de los problemas, eliminando tabúes y sin perjuicios y condena alguna de sus actividades, así como darles información y orientación para que sus prácticas sean satisfactorias, responsables y seguras".

Debido a que el sida y las adicciones afectan mayoritariamente a la población en edad productiva (15 a 44 años), sugiere también el diseño de campañas informativas sobre el ejercicio de la sexualidad, prevención de adicciones y accidentes.

En el caso de las adicciones, reconoce que es una realidad social, y propone la política de "disminución del daño en situaciones de riesgo", a través del impulso de centros de rehabilitación y la creación de grupos de autoayuda.

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