Renace la Biblioteca de Alejandría

Albergará ocho millones de libros; su antecesora ardió en el año 47 aC

CESAR GÜEMES Y AGENCIAS

Alejandria, Egipto, 16 de octubre. Como una de las maravillas contemporáneas del mundo es considerada la nueva Biblioteca de Alejandría, inaugurada este miércoles por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, en la ciudad portuaria que le da nombre. La inauguración se había pospuesto en diversas ocasiones debido a la delicada situación política en Medio Oriente. El actual inmueble aspira a ser una versión moderna de la que construyó Ptolomeo I (305-283 aC) y que fue destruida por las llamas en el año 47 aC debido a los enfrentamientos bélicos en la zona.

Los egipcios pretenden que el edificio, cuya construcción tuvo un costo de 220 millones de dólares, muestre que el país de los faraones es hoy ''un faro del saber y de la civilización''. La biblioteca contará con salones de lectura, un planetario, una biblioteca para invidentes y varios salones de exposiciones, además de la que se considera una de las más grandes colecciones bibliográficas del mundo, sólo equiparable a la Biblioteca del Congreso, en Estados Unidos.

Según la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en la biblioteca hay por ahora sólo 240 mil volúmenes, pero en el futuro albergará ocho millones de libros, ya que Egipto espera recibir cuantiosas donaciones del exterior.

A la ceremonia de inauguración asistieron invitados de Estado de diversos países, entre ellos la reina Sofía de España. Los funcionarios, escolares y estudiantes de la ciudad de Alejandría tienen asueto el martes, miércoles y jueves de esta semana, con el propósito de poder visitar las nuevas instalaciones.

La aspiración de la Biblioteca de Alejandría de convertirse en un moderno centro de conocimiento, surge en una circunstancia difícil para Medio Oriente. Grupos extremistas religiosos han visto incrementadas sus filas en recientes décadas. Tal como señala un despacho de Reuters, "la mayoría de los que planificaron, respaldaron y realizaron los ataques del 11 de septiembre contra Estados Unidos fueron árabes, y algunos de ellos egipcios". Es por ello que la inauguración oficial planeada para inicios del presente año fue pospuesta, debido a la tensión generada por los intentos israelíes de aplacar un levantamiento palestino.

A propósito del clima político, el gobierno ha tratado de apaciguar los temores de que una oleada de censores de libros pueda afectar a la biblioteca al conferirle un estatus singular, mediante el cual sólo rendirá cuentas directamente a la presidencia del país. David Wardrop, miembro de una red mundial de expertos que asesoraron a la biblioteca en la política de adquisiciones, señaló estar seguro de que el patrimonio bibliográfico no sufrirá la censura: ''El parlamento egipcio ha cedido a las autoridades de la biblioteca tal poder de decisión que sólo serán responsables ante el jefe de Estado; de manera que no hay interferencias nacionales". Sin embargo, finalizó Wardrop, "sentimos que los principales componentes de la nueva colección de la Biblioteca de Alejandría tenderán a no lesionar sensibilidades".

El financiamiento de la construcción del edificio contó con el apoyo de gobiernos y organizaciones extranjeras. La nueva biblioteca, de 11 pisos, cuenta con un techo inclinado de color plateado y una fachada de granito gris que fue diseñada por el despacho del arquitecto Sonhetta, de Noruega.

Su lado sur, una amplia pared sin ventanas, lleva grabadas las letras de la mayoría de los alfabetos del mundo, un compromiso silencioso para promover la diversidad, la cultura y el aprendizaje sin restricciones.

El disco de vidrio y hormigón del techo representa al sol naciente y simboliza el carácter universal de la civilización egipcia, cuyo brillo alcanzó, en la época de Alejandro Magno, a otras culturas.

"Ningún libro estará prohibido y no habrá censura, ya que la Biblioteca de Alejandría simboliza el pensamiento mundial", declaró Nahed Ismail, funcionario del centro del prensa del recinto.