Para el Kremlin se trata de "extremistas religiosos y terroristas internacionales"
Reitera Putin ante la UE que no negociará con separatistas chechenos
Una solución pacífica, única vía para poner fin al conflicto: presidente de los quince
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 11 de noviembre. Al apostar por una solución de fuerza, el Kremlin cancela toda posibilidad de negociar con la dirigencia rebelde un arreglo político para Chechenia, decisión que prolonga de modo indefinido la guerra y, lejos de resolver el problema del separatismo en esa república del Cáucaso, multiplica el riesgo de que se repitan tragedias como el reciente secuestro de rehenes y su cuestionado desenlace.
La estrategia no es nueva, pero a raíz de lo ocurrido en el teatro Dubrovka de Moscú las autoridades rusas ponen mayor énfasis en afirmar que Chechenia es sólo una ramificación de un problema más grave y difuso, el terrorismo internacional, al tiempo que insisten en establecer un signo de igualdad entre este último, sin faltar la mención de la red Al Qaeda como común denominador, y el separatismo checheno.
En la víspera de la cumbre entre Rusia y la Unión Europea (UE), celebrada este lunes en Bruselas, el presidente Vladimir Putin calificó de "asesino" a Aslan Masjadov, líder separatista checheno, y lanzó esta advertencia: "Quien escoge a Masjadov escoge la guerra. Para nosotros, toda este gente (la que propone negociar), esté en territorio de Rusia o en otros países, será considerada cómplice de terroristas".
El mandatario ruso, al reunirse con sus pares en la capital belga, reiteró que los separatistas chechenos son "extremistas religiosos" y "terroristas internacionales", por lo cual no va a negociar con ellos, con "nadie que quiera la guerra".
Planteado así, el actual inquilino del Kremlin cree que va a tener mejor suerte que su antecesor, Boris Yeltsin, que al cabo de año y medio en la primera campaña militar (diciembre de 1994-agosto de 1996) tuvo que firmar un cese del fuego que significó la capitulación del ejército ruso. La segunda edición de esta guerra dura ya el doble y todavía no se le ve fin, pero Putin sigue aferrado a la idea de que podrá derrotar el independentismo checheno mediante el uso de la fuerza.
Por momentos parece que el presidente ruso incluso hace alardes de esto, como se interpretó el par de frases que dedicó hoy a un periodista europeo durante su conferencia de prensa en Bruselas: "Si usted está dispuesto a convertirse en el musulmán más radical y está listo para hacerse la circuncisión, lo invito a que vaya a Moscú. Voy a recomendar que le hagan la operación de tal forma que no le vuelva a crecer nada de nada", dijo Putin.
Trascendió que el diálogo sobre Chechenia entre Putin y sus colegas de la Unión Europea fue menos tenso, aunque todo parece indicar que cada cual mantuvo la posición que defiende de tiempo atrás.
Puertas adentro, la UE llegó a expresar seria preocupación por la situación de los derechos humanos en Chechenia, si bien matizó sus críticas a los excesos atribuidos al ejército federal con la precisión de que ambas partes (rusos y chechenos) deben respetarlos.
Al término de la cumbre, el primer ministro de Dinamarca, Anders Fogh Rasmussen, en funciones de presidente en turno de la UE, no pudo evitar poner de relieve la diferencia de enfoque: "El conflicto de Chechenia no puede ser tratado sólo como un problema terrorista. Una solución política es la única vía para lograr la paz".
La opinión común de los jefes de gobierno de los países de la UE, expresada por el representante danés, además, puede ser un indicador de que Copenhague podría conceder asilo político a Ahmed Zakayev, el emisario de Masjadov detenido a petición de Rusia tras la celebración ahí del Congreso Mundial Checheno.
En todo caso, este martes vence el plazo legal para que la juez que ve el caso decida si procede o no la extradición de Zakayev, su deportación a un tercer país o su completa exoneración de las imputaciones de haber participado en el secuestro masivo de rehenes en Moscú.
Rusia también solicitó orden internacional de captura contra el propio Masjadov y otros tres de los principales miembros del ala política de la dirigencia chechena, Zelimján Yandarbiev, vicepresidente; Kazbek Majashev, ministro del Interior, y Josh-Ahmed Nukayev, ministro sin cartera.
Hasta hace unos días, estos integrantes del entorno más cercano de Masjadov que están en la clandestinidad o residen fuera de Rusia, eran considerados por Moscú como moderados, al menos no tan radicales como como Shamil Basayev, Movladi Udugov y otros, figuras del ala militar catalogados por las autoridades rusas de "viles y repugnantes criminales".
Nada con Masjadov
Fracasada la toma de rehenes, Shamil Basayev asumió la responsabilidad de haber ordenado el secuestro masivo al comando suicida de Movsar Barayev, quien en la entrevista que alcanzó a conceder a la televisora rusa NTV sostuvo que también cumplía órdenes de Masjadov.
El líder separatista guardó silencio durante las 57 horas que duró el calvario de los rehenes y sólo un día después de la operación de rescate hizo declaraciones para deslindarse.
Masjadov llegó al extremo, el pasado 5 de noviembre, de emitir un comunicado en el cual "condena la toma de rehenes en Moscú, al margen de cuál haya sido su finalidad", y se compromete a realizar una investigación y castigar a los responsables. Anuncia que, mientras se lleve a cabo la investigación, decidió separar de todos sus cargos a Shamil Basayev.
Debe apuntarse que también circula aquí información de que fue Basayev el que renunció a todos sus cargos para encabezar personalmente los comandos suicidas.
De una forma o de otra, Masjadov reiteró este lunes su ofrecimiento de "iniciar negociaciones sin condición alguna", pero el Kremlin ya no quiere saber nada de él.
Al parecer, Putin apoya la idea de afganizar Chechenia, en el sentido de seguir el método que el gobierno de Estados Unidos utilizó para "legitimar" a Hamid Karzai, el gobernante interino que impuso y que se mantiene en el poder sólo por la presencia de tropas extranjeras.
Allá se recurrió a una Loya Jirga (asamblea de notables) manipulada, aquí el papel de esa gran asamblea se empieza a asignar a un referéndum constitucional que el gobierno checheno pro ruso debe convocar ya dentro de unos meses.
Por supuesto, nadie va a preguntar si los chechenos desean separarse de Rusia y tampoco, a diferencia de Afganistán, hará falta pedir el apoyo de militares extranjeros. Ya hay 80 mil soldados rusos en Chechenia.