Se disolvieron augurios de violencia; 40 mil delegados, inscritos al Foro Social Europeo
Las leyes del mercado atropellan a los pueblos, denunció José Bové
La lucha del agricultor francés, uno de los símbolos del movimiento de resistencia global
Este sábado se efectuará en Florencia la gran marcha en la que participarán casi 200 mil personas
JESUS RAMIREZ CUEVAS ENVIADO
Florencia, 8 de noviembre. El Foro Social Europeo (FSE) rebasó sus propias expectativas. Más de 40 mil delegados se inscribieron en el primer día de discusiones.
Fue un día de contrastes en el que se disolvieron los augurios de violencia, como advirtió el gobierno. Sin embargo, Florencia se convirtió en una ciudad blindada, con negocios cerrados y policías vigilando en todas partes. Del otro lado, también se vivía la ciudad liberada, con debates y actos culturales. El primer día de discusiones del FSE fue intenso. Dentro de la Fortaleza de Basso y en el Palacio de Congresos la gente se abarrotaba en los salones y en la sala de exposiciones.
Esta mañana la figura central de las discusiones fue José Bové, de la Confederación Campesina Francesa, quien fue ovacionado por más de 6 mil personas. En la sala Leopolda, espacio cultural abierto en lo que fue una estación ferroviaria, se discutió el tema de soberanía alimentaria. Los ánimos se exaltaron cuando tocó el turno a Bové, cuya lucha se ha convertido en uno de los símbolos del movimiento de resistencia global.
"La agricultura -dijo Bové- se ha convertido en instrumento de dominación en el planeta, y las reglas del mercado avanzan atropellando los derechos de los pueblos mismos. Hoy la agricultura es una nueva forma de colonialismo y de control de los países del norte sobre los del sur. La soberanía alimentaria no es simple autoconsumo, es el primer punto de la independencia política y de la autodeterminación de un pueblo. Tenemos que luchar por el derecho a la existencia de diferentes modelos de agricultura y mercados locales que preserven la biodiversidad. Debemos reinvidicar el derecho de la gente a comer y producir sus propios productos sin tener que pedir permiso a las compañías trasnacionales que usan productos genéticamente modificados."
El colombiano Héctor Mondragón denunció el plan Colombia y el despojo de sus tierras a más de 2 millones y medio de campesinos de su país en los pasados cinco años, en beneficio de los grandes propietarios y las compañías trasnacionales.
Por la tarde, otro foro concentró la atención de casi 3 mil personas. Ahí se discutió la relación del movimiento de resistencia global con los partidos políticos y con las instituciones. Estaban presentes algunos dirigentes de diversos partidos de izquierda, como Fausto Bertinotti, de Refundación Comunista; Vittorio Angoleto, de los Verdes italianos, y de otras organizaciones políticas inglesas, francesas y portuguesas.
Bertinotti calentó el debate al declarar que la postura que defiende la tesis de reformar el sistema actual y la globalización está equivocada. "Ese reformismo se agotó; tenemos que crear nuevas ideas y prácticas fuera de las reglas del juego actual que legitima a la globalización".
Los partidos de izquierda tienen que "actuar con humildad frente a los nuevos actores sociales", dijo Bertinotti, y sostuvo que "este movimiento es un fenómeno de nuestro tiempo, no es un sueño utópico ni efímero, es un movimiento que nace en la lucha; es una rebelión, una desobediencia que responde a los cambios del capitalismo y eso es a largo plazo".
El secretario general de Refundación reafirmó su rechazo a la guerra que promueve Estados Unidos. "La guerra no es una excepción sino la forma en que se presenta la globalización y cuyo adversario es la humanidad. No puede haber paz con injusticia y pobreza.
"Estamos contra la guerra porque es parte de la globalización económica y del poder del imperio. Y este movimiento es lo único que se le opone", agregó. Insistió en que "no hay forma de reformar la globalización. Hay que crear nuevas formas de hacer política con base en la democracia directa y la participación de la gente", concluyó en medio de una ovación.
De la protesta a la fiesta
La Fortaleza de Basso, antigua instalación militar del medievo, está acondicionada con un edificio central y decenas de auditorios. En tres pisos se han instalado cientos de stands donde se expone todo tipo de literatura, folletos, souvenirs con emblemas y causas del movimiento antiglobalización y de otros, organizaciones no gubernamentales y políticas de izquierda de todos los signos.
En la explanada, decenas de mantas y lemas contra la guerra, el neoliberalismo y el racismo ocupan cualquier espacio en las paredes.
Es una feria donde lo mismo se pueden conseguir carteles del Che Guevara, del subcomandante Marcos o las fotos sobre el trabajo de Sebastiao Salgado. Libros acerca de las causas más diversas, una muestra representativa de las lecturas y escritores que acompañan al movimiento. Destacan los libros de Noam Chomsky, Naomi Klein, Tony Negri, Jeremy Rifkin, Samir Amin y una multitud de crónicas y reportajes sobre Chiapas, así como muchas ediciones de los textos del líder zapatista.
En un espacio se proponen conseguir la paz mediante la experiencia personal del yoga y se hacen sesiones con gurú incluido, en otras, se ofrecen productos del comercio justo y solidario que se está extendiendo en muchos mercados locales europeos. Los jóvenes del Centro Social de Leon Cavallo ofrecen café de los indígenas rebeldes de Chiapas, y en otros sitios se pide apoyo para proyectos en las comunidades zapatistas. En algunos más se promociona una banca justa y ética. Era un archipiélago tan diverso como este movimiento que ha llegado para quedarse. Viendo su capacidad de convocatoria y la cantidad de causas y organizaciones que reúne, da la impresión de que va en ascenso. "Se necesitan nuevos instrumentos de análisis para entender el movimiento de resistencia global", dijo Hermann Dworska, del Centro Austriaco de Documentación de la Resistencia, y agregó: "nos enfrentamos a un fenómeno nuevo y necesitamos nuevas herramientas de análisis para entenderlo".
El viernes partió el Global Tren desde el norte de Italia rumbo a Florencia y recorrió varias ciudades para ser abordado por cientos de activistas que asistirán a la manifestación programada para este sábado. En tanto, en Rilasci, según informaron los organizadores del FSE, un joven suizo fue arrestado y acusado de resistencia a un oficial público.
El comité organizador del Foro Social Europeo criticó un artículo de Oriana Fallaci por promover el odio y la intolerancia.
Acerca de la gran cantidad de gente que ha llegado al foro, el comité dijo que esto sucedió a pesar de las amenazas del gobierno italiano, y "deja claro que miles de personas se oponen a la guerra y al neoliberalismo, y promueven un planeta solidario y justo". Hoy continuaron las discusiones mientras se preparaba la manifestación contra la guerra el sábado en la que se espera participen unas 200 mil personas.