Presentación del disco con 39 temas del festival
Jamás permití en el OTI payola o sobornos: Velasco
ARTURO CRUZ BARCENAS
Muchos me preguntan si en el Festival OTI hubo payola y si se sobornó a los jurados. šJamás lo permití! Eso hubiera acabado con el certamen, aseguró el periodista y director y productor de aquel encuentro musical, Raúl Velasco, durante la presentación del disco Lo mejor del OTI, el pasado martes.
Visiblemente recuperado de salud, Velasco expresó que el festival marcó el curso de la música popular en México. "A Arianna, por ejemplo, no la pusimos en escenas de cama para que se fijaran en ella, sino que la apreciaron por su talento. Los cantantes salieron a rifársela, con composiciones nuevas. Ahora muchos agarran temas del dominio público, pero hay muchos que no cantan. Las comparaciones son odiosas, pero cuando me preguntan qué hay entre el OTI y esto (lo de hoy), les contesto que nada que ver. Aquello cubrió una etapa gloriosa de la música mexicana".
Durante la presentación del disco estuvieron presentes también algunos de los cantantes que participaron en el certamen, como Arianna, Lila Déneken, Felipe Gil, Gualberto Castro y Yoshio, así como el director musical del concurso, Chucho Ferrer, y algunos integrantes del coro de los Hermanos Zavala, voces oficiales del festival durante muchos años. La producción contiene dos discos con 23 y 16 tracks, respectivamente, que son un panorama a vuelo de pájaro de las casi 700 composiciones que concursaron durante 25 años.
Cinco lustros de música
El Festival OTI (Organización de la Televisión Iberoamericana) fue durante 25 años, desde 1971, el principal escaparate para los cantantes mexicanos, sobre todo baladistas.
A cinco lustros de distancia, el pasado de lo que fue el festival se difumina para muchos, a otros no les interesa, algunos jóvenes apenas y lo conocen, pero para quienes frisan los 40 o más años lo tienen presente, a pesar de que a muchos no les parece ni les parecía el humor a veces trivial de Velasco, quien no obstante imponía disciplina, orden, para que las cosas salieran al dedillo.
Mucho del éxito de Velasco y del OTI nacional se debió al conocimiento casi íntimo de lo que gustaba o no a los artistas consagrados, presos de veleidades y lo que para la mayoría de los mortales son exageraciones. Gente que trabajó con el creador del eslogan de "Aún hay más" lo señala como una persona que no perdonaba los errores. Si pedía conseguir rosas azules, así debía ser. Y rápido.
Sin profundizar, el OTI se convirtió en el centro de atención de millones de mexicanos, quienes opinaban y estaban pendientes de las votaciones y de los aciertos o yerros del jurado. De los artistas, algunos ya murieron, otros son recuerdo o siguen trabajando, sin el brillo de los reflectores, sin las ruedas de prensa, apareciendo en discos de catálogo o presentándose en lugares de poca monta. Hay quienes arrastran la cobija y el nombre que les dio el alimento más importante para ellos: la fama.