Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 18 de noviembre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  >

Política

Jorge Santibáñez Romellón*

Chapeau, monsieur le President!

El título de esta colaboración se refiere a una expresión "muy francesa" que elogia la acción de otro y que en México se ha traducido en algo así como "me quito el sombrero" o de manera más corta como "šbravo!" Viene a colación porque en la Asamblea Nacional Francesa el presidente Vicente Fox pronunció un discurso que mereció ese tipo de expresiones, a las que en esta ocasión con mucho gusto me sumo.

Además del contexto y marco en el que se pronunció el discurso, la parte medular contiene un posicionamiento crítico con respecto a Estados Unidos que resulta de gran interés. Este pronunciamiento tuvo diversas formas de expresión, de las cuales retendré dos, una explícita y otra, quizá más importante, implícita. De manera explícita y en síntesis el Presidente de México llamó a Estados Unidos a reflexionar sobre el papel que como principal potencia económica y militar del mundo juega y debe jugar, de tal forma que no se violente el desarrollo de las diferentes regiones y que ese liderazgo se ejerza sin poner en riesgo su seguridad y soberanía, pero también sin sometimientos forzados de otras naciones, es decir, probablemente sea el líder, pero seguramente no es el dueño del mundo.

De manera implícita el Presidente hizo un reconocimiento del importante papel que tiene la llamada Corte Penal Internacional, que juzgaría los abusos y actos de quienes por su naturaleza hasta ahora no han podido ser juzgados, como por ejemplo las violaciones sistemáticas de los derechos humanos argumentando supuestas "razones de Estado" o de seguridad. El asunto es importante porque Estados Unidos no solamente no ha suscrito el acuerdo de creación del mencionado tribunal, sino que se opuso tajantemente y presionó a "sus aliados" para que realizaran modificaciones sustantivas a las facultades del mismo.

Muchas veces hemos criticado al presidente Fox por sus discursos; en este espacio hemos señalado de manera crítica que quienes elaboran los discursos presidenciales responden más a un formato "de campaña" de optimismo y promesas que probablemente correspondan a un candidato, pero que no se pueden permitir de un jefe de Estado. Mucho se han señalado las imprecisiones en los datos que el Presidente maneja en sus discursos, como ejemplo baste señalar las cifras mencionadas en esta misma gira en la ciudad de Nueva York, donde habló de que la pobreza había disminuido de 18 a 15 por ciento, cifras que por supuesto nadie creyó. Lo menos que podemos hacer cuando esto no ocurre es reconocerlo y estimular que se siga por ese camino.

El asunto es de importancia mucho mayor de lo que parece, no se festeja "la valentonada", que finalmente casi cualquiera en México tiene, atendiendo a ese factor trasnochado de identidad que es el antiyanquismo simplista y mecánico. Se halaga la estrategia general, el momento y el marco en el que se hacen esas declaraciones y las implicaciones favorables para México en su relación con Estados Unidos. No sólo representa un deslindamiento de la tan traída y llevada subordinación mexicana hacia nuestros vecinos, sino un reposicionamiento de nuestro país en el contexto internacional y la construcción de nuevos puentes y alianzas con la única región del mundo que hoy en día puede significar un contrapeso de Estados Unidos, es decir, Europa.

La empatía y las alianzas con Europa pueden ser sumamente rentables. En ese continente en general, y particularmente en Francia, somos percibidos como un país con profundas raíces culturales y gran historia, se nos "quiere bien", pero hay dos aspectos en los que invariablemente salimos o salíamos reprobados: nuestra clase política, que es o era vista como poco democrática y corrupta, y la subordinación automática a Estados Unidos, que además se veía como algo que se combinaba con el primer aspecto y que propiciaba una serie de acuerdos y sometimientos por debajo de la mesa. En esta lógica, México era percibido como un gran país con dos desgracias: sus gobernantes y Estados Unidos, y ello era el principal obstáculo para construir cualquier alianza importante de largo plazo.

De golpe, en un solo acto, estaríamos ante la oportunidad de que eso cambie sustancialmente y, aunque ya sé que los escépticos dirán que una golondrina no hace verano, quisiera creer que la posición de nuestro jefe de Estado no es solamente un desplante, sino que corresponde a una estrategia de largo plazo y que, al menos en esta ocasión, debemos decir "chapeau, monsieur le President!"

 

* Presidente de El Colegio de la Frontera Norte

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año