Dice los qué, pero omite los cómo
y los cuánto, indican diputados respecto de la iniciativa
Sólo una lista de buenas intenciones, el proyecto
de blindaje agropecuario
El documento de 60 puntos prevé facilidades fiscales,
subsidios a energéticos y créditos a productores
Hacienda propone reducción de presupuesto a Agricultura
de casi $2 mil millones
ROBERTO GARDUÑO
El proyecto de blindaje agropecuario que el secretario
de Agricultura, Javier Usabiaga, presentó el miércoles a
diputados del sector, contenido en un documento de 60 puntos, incluye las
líneas generales que habrá de emprender el gobierno para
enfrentar la libre circulación de productos del campo el próximo
año, como establece el Tratado de Libre Comercio, pero no precisa
montos económicos, por lo que corre el riesgo de convertirse en
un blindaje de papel, advirtió el priísta Arturo de
la Garza Tijerina.
De la Garza Tijerina, presidente de la Comisión
de Ganadería en la Cámara, dio a conocer el texto, y manifestó
disgusto, porque ''el secretario Usabiaga sólo vino a decirnos lo
que piensan hacer, pero no nos dijo cómo ni con cuánto''.
El miércoles Usabiaga se reunió con legisladores
del sector agrocampesino para explicarles la estrategia gubernamental de
protección a los productores mexicanos. Un buen número de
diputados le cuestionó por qué el gobierno federal había
reducido el monto del presupuesto anual para esa secretaría, de
casi 36 mil millones a poco menos de 34 mil millones de pesos. Vino entonces
a la memoria de los representantes populares la promesa del presidente
Vicente Fox de incrementar año con año los apoyos a los productores
y campesinos.
El diputado De la Garza recordó que en el encuentro
el titular de la Sagarpa argumentó una y otra vez que él
sólo necesitaba manos libres para apoyar a los productores. ''Nos
pareció extraño que así fuera, porque nos dijo que
él así podría disponer de recursos para hacer compras
o incrementar programas''.
Fue entonces cuando Javier Usabiaga entregó el
documento titulado Acciones de política agroalimentaria y pesquera
para el fortalecimiento sectorial. Se dijo entonces que este era el
blindaje anunciado por la administración foxista.
Los objetivos, indica el documento, son superar los rezagos
estructurales, particularmente la pobreza; desarrollar todas las potencialidades
de los habitantes del medio rural, y aprovechar las oportunidades que presenta
el mosaico social y productivo del campo, así como el acceso preferencial
del que goza México en los principales mercados de exportación
del mundo, y plantea siete líneas estratégicas de desarrollo:
Fomentar la integración de las cadenas productivas,
con la finalidad de que el productor retenga la mayor parte del valor agregado.
Fomentar la producción y la productividad en
los productos agropecuarios en los que México presenta déficit
comercial.
Fomentar la organización económica de
productores.
Impulsar la creación de un sistema financiero
rural.
Ordenar los mercados agropecuarios.
Aprovechar la capacidad para el procesamiento industrial
de los productos.
Aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología
moderna.
Las líneas de acción
El documento con la estrategia de blindaje incluye
las iniciativas que deberán resolverse en el ámbito legislativo
y regulatorio con el propósito de operar el cambio estructural en
el sector.
El Ejecutivo presentará una iniciativa de reformas
a las leyes de Comercio Exterior, sobre Metrología y Normalización,
y de Pesca, así como una iniciativa de ley para la creación
de la nueva financiera rural y un marco regulatorio de los intermediarios
financieros rurales.
Además se propondrán, junto con la Secretaría
de Hacienda, modificaciones a la Ley del ISR, consistentes en reducir ese
impuesto a las personas físicas y morales que realicen inversión
directa.
En materia de sanidad, inocuidad y calidad se pretende
un rígido control de los productos importados mediante el diseño
y la aplicación de normas y estándares de calidad para darle
transparencia a las transacciones comerciales.
En el ámbito de las acciones para fortalecer la
competitividad del sector productivo, las metas son ambiciosas; no obstante,
no hay una previsión exacta ni aproximada de los recursos federales
que habrán de utilizarse para proteger a los productores mexicanos.
En el sector de los granos y las oleaginosas, la Secretaría
de Agricultura señala que su política se orienta a vigilar
el proceso de transacciones mediante el estándar de los precios
internacionales de mercado. Además, garantizará el ingreso
por tonelada de los granos y las oleaginosas por un plazo de cinco años
fiscales, con el objetivo de brindar certidumbre a productores y agentes
económicos del sector.
El ingreso garantizado tiene tres componentes básicos:
el Procampo expresado en toneladas, los ingresos provenientes del mercado,
y los apoyos adicionales para alcanzar el ingreso garantizado, en caso
de que el Procampo y los ingresos del mercado resulten insuficientes.
De cómo operará el Procampo, el documento
refiere que seguirá pagándose con una cuota fija por hectárea.
"El Procampo expresado en toneladas y su regionalización correspondiente
tiene como única finalidad incorporarlo en el cálculo del
ingreso garantizado".
Para el sector pecuario se incorporarán dos programas:
el primero, conocido como Estímulos a la productividad ganadera,
tiene como intención incrementar el índice de cobertura
vegetal en las tierras de pastoreo, y se plantea incorporar 250 mil unidades
de protección pecuaria extensiva. Ahí se prevé un
apoyo inicial adelantado de 30 por ciento. Del mismo modo se establecerá
un Sistema Nacional de Identificación Individual de Ganado, el cual
incluye acciones de registro productivo, sanidad, control de movilizaciones
y rastreo para esquemas de inocuidad alimentaria.
En lo relativo a los insumos mediante precios competitivos,
se indica la estandarización a 30 centavos de peso por kilovatio/hora
para el sector agrícola; el fomento a la tecnificación del
riesgo y ahorro de agua mediante el apoyo con cinco por ciento del pago
del consumo de energía eléctrica, y acceso al diesel para
el sector agropecuario a precios competitivos.
Otro tema incluido en la política agroalimentaria
y pesquera es el financiamiento. Como ocurre en todo el texto, las cifras
están ausentes, y la explicación de lo que se pretende es
amplia:
''Se fortalecerán y ampliarán los esquemas
que facilitan el acceso de los productores a los mecanismos de administración
de riesgos (seguros y coberturas de precios). Se otorgarán facilidades
a aquellos productores que presenten proyectos de reconversión,
para utilizar los recursos del Procampo y de otros programas. El Estado
deberá participar en el cambio corresponsable del uso del crédito
agrícola, compartiendo el riesgo en el financiamiento a corto y
largo plazo.
''Se fomentará con los gobiernos de los estados
la creación de fondos de garantía para que apuntalen el surgimiento
de nuevos actores en el financiamiento rural. Se aplicará el sistema
financiero de manejo de grandes cosechas, con el objeto de que los productores
cuenten con liquidez. Y se ampliará la cobertura del sistema financiero
en el medio rural".