José Antonio Rojas Nieto
La marcha del mercado petrolero
Este viernes el precio en el mercado spot de Nueva York del crudo West Texas Intermedio (WTI) cerró en poco más de 29 dólares por barril. En enero apenas se cotizaba en 18 dólares, acaso como expresión de un mercado deprimido derivado de una crisis económica que en julio de 2000 apenas se manifestaba como leve desaceleración. Y, sin embargo, llevamos 10 meses de ascenso continuo. Al menos dos hechos permitieron esa elevación de 11 dólares, equivalentes a 60 por ciento del precio de enero: 1) la expectativa continua de una reactivación económica en Estados Unidos, a pesar del retraso de la misma; 2) el control de la producción de productores OPEP y no-OPEP, no obstante la persistente violación de cuotas de algunos miembros y el ánimo permanente de Rusia por expandirse. El nivel actual del precio no sólo supera la parte baja de la banda OPEP (22 dólares para el promedio de los siete crudos de la canasta OPEP, compuesta por el Istmo de México, el Tía Juana de Venezuela, el Saharan de Argelia, el Arabe Ligero de Arabia Saudita, el Bonny Light de Nigeria, el Dubai de los Emiratos Arabes Unidos y el Minas de Indonesia), sino que, incluso, ha llegado a ubicarse por encima de la parte alta de esa banda (28 dólares). Tres fenómenos más pueden ayudarnos a entender un comportamiento que, por cierto, permitirá que nuestra mezcla mexicana de exportación registre un precio medio anual seis dólares superior a los 15.50 dólares presupuestados este año, y que no obstante la menor plataforma de exportación respecto a la presupuestada, implicará 2 mil millones de dólares extras de ingresos por exportaciones y, de nuevo, más de 30 mil millones de dólares de ingresos gubernamentales petroleros.
En primer término, sin lugar a dudas y pese a lo lamentable del hecho, está la continua amenaza de guerra contra Irak del señor Bush que, a decir de los analistas petroleros internacionales, en estos momentos representa un sobreprecio cercano a dos dólares por barril y en las próximas semanas puede llegar hasta cuatro dólares. En segundo término está la evolución que han registrado los inventarios en los mercados importantes de la OCDE (Estados Unidos, Unión Europea y Japón), en estos momentos con un bajo nivel de no más de 52 o 53 días de abasto, que contrasta no sólo con los 56 días del año pasado, sino con los más de 60 de 1993 y 1994. Finalmente y, a decir de varios analistas, no menos importante, se señala la actividad terrorista que se ha desplegado últimamente contra objetivos petroleros, primordialmente en la zona del golfo Pérsico, donde todos los días del año -no se nos olvide este impresionante hecho- se envían a todo el mundo no menos de 40 millones de barriles de crudo de un total hoy cercano a los 80 millones diarios.
ƑQué se puede esperar para este último trimestre del año? Por las razones indicadas, precios superiores en un par de dólares respecto de los actuales, aunque con una debilidad estructural muy fuerte que pudiera llevarlos a descender drásticamente luego del ascenso estacional de invierno, el que, sin duda y como se ha comentado en otras ocasiones, difícilmente alcanzará los 80 millones de barriles al día previstos a principios del año, cuando existía mayor optimismo sobre los plazos de la reactivación económica de Estados Unidos.
Además de la menor demanda estacional, dos elementos más pudieran acelerar ese descenso de precios en el primer trimestre de 2003: 1) falta de control de la oferta por parte de productores OPEP y No-OPEP (no olvidemos que Rusia siempre busca elevar su producción y anhela superar a Arabia Saudita, para regresar a su primer lugar de hace más de 15 años; 2) persistencia en los problemas económicos estadunidenses y, con ello, también persistencia de una bajo ritmo de la economía mundial que -de nuevo- podría caracterizarse en 2003 por una débil demanda mundial de crudo.
En este contexto parecería conveniente que el proyecto de Ley de Ingresos de 2003 asumiera un precio medio de la mezcla mexicana de exportación modesto, lo que en estos momentos pudiera significar entre 18 y 19 dólares (18.50 dólares presupuestales podrían ser una buena base). Este nivel debiera vincularse una modesta plataforma de exportación, no superior a un millón 700 mil barriles al día, nivel que representaría un incremento cercano a 2 por ciento respecto de 2002, congruente con la previsiblemente leve evolución de la demanda mundial de crudo. Sin embargo, esto implicaría ingresos por ventas externas de petróleo cercanos a 11 mil 500 millones de dólares, poco más de mil millones inferiores a las de este año pero, en cierto sentido, seguros y firmes. Sin duda, podremos actuar muy bien en el mercado petrolero en 2003. šSiempre con astucia; permanentemente con prudencia!
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