Una de las explosiones, cerca del consulado
de EU
Atentado en Bali deja más de 150 muertos, la
mayoría turistas
REUTERS, AFP Y DPA
Bali, domingo 13 de octubre. Al menos 150 personas,
la mayoría turistas, murieron en ataques con bombas que se registraron
la no-che del sábado en una discoteca de una playa de la isla turística
de Bali, en Indonesia. Al cierre de esta edición equipos de rescate
continuaban recuperando más cuerpos de víctimas de entre
los escombros.
"Hay 150 muertos", dijo por teléfono a Reuters
el director de información del hospital Santga, Puta Putra Wisade.
A la pregunta sobre una estimación de cuántos serían
indonesios, el funcionario respondió: "75 por ciento son extranjeros".
Reportes previos dieron cuenta de que el número
de muertos superaba el centenar y el de los heridos era de unos 170.
La isla es el destino turístico más popular
de Indonesia. Las autoridades indicaron que muchas de las víctimas
fatales en la discoteca eran ciudadanos de Australia, Gran Bretaña,
Francia, Alemania, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Suecia.
La policía dijo que hubo tres explosiones simultáneas
en una discoteca y en un restaurante bar alrededor de las 23 horas, y que
minutos después detonó otro artefacto cer-ca del consulado
de Estados Unidos en Ba-li, al este del país asiático. En
este segundo atentado no hubo que lamentar víctimas.
En Washington, el Departamento de Estado dijo que no parecía
que el edificio consular estadunidense hubiera sido el objetivo del segundo
"ataque", y tampoco pudo in-formar si había o no víctimas
estadunidenses en alguno de estos hechos.
El jefe de la policía de Indonesia, Dai Bachtiar,
declaró que podría tratarse de un atentado terrorista. "Si
se mira el número de víctimas, esto fue indiscriminado y
existe la posibilidad de que fuera terrorismo", dijo a la prensa, en Yakarta,
poco antes de viajar a Bali.
El canciller australiano, Alexander Downer, señaló
a vez que "parece como si una organización terrorista estuviera
involucrada y como si el ataque hubiera sido coordinado y claramente dirigido
contra intereses extranjeros".
Los informes señalaban que los cuerpos seguían
llegando y se temía que la cifra de víctimas siguiera aumentando.
La mayoría estaban calcinados o completamente destrozados, lo que
dificulta enormemente la identificación de los cadáveres
y la atribución de una nacionalidad.
Versiones de testigos e imágenes de la televisión
dieron cuenta de un cuadro terrible en pleno caos, con personas ensangrentadas
en la zona mientras los cuerpos de rescate hacían su labor y los
bomberos lu-chaban por apagar el fuego.
Un fotógrafo local contó que vio cómo
volaron por los aires los pedazos de un 15 automóviles con una de
las explosiones, mientras mucha gente estaba dentro de la discoteca.
Los atentados, que no han sido reivindicados por grupo
alguno, ocurrieron en mo-mentos en que diplomáticos de Estados Unidos
venían advirtiendo de los riesgos de ataques terroristas en Indonesia,
supuestamente relacionados con la red Al Qaeda del multimillonario Osama
Bin Laden.
Apenas el mes pasado la embajada estadunidense y el consulado
de la ciudad de Surabaya estuvieron cerrados durante una semana debido
al riesgo de atentados.
Indonesia es el primer país con población
musulmana del mundo, y la mayor parte de la población de Bali es
hindú, que tenía hasta hoy la reputación de ser un
lugar seguro. Nunca había sido objetivo de atentados con bomba como
los que han golpeado al resto del país en los últimos años.
Por otra parte, se reportó otro atentado con bomba
que dejó un muerto y nueve heridos en Katmandú, capital de
Nepal. Las autoridades nepalesas responsabilizaron de lo sucedido a los
rebeldes maoístas.
Los reportes eran escasos, pero se supo que el artefacto
explosivo estaba escondido en una estatua del rey Mahendra, cerca de un
mercado de verduras. Desde luego, la escultura quedó completamente
destruida por la explosión.