ASTILLERO

Julio Hernández López

Vocación por el escándalo

Fox consolida el pasado priísta de sumisión ante medios electrónicos

López Obrador sigue con su sistema de encubrimiento de ineficacias

PALABRERIA, DEMAGOGIA: el presidente Vicente Fox se aferra a la tesis de que su claudicación frente al poder mediático electrónico es un triunfo de la sociedad y uno de los mayores logros de su gobierno; el jefe López Obrador acusa de electoreros a quienes recuerdan el pasado represivo del juguete distractor neoyorquino que ha instalado en las carpas del gran circo chilango. Hablar por hablar, aunque sus frases de hoy contradigan sus posturas y promesas de ayer: Vicente, consolidando el pasado priísta de sumisión y complicidades entre radio, televisión y gobierno (o, más específicamente, el gobernante en turno); Andrés Manuel, descalificando las fundamentadas preocupaciones respecto a la vigencia de los derechos humanos ante la amenaza del acero intolerante de Rudolf Giuliani. (Pero que no anduvieran de candidatos porque ya estarían destrozando micrófonos con sus airadas denuncias contra el monstruo priísta controlador de los medios y contra el autoritarismo golpeador de los pobres para cuidar a los ricos. Oídos nos faltarían a los mexicanos para escuchar las firmes promesas que harían de luchar contra esos males en caso de que el voto popular les favoreciera.) Vicente López Obrador y Andrés Manuel Fox, como ya antes se había escrito en esta sección alrevesada: inconsistencias ideológicas, aventurerismo político, vocación por el escándalo y oportunismo siempre atento a las encuestas de opinión pública; los extremos que se juntan hasta fundirse y confundir.

DE PELICULA, COMO el México que los jóvenes panistas quieren ver (con Chespirito como guía espiritual, que tan buenos resultados ha encontrado en Vicente Fox, quien ahora está dispuesto a promover nuevamente el voto embotado para 2003). Película de traiciones, pues no de otra cosa acusa el senador panista Javier Corral (chihuahuense que es miembro esencial del grupo del contralor Francisco Barrio Terrazas) al presidente Fox: "una puñalada trapera" es la que a juicio de ese legislador blanquiazul se habría "asestado" a la sociedad mexicana al reducir el tiempo del que el gobierno dispondría en las programaciones de medios electrónicos. Puñalada trapera, según la Real Academia Española, es, en sentido figurado, una "traición, jugarreta, mala pasada". En su columna Rotafolio, de la revista Siempre que dirige Beatriz Pagés Rebollar, el senador Corral aseguró que "el reglamento emitido el pasado 10 constituyó una de las mayores renuncias que gobierno alguno haya hecho frente al poder de los medios electrónicos; fue un acto de rendición y cesión, de un poder formal del Estado ante otro poder, informal, que ha sido capaz no sólo de imponerle la agenda a los otros poderes, sino también de decidir y determinar qué tipo de legislación y de reglamentación debemos tener". Añadió el senador que "los acuerdos del Ejecutivo con los concesionarios para modificar el reglamento a la Ley Federal de Radio y Televisión fueron, en pocas palabras, una puñalada trapera a la transición democrática del país". Corral no ahorró palabras: habló de "un albazo como en los peores tiempos" para anunciar ese acuerdo ante empresarios de radio y televisión con quienes el Presidente comió y a quienes anunció la decisión que sería publicada de manera insólita en una edición vespertina extraordinaria del Diario Oficial de la Federación, y repitió ante diversos entrevistadores que ese acuerdo "reproduce el esquema clientelar" del pasado y "recicla el modelo priísta de clientelas y medios del gobierno". Ya fuese para no romper lanzas irremediablemente con el presidente Fox, o por las pugnas internas entre bandos panistas, o porque genuinamente así lo cree, el senador Corral trató de enfilarse más hacia el secretario de Gobernación, Santiago Creel, como responsable de "engañar" al Presidente y negociar "en lo oscurito" con los concesionarios de medios electrónicos. Otro destacado personaje del mundo blanquiazul, la diputada federal Teresa Gómez Mont, también se expresó de manera muy crítica respecto a las maniobras presidenciales, que al derrumbar la obligación de pago de 12.5 por ciento del tiempo de esos difusores "va en contra de la lucha histórica del PAN". Definitivamente, dijo la diputada, "no se rompen las estructuras del viejo régimen y se repiten los patrones autoritarios". Miembro por derecho familiar de la elite panista, Gómez Mont fue más allá: "No estoy yo sola en todo esto. Habemos muchos panistas y muchas personas que estábamos convencidas del proyecto de Fox y que votamos por él, pero ahora no sabemos qué está pasando".

EL SUSODICHO Presidente, mientras tanto, declaró orgullosísimo (una especie de Miguel Hidalgo periodístico) que "a partir de ahora los medios han quedado libres de compromisos políticos condicionantes con el gobierno" (los libros de historia registrarán la fecha: 10 de octubre, día de la vera libertad mediática). Según don Vicente y Costilla, el acuerdo con los empresarios de medios electrónicos sí tomó en cuenta las discusiones que en la Secretaría de Gobernación realizaban algunos legisladores, académicos y especialistas en el tema, además de que ahora se tendrán mejores horarios de difusión de los mensajes gubernamentales. Además, insistió en las falacias del tal derecho de réplica, que en realidad seguirá estando sujeto a la discrecionalidad de los dueños de los medios, y de la presunta participación de la sociedad civil en los consejos de regulación, en los que sólo tendrá voz el supuesto representante de esa sociedad.

EL JEFE DEL gobierno capitalino, mientras tanto, continúa con su exitoso sistema de encubrimiento de ineficiencias: a base de escándalo tras escándalo hace que la atención se centre en planteamientos polémicos que dividen opiniones y segmentan los núcleos votantes entre seguidores y adversarios. El nuevo producto engatusador ha sido creado por la fábrica de ingenios López-Ebrardor: ya no se discute sobre la realidad, que es apabullante en cuanto a la persistencia de elevados índices de criminalidad no disminuidos por las autoridades, sino acerca de la venida del señor Giuliani y sus métodos represores a los que ahora la pareja atómica encuentra "nomás tantito" pasados de tueste. Y, fiel al sistema de la esquematización simple, Andrés Manuel acusa a quienes recuerdan los documentadísimos abusos del ex alcalde de Nueva York, de pertenecer al "PRIAN" y estar criticando a su gobierno de la (des)esperanza por intereses electorales (el candidato del PRD a la Presidencia de la República hablando de futurismos y maniobras electoreras).

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