Esta planta usualmente vive apoyada en árboles, de los que cuelga; es de color gris plateado y en el centro tiene un filamento negro, elástico. La fibra vegetal que contiene se utilizó para rellenar almohadas, colchones y en la tapicería, hasta finales el siglo pasado.

La fibra se extrae macerando en agua por algunos días las plantas recolectadas; así se ablanda la parte carnosa y al frotarla se obtienen los filamentos que son semejantes a largas cerdas o crines.

Se encuentra con frecuencia en los bosques poco perturbados y prefiere los climas cálidos y húmedos. Se recolecta para venderla en la época de posadas y navidad, cuando se usa para adornar los nacimientos; también se le llama heno.

El paxtle tiene uso ritual en la danza agrícola de los ''paixtlis'', que se representa en las poblaciones de San Andrés Ixtlán, Tonila, Ciudad Guzmán, Tuxpan y Gómez Farías, todas localizadas en la región que se conoce como el sur de Jalisco.

Un traje para esta ceremonia puede tener más de 40 kilos de paxtle. Los tocados y las máscaras son particulares de cada comunidad. Las máscaras de Ixtlán se elaboran con otatillo o con palo mezontle; también las hay de barro cocido, como las de Ciudad Guzmán (pequeñas y con rostro europeo). Ambas se decoran con pintura; los tocados pueden ser una cabellera de listones o un resplandor lleno de flores de papel de china y estructura de madera de ocotillo o carrizo en forma de abanico, en la que cada rayo remata en una luna o en una estrella. Otros son de carrizo con forma de medio círculo forrado de papel de china, en el que se pegan espejos y tarjetas coloridas, como sucede con los tocados de Ciudad Guzmán.

Los elementos para la danza

Los ejecutantes llevan en la mano derecha una sonaja de mango grueso, hecha de guaje cirían de unos 12 centímetros de diámetro, por lo general coronada con listones multicolores que contrastan con el gris del paxtle; en la otra, como símbolo de poder, suelen llevar un bastón de otate con cabeza de venado o un cetro que por su forma llaman ''cebolla". Consiste en un eje delgado rematado con una bola de la que salen cintas y cuentas de papelillo o abalorios y en la parte superior una flor de papel. Completan el atuendo un par de paliacates rojos, anudados al cuello o extendidos sobre el pecho y la espalda.

 La figura sagrada del venado

Carl Lumholtz, quien presenció la danza a finales del siglo XIX, supone que está relacionada con los ritos de los huicholes, y asoció al venado (presente hoy en la cabeza del bastón), con la diosa madre, Nacahue. Se debe recordar que el venado es sagrado entre los huicholes y los yaquis; es posible que entre otros grupos de la región también lo sea.

Danza ceremonial

Esa danza ceremonial es austera y sus evoluciones son en apariencia simples y fáciles de ejecutar. Se graban en la mente tanto de ejecutantes como de espectadores, a quienes pertenece como patrimonio, y que se resisten a cambios y alteraciones.

La danza es ejecutada sólo por hombres; los personajes principales son una pareja y seis u ocho paixtlis. Todos los participantes están cubiertos de pies a cabeza con paxtle; ''la mujer" sólo lo lleva en la base de su tocado y no tiene máscara. La ceremonia se relaciona con la diosa madre y con otras deidades de la naturaleza; se sabe que es una petición de fertilidad y abundancia, pues así lo muestran las fechas en que se presenta (Navidad y Epifanía, época de pedir nuevas cosechas).

Se lleva a cabo en un espacio rectangular en el que se deja libre una superficie de unos 20 por 30 metros, área en la que se representa la coreografía. Las evoluciones se inician en una doble fila encabezada por la pareja; se recorre el patio por la parte central, y cada fila se separa por los costados, regresando de nuevo por el centro para formar una sola fila. Los pasos son cortos y pausados, combinados con pequeños saltos.