Desestima la Casa Blanca los resultados; "no
fue una votación seria", asegura
Hussein, relegido sin oposición en Irak
Si EU ataca los combatiremos aldea por aldea y casa
por casa, dice el gobierno iraquí
ROBERT FISK THE INDEPENDENT
Fue la madre de todas las elecciones. Nunca en los anales
de la democracia árabe había potentado alguno ganado 100
por ciento de los votos. Pero Saddam Hussein ha logrado una victoria aún
mayor que el 99.96 por ciento que recibió hace siete años.
Citemos a Izzat Ibrahim, vicepresidente del Consejo Revolucionario de Mando
Iraquí: "Quien no conozca al pueblo iraquí no creerá
este porcentaje, pero es real. No tenemos oposición en Irak".
Y que lo diga: ciento por ciento. Quién no recuerda
el inmortal poema de Auden sobre un dictador: "Lo que buscaba era cierto
tipo de perfección/y la poesía que inventaba era fácil
de entender". Saddam sólo escribe novelas, pero, ¿qué
puede ser más perfecto que ciento por ciento? La votación
de 99.96 por ciento fue en 1995, quizá porque algunos votantes creyeron
que no sobreviviría. En esta ocasión ese 0.04 por ciento
fue sin duda sacudido de su letargo.
No es raro que la Casa Blanca se mostrara escéptica.
"No fue una votación seria", fue el comentario de Ari Fleischer,
secretario de prensa de Bush. Por supuesto, a Bush, cuya elección
por mayoría dejó mucho que desear, le habría encantado
ese 100 por ciento. No hace mucho tiempo, Hosni Mubarak reclamó
la presidencia de Egipto con 99.98 por ciento de la votación, y
no hubo entonces comentarios escépticos de Fleischer, porque Egipto
está de "nuestro" lado. Además, durante décadas los
electores árabes han producido resultados extraordinarios. El presidente
Hafez el-Assad de Siria siempre obtuvo más de 90 por ciento de los
votos. Y el récord fue establecido precisamente en ese país
hace más de cinco décadas: en 1954, el ministro sirio del
Interior, Mohamed Zaim, anunció que el presidente Adib Shishakli,
después de tantos como cuatro golpes de Estado, había ganado
la presidencia con 104 por ciento de la votación. La cifra fue tan
indignante que Shiskhali de inmediato destituyó a Zaim, reconociendo
humildemente que sólo había recibido 99.9 por ciento de sufragios,
apenas 0.03 más que la elección anterior de Saddam, y 0.01
por ciento más que Mubarak.
En cuanto a Ibrahim en Bagdad, los estadunidenses, si
invaden a Irak, "se encontrarán cara a cara con este pueblo que
dijo sí a Saddam. Si el gobierno de Washington comete el error de
atacar a Irak, los combatiremos aldea por aldea y casa por casa..."
Por supuesto, hay cierto margen de duda. Porque si creyéramos
en estos resultados, también tendríamos que aceptar que Irak
fue capaz de contar 11 millones 445 mil 638 votos de la noche a la mañana,
junto con los sufragios emitidos por los iraquíes en Beirut -donde
los leales ciudadanos de Saddam formaban filas en la embajada entonando
cánticos-, así como los firmados por los prisioneros condenados,
torturados y moribundos en la prisión de Abu Ghraib. Toda una demostración.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya