Se presentará hoy en la Universidad de
la Ciudad de México y en el Teatro de la Ciudad
Cantará Betsy Pecanins rancheras muy bluseaditas
en Tequila azul y batuta
La acompañarán la Orquesta Sinfónica
de Baja California y el guitarrista Roberto Limón
El espectáculo está integrado por unos
14 arreglos que posteriormente constituirán un disco
JUAN JOSE OLIVARES
Tequila azul y batuta es un irónico juego
de palabras que da título al nuevo espectáculo de la cantante
blusera Betsy Pecanins. Se trata del estreno, hoy en la Universidad de
la Ciudad de México (12 horas) y en el Teatro de la Ciudad (20:30
horas), de alrededor de 14 arreglos de canciones tradicionales mexicanas,
entre sones huastecos y rancheras muy bluseadas, acompañados por
la Orquesta Sinfónica de Baja California, con la dirección
de Eduardo Diazmuñoz, que a principios del próximo año
convertirán este exquisito experimento en el nuevo disco de la artista.
Es
un proyecto inspirado en su disco El efecto tequila (de música
mexicana). "Son canciones rancheras y sones huastecos retrabajados para
la orquesta de una manera no tradicional y, en muchos casos, las piezas
serán bluseaditas y jazzeaditas. El cidí tenía
un solo arreglista, Rosino Serrano, y en este caso, nos juntamos un grupo
de compositores para hacer un tratamiento especial a las canciones", explica
Pecanins en entrevista.
Gente como Arturo Márquez, Eugenio Toussaint, Alberto
Núñez Palacio, Enrique Neri, Eduardo Diazmuñoz, David
Rodríguez y el propio Rosino Serrano arreglaron 14 canciones "muy
orquestables" como Volver, volver; La noche de mi madre, Pa' todo el
año, Ojalá que te vaya bonito, Borrachita, Traición
a Juan, Tristes recuerdos, entre otras, que entrarán en la grabación
(que coproduciría JM Distribuidores).
En las presentaciones y proyecto, auspiciados por el Fonca,
participarán la orquesta, Betsy y el guitarrista Roberto Limón.
Primer acercamiento a otro estilo
Toda esta inquietud, relata la cantante originaria de
Yuma, Arizona, quien vive en México desde 1977, se inició
cuando fue invitada para hacer la voz cantada de Lucha Reyes en la cinta
La reina de la noche, de Arturo Ripstein. "Fue el primer acercamiento
a otro estilo", dice.
-Al fin que hay muchos nexos entre la canción ranchera
y el blues.
-Yo lo he dicho, los dos son cantos que se basan en la
tristeza, en el dolor, pero a la vez tienen esa parte de mucho humor, siempre
te estás riendo de ti mismo. También recurren a algo importante
en la música, que es la sensualidad. A partir de ella puedes cantar
todo, puedes reír y llorar a la vez. Las rancheras son menos irónicas
y más de lamento, y el blues cae en la ironía; pero lo interesante
de trabajar con estas versiones es que en un momento le metes una ironía
a las rancheras que les va muy bien, y al blues le metes esta parte más
de lamento, y se mezclan estas emociones.
Betsy ha cantado en español, catalán e inglés
(su mamá es catalana y su papá estadunidense) blues, rock
y fusiones. "Al final todo lo canto bastante bluseadito. Uno no blusea
gratuitamente, nada más por hacerlo; lo haces cuando la canción
te lleva a ello. En el caso de los sones huastecos se trata de música
muy triste, es una tristeza hermosa cantada muy alegre."
Comenta: "Fue una ocurrencia mía, luego de El
efecto tequila. No me iba a quedar como cantante de mariachi, pero
fui buscando una manera personal para hacer este proyecto. Yo trabajaba
en esa época con Rosino Serrano con un repertorio de canciones de
The Beatles, y en una de las giras, en la locura, dijimos que deberíamos
hacer canciones mexicanas rancheras, pero con el piano y el chelo, y luego
nos alocamos más y concluimos que las rancheras tienen mucho que
ver con el blues. No sabíamos cómo hacerlo hasta ahora".
Ya es tradicional su trabajo con excelentes compositores
como Guillermo Briseño, Marcial Alejandro, Jaime López y
Pepe Elorza.
Fusionar, muy frecuente en la música de hoy
"Eso de fusionar -afirma- es algo muy presente en la música
de hoy; no hablo de música comercial porque ese es un terreno tieso,
las disqueras trasnacionales se apegan a lo más conocido a los estereotipos,
pero sí creo que hay cada vez más apertura. El ejemplo es
el caso de la orquesta de Eduardo Diazmuñoz, que tiene una actitud
muy abierta para algo así. Esto pareciera muy fácil, pero
ha sido bien difícil arreglarla e interpretarla por orquesta".
No obstante, no deja de ser una esclava del blues. "El
blues es un género siempre vivo, presente en toda la música,
pero ya no hay tanta gente que haga un blues tradicional, sí hay
grupos y movimiento, pero como siempre no hay muchos foros, es muy difícil
ganarse la vida haciendo blues. Se tiene que hacer otra música y
cuando se pueda, o hacer el blues como un hobby, cosa que pasa también
en Estados Unidos y en otros lugares. Es una raíz siempre viva,
porque sigue alimentando al rock, al pop y a otros."
Tequila azul y batuta es otra travesura de Betsy
Pecanins que realizará en la Universidad de la Ciudad de México
(vieja cárcel de mujeres), a las 12 del día, donde la entrada
será gratuita y el estreno más chido, en el Teatro
de la Ciudad a las 20:30 horas. Localidades de 300, 250, 150 y 60 pesos,
con 50 por ciento de descuento a estudiantes, maestros e Insen. Informes
5510-2197.