ENTREVISTA / JOHN
SAXE-FERNANDEZ, CATEDRATICO DE LA FACULTAD DE CIENCIAS POLITICAS
El gobierno foxista no tiene un proyecto nacional
LA ADMINISTRACION SIGUE UN PLAN FUNDAMENTALMENTE EXTERNO
En su libro, La compra-venta de México,
el investigador presenta una "interpretación histórica, estratégica,
de las relaciones de Estados Unidos y México", donde encuentra una
continuidad entre las políticas de los 80 y las que sigue la administración
de Vicente Fox
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
A propósito de la publicación de su más
reciente obra, La compra-venta de México, John Saxe-Fernández
trae a colación la historia reciente de México y encuentra
una clara continuidad entre las políticas impuestas al país
a partir de los años 80 y las que sigue la administración
del presidente Vicente Fox.
En entrevista con La Jornada, afirma: "el gobierno
mexicano actual no tiene proyecto nacional. La administración de
Fox está siguiendo un proyecto fundamentalmente externo". Lejos
de ocurrir un cambio respecto de los anteriores gobiernos del Partido Revolucionario
Institucional (PRI), asegura, la desnacionalización del proceso
de toma de decisiones en materia económica en México "se
ha profundizado, no ha disminuido".
Saxe-Fernández, coordinador del programa El mundo
actual, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y
Humanidades, y catedrático en la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales de la UNAM, desea, con la publicación de su obra, invitar
a una reflexión sobre las implicaciones de la política de
integración a Estados Unidos, cada vez más patente, y que
no se circunscribe sólo a la economía.
El punto de partida de La compra-venta de México,
editado por Plaza y Janés y ya disponible en librerías, es
una expresión del entonces vicepresidente de Estados Unidos, Albert
Gore, en el curso de un debate antes de que el Congreso de su país
aprobara el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
En esa ocasión, Gore afirmó: "el TLCAN es tan importante
para nosotros como la compra de Luisiana (1803) o la compra de Alaska (1867)".
Dice Saxe-Fernández en la entrevista: "lo fundamental,
lo llamativo del título, es precisamente la referencia a la tradición
expansionista e imperialista de Estados Unidos, que es una referencia hecha
de manera muy explícita por Gore, cuando comparó al TLCAN
con las compras de Luisiana y Alaska. Uno de esos contrastes es que el
acuerdo comercial tenía más que ver con la tradición
de la expansión y del nacionalismo económico de Estados Unidos
que con la globalización".
El
también articulista de La Jornada dice que la poca atención
de los mexicanos a la expresión de Gore fue uno de los motivos que
lo llevó a realizar la investigación que tomó forma
en La compra-venta de México, porque consideró necesario
presentar "una interpretación histórica, estratégica,
de las relaciones bilaterales de Estados Unidos y México".
En su libro, Saxe-Fernández destaca: "el entusiasmo
-apunta- mostrado por los gobiernos 'neoliberales' mexicanos ante el proceso
de integración hemisférica (que se profundizará con,
la pretendida por Estados Unidos, Area de Libre Comercio de las Américas,
ALCA) señala que, de ser concebido México históricamente
como 'la frontera norte' de América Latina con Estados Unidos, ahora
el quintacolumnismo neoliberal mexicano, con Vicente Fox a la cabeza siguiendo
las pautas antinacionales de sus tres antecesores, lo plantea y permite
que se le use como una 'plataforma de lanzamiento' de Estados Unidos para
dar forma a un bloque hemisférico frente a Europa y Asia".
Señala que el quintacolumnismo (término
que alude a la expresión de tener al enemigo en las propias filas)
en México está dividido en varios capítulos. Primero,
fue el de Carlos Salinas de Gortari, presidente de 1988 a 1994, quien desde
sus tiempos como secretario de Programación y Presupuesto promovió
la apertura de la economía a los extranjeros, señaladamente
en la petroquímica, para congraciarse con el gobierno de Estados
Unidos. En el caso de Ernesto Zedillo (1994-2000), dice, la actitud de
quintacolumna es "un poco más desfatachada, pues fue muy patético,
como un fenómeno de identificación". Del propio Zedillo apunta:
"quizá sólo el sicoanálisis pueda explicar su actitud,
porque mientras andaba entregando el país a troche y moche, por
otro lado izaba enormes banderas nacionales en enormes mástiles".
La cronología lo lleva naturalmente al gobierno
actual. "Ya con Fox -dice- tenemos más que todo a un hombre que
-hace una pausa-, ¿cómo explicarlo?, tiene una mente de sucursal.
El está muy comprometido con el proyecto de integración energética
de América del Norte, que es un plan que viene desde los años
70 y él lo endosa sin más. El Plan Puebla Panamá lo
endosa y lo amplía con enorme entusiasmo.
"Entonces -añade- quizá haya que analizarlo
desde el punto de vista del fenómeno de la traición. En el
libro presento algunas notas sobre la forma de traición de un hombre
como (Antonio López de) Santa Anna, quien se aliaba con Estados
Unidos o daba información al ejército estadunidense. Era,
digamos, un traidor en sentido clásico. Y los gobernantes de los
últimos años no son traidores clásicos, son de otro
tipo. Se trata de traidores que quieren formar parte del Dow Jones, son
traidores que están muy contentos con que las empresas extranjeras
los alaben y que los inviten a formar parte de su directorio. El tema de
la traición es muy importante, debería analizarlo desde el
punto de vista del sicoanálisis, pero eso sería tema de otro
libro".
La compra-venta de México, analiza las relaciones
México-Estados Unidos "desde la perspectiva del Sur". Pero además
busca desmitificar valores entendidos y llamar a las cosas por su nombre.
"El libro lo que hace es recurrir a la historia, pero
desde la perspectiva de lo que está ocurriendo ahorita. Si voy a
ver, por ejemplo, el Plan Puebla Panamá o los proyectos que tiene
Estados Unidos y el alto capital sobre el Istmo de Tehuantepec, entonces
voy a revisar el Tratado McLane- Ocampo, que me va a servir muchísimo.
Si no tenemos la perspectiva histórica no comprenderemos la magnitud
estratégica de lo que estamos hablando", expone.
Saxe-Fernández habla del lenguaje que se ha tratado
de imponer desde el poder político y económico. "La globalización,
es decir, la internacionalización de los flujos de capital y de
las mercancías, no ocurre en el vacío, sino en un contexto
de relaciones de poder que la historia europea y luego la estadunidense
ha estudiado bajo la rúbrica de colonialismo e imperialismo".
Asegura que hay una tendencia entre estudiosos de las
ciencias sociales y en los medios de comunicación "a mistificar
y a antropomorfizar los conceptos y entonces dicen: 'los mercados exigen,
los mercados están inquietos, a los mercados no les gusta esto o
aquello'. Los mercados no hacen eso, son los dueños de las empresas,
los intereses que están detrás de Merril Lynch, los intereses
petroleros detrás de JP Morgan, los grandes capitales o grupos monopólicos
a los que gusta o disgusta algo".
Saxe-Fernández alerta sobre "el programa de privatizaciones
en que se ha fundamentado la compra-venta de México. Se manifiesta
en una fusión económico-infraestructural a la que Washington,
con la menor excusa, como la nueva guerra contra el terrorismo, tratará
de implantar un sistema de 'seguridad' también continentalizado,
eliminando los límites jurisdiccionales y bajo su liderazgo. Este
esquema sería ampliado al ALCA en nombre de un 'perímetro
defensivo ampliado', para el goce y disfrute del sector privado de Estados
Unidos y sus compañías multinacionales".