José Antonio Rojas Nieto
La luz de Lula
Las elecciones de hoy en Brasil constituyen una luz de esperanza para toda América Latina. Si Luiz Inacio Lula da Silva triunfa -como ya se sugiere ampliamente-, se abrirá un proceso de transición en la América nuestra con bases y ejes distintos, relativamente inéditos. La amplia alianza del Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, no se cimentó -aseguran los politólogos- en el desdibujamiento de sus principios básicos, sino en un cuidadoso proceso de negociación que -sin duda y acaso con mayor cuidado- deberá extenderse y profundizarse para garantizar el impulso de las nuevas estrategias de gobierno. Para ello -aseguran Emir Sader y Helio Jaguaribe, entrevistados este viernes por Stella Calloni de La Jornada- el nuevo presidente deberá conservar su honorabilidad si en realidad desea atender las expectativas de esperanza de un pueblo rico con millones de pobres.
En el contexto del amplio respaldo social y de la negociación cuidadosa, el PT presentó un programa de gobierno de 232 tesis, entre las que se encuentran 21 planteamientos fundamentales para restablecer -como se indica con nitidez en los numerales 26 a 46 del cuarto apartado- una estrategia de desarrollo energético sustentable, fundamentada en un programa integral. Esto exige -se subraya- una nueva estructura institucional que articule hidroelectricidad, petróleo y gas natural, carbón, generación nuclear, fuentes alternativas (eólica, solar y biomasa), eficiencia energética, cogeneración y generación desconcentrada. Por ello se propone -tesis 27- movilizar el sector público e incentivar al sector privado, y articularlos a partir de cuatro principios rectores: 1) calidad y confiabilidad en el suministro de energía; 2) modificación de precios y tarifas; 3) respeto a la legislación ambiental; 4) reinversión permanente de beneficios en expansión y modernización que soporten adecuadamente el desarrollo económico.
En el caso del sector eléctrico, la propuesta es muy clara; se opone a la tesis de los gobiernos que impulsaron las privatizaciones y, según la cual, deficiencias e insuficiencias en el sector eléctrico se originaron -tesis 28 a 30- en la presencia del Estado.
La solución no está en la entrega a las fuerzas del mercado de las bases de sustentación de esa industria esencial al desarrollo, como correspondería -se critica en la tesis 31- a una visión tecnocrática, autoritaria y centralizadora. Deben crearse mecanismos de control y contribución de la sociedad, e impulsarse una política energética que garantice la continuidad del suministro, sin sobresaltos de racionamiento (como ocurrió en el verano del año pasado). Las empresas extranjeras llegadas al sector energético brasileño como consecuencia de las privatizaciones recientes, tendrán certidumbre si se comprometen con Brasil por medio de programas de inversión que permitan ganancias justas, genuina transferencia de tecnología y aliento a la producción nacional de equipos.
Sabiéndose importadores de petróleo, gas natural e, incluso, de energía eléctrica, en la tesis 34 se propone el despliegue de una estrategia de integración energética regional con Venezuela (petróleo), Bolivia (gas natural), Argentina y Paraguay (electricidad).
Una formulación esencial del Programa. Además, es la que enfatiza que debe garantizarse el acceso de todos al servicio de energía eléctrica, incluso aceptando -con toda la polémica abierta a propósito de las tesis 35 a la 40- que en caso de riesgo de ese principio, puede concesionarse el servicio público a empresas públicas o privadas. Pero ello -se subraya en las tesis 41 a 44-, en el contexto de una estrategia de largo plazo que integre generación y transmisión, con vistas a ampliar la sinergia entre regiones y garantizar el uso racional del enorme potencial de agua de Brasil (80 por ciento de los casi 70 mil megavatios de capacidad de generación instalada hoy día). Se trata de una estrategia que exige rediscutir el actual Programa de Termoelectricidad, para evitar -se señala- que la generación con base en hidrocarburos eleve el costo marginal de producción de energía eléctrica y, en consecuencia, las tarifas eléctricas en un país donde -se asegura- se produce la electricidad más barata del mundo. Para este nuevo gobierno -tesis 45 y 46- tanto la estatal petrolera Petrobras, con su fortaleza tecnológica en exploración y explotación en aguas profundas, como Electrobras con su enorme potencial hidroeléctrico, deberán ser empresas energéticas, integradas en todas sus fases industriales y, en todos los casos, sujetas al control de la sociedad.
Se trata de los planteamientos que en el terreno energético guiarán lo que -sin duda- globalmente será un complejísimo proceso de reorientación de las estrategias de desarrollo de uno de los más grandes, hermosos y nobles países del mundo, en el que casi 200 millones de personas viven la efervescencia de un cambio iluminado por la luz de un honorable obrero metalúrgico que se ha ganado la confianza de la mayoría. šSuerte a ellos! šSuerte a nosotros, que los observamos también con esperanza!
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