Los del tricolor decidieron darle una segunda oportunidad en estos comicios
González Parás, virtual candidato del PRI a la gubernatura de NL
Con 46.53% de los votos la tendencia sería irreversible El miércoles, los resultados finales
ROSA ELVIRA VARGAS Y DAVID CARRIZALES ENVIADA Y CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 17 de noviembre. En la contienda del PRI para elegir candidato a la gubernatura de Nuevo León se impuso el voto conservador. Los priístas decidieron dar una segunda oportunidad al senador Natividad González Parás, a quien hace seis años derrotó el PAN en la elección constitucional.
Al cierre de esta información, los datos oficiales arrojaban apenas los porcentajes sobre 294 de las 751 casillas instaladas, equivalentes a 126 mil 498 sufragios, donde González Parás llevaba 46.53 por ciento de los votos; Abel Guerra, 29.24; Ricardo Canavati, 15.66; Eloy Cantú, 6.76, y Romeo Flores Caballero, 0.43 por ciento.
Si bien se consideró que esa sería una tendencia irreversible, el PRI tiene hasta el miércoles para dar a conocer los resultados finales y no se prevén impugnaciones mayores.
Así, el tricolor descubrió que no tiene un mejor cuadro para sacar al PAN del palacio de gobierno que aquel cuyo revés en las urnas hizo que Acción Nacional lograra por primera vez del Ejecutivo en ésta, una de las entidades de mayor tradición para la causa panista.
González Parás enfrentará ahora al empresario Mauricio Fernández Garza, quien llevaba un sexenio en campaña para conseguir la postulación por el PAN.
Esta selección anticipa una contienda bastante peculiar. El priísta opositor se distingue por un estilo mesurado, de política ortodoxa y mucha retórica, mientras que el panista -que en rigor tendrá que defender la administración de su correligionario y serio antagonista, Fernando Canales Clariond- rompe con frecuencia las formas y se singulariza por defender propuestas que rebaten los esquemas vigentes en el manejo de la administración pública.
Acudieron alrededor de 300 mil personas a votar y en muchos casos se recurrió al acarreo.
No obstante que las agencias encuestadoras contratadas por algunos medios locales de información coincidieron en dar a González Parás el triunfo, y que el propio delegado del CEN priísta, Feliciano Calzada Falcón, dijo que con 30 por ciento de los datos en su poder sería suficiente para dar a conocer una tendencia irreversible, dieron las 9 de la noche sin que se produjera información oficial.
Al parecer algo se atoraba al final del proceso. Las urnas cerraron a las 6 de la tarde y aunque una hora después en la macroplaza había empezado la fiesta de Nati con grupos norteños y proliferación de propaganda en camisetas, banderolas y bocinazos (con la leyenda de "ganador" y que evidentemente se elaboró con mucha antelación al domingo), a las 9 de la noche seguía sin poder proclamarse vencedor y aplazando la llegada de González Parás, porque la sede del tricolor seguía "muda".
Era un final inopinado y tortuoso para una jornada que inició y transcurrió en aparente normalidad, con una participación mucho mayor a la estimada en los días previos, y que de inmediato fue interpretada por los políticos priístas como "un deseo de la sociedad de volver a ser gobernada por el PRI en Nuevo León".
Los del tricolor se conocen muy bien a sí mismos. Y por más que se comprometan al juego limpio, sencillamente no pueden. Claro, como esta vez las denuncias tendrían que ser en contra de uno de los suyos, la pensaron muy bien antes de irse a fondo y finalmente dejaron todo en amagos.
Eloy Cantú difundió desde temprano por todas las estaciones radiofónicas y de televisión que uno de sus contrincantes había organizado carruseles. El PAN se sumó gustoso a las impugnaciones del proceso priísta, y por medio del diputado Danilo Domínguez aseguró que el equipo de "un precandidato" del PRI había estado comprando votos y otorgando despensas a cambio de credenciales de elector.
Pudo comprobarse que en las colonias populares del poniente de Monterrey la votación fue copiosa, para el mediodía habían votado entre 400 y 500 personas por casilla. Militantes del Partido del Trabajo acudieron a votar por Ricardo Canavati Tafich.
Cristina Díaz, presidenta estatal del PRI, dijo que la de hoy fue una jornada ejemplar y participativa. "Se corrieron los retos; somos un nuevo PRI que quiere regresar el gobierno al pueblo de Nuevo León, con una filosofía social en cada una de sus acciones políticas. Estamos en la ruta para la victoria de 2003", aseguró.
Finalmente, el PRI tomó su decisión y decidió jugársela. Si no recupera la gubernatura el año entrante quedará muy claro que, además de las siglas, también importa el hombre. Y en los siguientes meses eso gravitará en la campaña.