En la ciudad de los dioses se encendió
el fuego por los juegos centroamericanos
Luego de 18 años, realizan espectáculo
de luz y sonido en Teotihuacán
Voces en off de Jesusa Rodríguez y Angel
Enciso acompañaron la ceremonia
ARTURO JIMENEZ ENVIADO
Teotihuacan, Mex., 8 de noviembre. Por única
vez y después de 18 años de haber sido suspendido debido
al deterioro del equipo y por daños a las estructuras arquitectónicas,
anoche fue presentado de nuevo en la zona arqueológica de Teotihuacán,
ante unos 500 espectadores, un espectáculo de luz y sonido.
Con ello se dio contexto a la recreación de la
ceremonia mexica del Encendido del fuego, con la cual arrancan de manera
oficial, desde México, los decimonovenos Juegos Deportivos Centroamericanos
y del Caribe, que este año se realizarán en El Salvador.
Tras
la autorización de instancias del Instituto Nacional de Antropología
e Historia, como la Dirección General, la Coordinación Nacional
de Arqueología y el Consejo Nacional de Arqueología, los
muros de la pirámide de la Luna y edificios aledaños de la
ciudad de los dioses pudieron vestirse de luces, sombras, colores y pictogramas
prehispánicos.
Cabe destacar que desde junio de 2000 el Consejo Nacional
de Arqueología, presidido por Joaquín García-Bárcenas,
estudia la petición de la empresa Grupo Hunda, responsable del espectáculo,
para que éste sea permanente.
Las luces e imágenes eran acompañadas por
las voces en off grabadas de Jesusa Rodríguez y Angel Enciso,
que retumbaban en las paredes para recrear el guión de Teotihuacán:
un umbral en el tiempo, en el que la actriz hizo un repaso de la historia
de la ciudad prehispánica desde su fundación hasta su decaimiento.
El guión fue escrito por la historiadora Paulina
Latapí, el arqueólogo Jesús Torres Peralta y María
Elena Ruiz Gallut, directora del Centro de Estudios Teotihuacanos. Además
fue revisado por el reconocido arqueólogo Rubén Cabrera Castro
y por Alejandro Martínez Muriel, coordinador nacional de Arqueología.
Destacó la música de Marcela Rodríguez, creada ex
profeso.
Ruiz Gallut avaló el espectáculo y dijo
que no daña las estructuras de los edificios, pues el Grupo Hunda
utiliza ''tecnología de punta" que no requiere de perforaciones,
de cableado, del uso de estructuras o de poner marcas o señales.
Más bien, agregó, este espectáculo beneficiaría
a la zona arqueológica en términos de turismo, difusión
cultural y mayores ingresos.
El permiso de Tláloc
Con la venia de Tláloc, la ceremonia al aire libre
comenzó media hora más tarde de lo previsto, a las siete
y media de la noche, luego de una pertinaz lluvia que amenazó con
suspenderla. Pero las nubes cedieron y entonces fue permitido el ingreso
por el Palacio de los Guerreros o de Quetzalpapalotl (Templo de las Mariposas).
Después de los alargados momentos de presentación
de funcionarios deportivos de México, El Salvador y otros países,
así como de discursos, himnos nacionales y desfile de banderas,
comenzó Teotihuacán: un umbral en el tiempo.
Enseguida, ya por cuenta del Comité Olímpico
Mexicano, se presentó un espectáculo sobre el legado de las
actividades físicas del México antiguo, basado en danzas
contemporáneas, rituales y juegos de pelota, en la que bolas de
fuego surcaban el espacio.
En medio de una atmósfera de copal y el sonido
potente de tambores huehuetl, sonajas y coyoleras de unos cien danzantes
de diversos grupos de la tradición mexicanista, fue encendido el
fuego nuevo sobre la plataforma central de la explanada.
Minutos después, el corredor y bailarín
Isaac Rodríguez tomó la antorcha y salió por la Calzada
de los Muertos, flanqueado por más de 100 sahumadoras y portadoras
de las banderas de los países participantes.
Mientras, una melodía dulce de caracolas, silbatos
de barro, conchas de tortuga y palos de lluvia era interpretada en vivo
por Gonzalo Ceja. Al final, fuera de programa, los danzantes apenas y pudieron
saludar los cuatro puntos del universo, dar las gracias y despedirse, pues
policías y custodios tenían órdenes de desalojar la
ciudad de los dioses.