Arka y Quijote!
El teatro callejero, la mejor opción de la fiesta
cervantina
ARTURO JIMENEZ ENVIADO
Guanajuato, Gto., 26 de octubre. El discurrir de
hechos teatrales desde la alegría, la fiesta y la sencillez de la
vida cotidiana hasta la violencia, la destrucción, la tragedia y
la emigración es el planteamiento general de Arka, uno de
los montajes más celebrados de la reconocida compañía
polaca Teatro Osmego Dnia, que regresa a México luego de 20 años.
Este espectáculo callejero de "creación
colectiva", fuerza visual y escenas sublimes con ventanas en llamas o un
gran barco de hierro que avanza entre los espectadores se presenta desde
el miércoles hasta el domingo 27 en el espacio abierto de Los Pastitos,
dentro del Festival Internacional Cervantino.
Con esta puesta, junto con otras como Quijote!,
que Teatro Núcleo de Italia presenta en la Plaza San Fernando, también
hasta el domingo 27, el teatro callejero se configura poco a poco como
la mejor opción dentro de la oferta cervantina de este año.
"Además de ser una obra muy visual y estética,
Arka explora un tema profundo", señala Ewa Wojciak, directora
de Teatro Osmego Dnia, para ponderar una comparación entre el proceso
de creación de los espectáculos callejeros y los presentados
en espacios cerrados o convencionales.
"Arka estuvo inspirada en las guerras civiles contemporáneas.
Recoge imágenes de la gente que tiene que emigrar, que deja sus
lugares de origen destruidos por la guerra, para buscar otras tierras,
otras esperanzas. Son imágenes de las guerras de Bosnia, Sarajevo,
Chechenia y otras más. Son problemas universales. Hay una gran fuerza
en las imágenes, las emociones y la belleza."
Profundidad callejera
Wojciak cuenta que tras el cambio político durante
los años noventa en Polonia, cuando cayó el socialismo real,
al principio Teatro Osmego Dnia fue apoyado por el nuevo régimen,
pero luego ese aval disminuyó.
A la par, los integrantes de la compañía
comenzaron a distanciarse de las puestas en escenas en salas convencionales
para explorar "nuevas formas expresivas teatrales" en espacios abiertos,
donde se encontraron a un público "no intelectualizado" y que se
contaba por miles.
"Nuestra búsqueda poética e ideales políticos
no perdieron fuerza. Simplemente fue una experimentación con el
lenguaje teatral. Y además llegamos a la conclusión de que
el teatro podía presentarse de manera paralela a los conciertos
de rock, por lo que ahora buscamos nuevas formas que sean atractivas para
los jóvenes.
"Pero sobre todo, descubrimos que en la calle también
podemos ser profundos y tocar temas que hablen de la justicia, de la libertad,
y no sólo hacer una fiesta para la diversión de los espectadores."