Prohibieron la entrada a una conferencia y apelaron
al Estado Mayor Presidencial
Delegados de Canadá dificultaron la labor de
la prensa al cerrar la cumbre
Rompieron con varios días de trabajo organizado
y sin mayores dificultades
ROSA
ELVIRA VARGAS Y ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADOS
Los Cabos, BCS, 27 de octubre. Lo que tendría
que haber sido sólo una conferencia de prensa más, con el
primer ministro de Canadá, Jean Chretién, se convirtió
en el ''prietito del arroz'' para la cobertura periodística de la
cumbre del Mecanismo de Cooperación Asia Pacífico (APEC).
En un cruce de órdenes, contraórdenes y malos modales, los
representantes canadienses rompieron su tradicional cortesía, metieron
en aprietos al Estado Mayor Presidencial y provocaron la indignación
de los comunicadores.
La décima cumbre del APEC terminó de ese
modo. Si bien tuvo las restricciones habituales en estos encuentros, esta
vez la cobertura periodística logró orden y no se presentaron
contratiempos.
Incluso cuando los ministros de Comercio y de Relaciones
Exteriores se presentaron el jueves ante unos 200 reporteros, expusieron
sus resoluciones y permitieron hacer preguntas sin limitarlas.
Así también ocurrió con los empresarios
y embajadores y lo mismo sucedió hoy por la tarde con el primer
ministro de Japón, Junichiro Koizumi, quien habló ante los
medios antes de partir a su encuentro con el presidente Vicente Fox.
Pero en uno de los salones anexos, los canadienses, en
el único acto en el que tendrían que participar los responsables
de prensa de esa nación, comenzaron por prohibir la entrada a todo
periodista que no representara a un medio de su país.
Así, durante un buen rato unos daban el acceso,
luego lo prohibían y terminaron llamando a los encargados del Estado
Mayor para sacar a los ''colados'' (o sea los no canadienses) a quienes
ellos mismos habían permitido entrar, lo cual fue acatado por los
militares, entre asombrados y obedientes. Total, la prensa se enojó
y se fue de ahí, de cualquier forma Chrétien estuvo cuando
mucho 15 minutos en la conferencia.
Terminaron de ese modo ocho días de un encuentro
internacional que se organizó con profesionalismo y para el que
se dispuso mucho dinero.
Haber traído desde Nuevo León, Sonora y
Chihuahua más de 200 autobuses para hacer los traslados desde Cabo
San Lucas y San José del Cabo a las distintas sedes, convocar a
cientos de estudiantes de La Paz como voluntarios para las más diversas
tareas, mover la estructura de telecomunicaciones, abrir nuevas carreteras,
disponer de un impresionante aparato de seguridad y adueñarse de
la oferta hotelera para alojar a las 21 delegaciones, debe haber importado
un costo que habrá que conocer en apego a la nueva ley de transparencia
y acceso a la información.
Eso sí, para que nadie dude ni malicie, a la prensa
se le cobraba hasta el agua.