Aduce inconstitucionalidad de la Ley de Partidos
Políticos, que ilegaliza a la coalición
Batasuna acude al Tribunal Supremo de España
para evitar su proscripción
Se ignora paradero de diputado nacionalista vasco contra
quien se giró orden de aprehensión
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 8 de noviembre. La coalición nacionalista
vasca Batasuna apeló ante el Tribunal Supremo de España la
inconstitucionalidad de la Ley de Partidos Políticos, con la que
el gobierno de José María Aznar busca proscribir a dicha
agrupación por sus presuntos vínculos con la organización
armada ETA.
La formación abertzale es sometida a dos
procesos para disolverla. Por un lado, el abierto en la Audiencia Nacional
por el juez Baltasar Garzón, quien decidió la suspensión
cautelar de sus actividades, el cierre de sus sedes y el embargo de sus
cuentas bancarias.
La Fiscalía General del Estado y el gobierno de
Aznar, que contó con el respaldo de la oposición socialista,
presentaron ante el Tribunal Supremo demandas de ilegalización,
sustentadas sobre todo en las actas de ayuntamientos y sedes parlamentarias
en las que Batasuna se ausentó o se negó a condenar las mociones
contra el atentado perpetrado por ETA en Santa Pola.
Los abogados que representan a Batasuna, Iñigo
Iruin y Adolfo Araiz, advirtieron en un escrito que ninguno de los hechos
presentados por el gobierno y la fiscalía "pueden conllevar la ilegalización",
por lo que de perpetrarse se violaría la doctrina del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos.
De esa manera los abogados insistieron en que se debe
someter la nueva legislación de partidos políticos a una
cuestión ante el Tribunal Constitucional, una medida que de aceptarse
obligaría a este órgano judicial a pronunciarse para continuar
con el proceso.
Señalaron que el gobierno pretende que los magistrados
apliquen la ley con un criterio de retroactividad, pero expresaron que
al no existir un supuesto fáctico imputable a Batasuna tras la entrada
en vigor de la legislación, no se puede hacer una "valoración
hacia atrás del comportamiento de esta formación, pues ello
supondría la quiebra del principio de retroactividad".
Rechazaron asimismo los planteamientos del abogado del
Estado y de la fiscalía respecto a las conductas que darían
lugar a ilegalización, ya que a su juicio sólo pueden provocar
la disolución de un partido aquéllas que supongan un "ilícito
penal".
En ese sentido, insistieron en que no condenar acciones
violentas o terroristas "no es una conducta ilícita a los efectos
de la ilegalización de un partido político" y que el Tribunal
Europeo de Derechos Humanos considera que una medida así vulnera
el artículo 11 de su legislación "si no se sustenta en un
apoyo o invitación expresa a la violencia y el terrorismo".
La defensa sostuvo que la proscripción sólo
se puede aplicar en casos graves, por lo que de continuar con el proceso
se vulnerarían derechos básicos, como los de asociación
y libertad de expresión de ideas y opiniones, así como la
libertad ideológica y la de participación en actos públicos.
Por otro lado, el vicepresidente primero del gobierno
español, Mariano Rajoy, informó que se ignora el paradero
del diputado de Batasuna José Antonio Urrutikoetxea, conocido por
el alias de Josu Ternera, contra quien se giró una orden
de detención el miércoles pasado.
El diputado se negó a comparecer ante la Corte
Suprema, donde es procesado por un atentado cometido por ETA en 1987 contra
un cuartel de la Guardia Civil -y que según el Ministerio del Interior
fue ordenado por el propio Urrutikoetxea, entonces uno de los supuestos
dirigentes del grupo armado- al estimar que el juicio es una "farsa" y
que forma parte de los ataques contra el independentismo vasco.
Ante esto, el juez de la Corte decidió ordenar
la detención de Josu Ternera para el 13 de noviembre, cuando
será obligado a comparecer ante la sala de lo penal.